Oliver gruñó al recibir un puñetazo en la quijada soltando una maldición y arremetió hacia su oponente con el puño cerrado imponiendo toda su fuerza.
Después de unos cuantos golpes más el árbitro cantó su victoria y pudo bajarse del ring tomando la parte que le correspondía del dinero por pelear.
Todos los fines de semana se pasaba por ese lugar para ganar un dinero extra pues el estudiar la universidad no era nada barato aparte de que al estar en el ring se distraía de los problemas que acarreaba olvidando aunque sea por unos minutos de todas sus angustias.
Había descubierto el lugar hace unos meses atrás acompañado de uno de sus compañeros de universidad quien prometía que era uno de los lugares clandestinos con mejor ambiente y buena paga para los peleadores.
Quien no estaba tan deacuerdo con eso era su primo Javier.
Ambos se habían mudado juntos a la ciudad de San Francisco, California al cumplir la mayoría de edad luego de escapar de sus padres quienes estaban metidos en cosas ilegales de las cuales ellos no querían formar parte.
Con los recursos que ambos tenían al crecer con comodidades económicas habían juntado un buen patrimonio y con eso lograron vivir bien por varios años.
Algo que siempre agradecería Oliver es que su padre fuera algo paranoico y lo obligará a aprender a defenderse desde muy pequeño en diferentes técnicas al igual que el manejo de armas y administración de negocios pues al ser el mayor de cinco hermanos sería quien quedaría como sucesor de todo el poder de la zona que le correspondía.
Durante su crecimiento vió cosas que para su edad no eran aptas y dejaron marcas en su memoria de tal manera que fué claro para Oliver saber que no quería convertirse en su padre.
Por eso cuando vió la oportunidad de escapar la tomó junto a todo el dinero que pudo, todo en efectivo y cosas valiosas pues tampoco quería ser rastreado con facilidad, también conocía a gente con influencias y no le costó mucho crearse una identidad falsa para él y su primo en el extranjero.
La educación que recibió también fué de ayuda pues gracias a eso pudo avanzar más rápido en la universidad y con tan solo veintitres años ya estaba a un año de terminar la maestría en la gestión de negocios internacionales.
Aunque no todo era color de rosa, ahora, parecía tener un imán para la mala suerte pues aunque le fuera bien en lo académico en el amor era una cosa totalmente diferente.
Desde joven supo de su orientación sexual y fué un tema de discordia constante entre su padre y él pero una vez que se mudó dió rienda suelta a sus gustos llendo a diferentes bares gay para conseguir ligues y funcionaba, a muchos chicos les encantaba que Oliver hablara español y se derretían ante él solo con un par de frases.
Hasta que llegó ese pequeño incordio, un chico menudo que conoció en uno de los muchos bares, le pareció lindo y sexy por lo que no tardó en seducirlo y llevarlo a un hotel para "hechar pata" siendo claro de que sólo sería un encuentro casual.
Todo se fué a la mierda cuando en la noche después de haber tenido sexo, el chico le confesó su amor, Oliver había aclarado que sólo era algo de una noche y el pequeño demonio simplemente enloqueció, su cara que antes le pareció bonita se desfiguró en una horrible mueca y grito, pataleo e incluso lloró llamandolo desalmado sin corazón.
Oliver no es que tuviera miedo al compromiso sino que aún no había llegado la persona que lo hiciera sentir especial y había explorado muy poco a su consideración por lo que no quería atarse apresuradamente y mucho menos con un loquito como parecía ser aquel chico.
Lo peor vino cuando el joven, quien podría hacer que el mismísimo FBI le tuviera envidia, descubrió el lugar en el que estudiaba y también dónde vivía con su primo armando un escándalo cuando los vió compartiendo un abrazo, al parecer había pensado que eran pareja y por eso lo Oliver lo había rechazado.
Después de una semana de dramas constantes por parte del caprichoso chico se mudaron de apartamento con esperanza de que no los molestará más aunque sea en el lugar donde vivían y el nuevo lugar contaba con más comodidades pero no sólo eso, también contaba con más seguridad, era un lindo apartamento en el centro de la cuidad de tamaño algo grande para ellos dos pero eso es a lo que estaban acostumbrados.
Incluso tuvieron precaución al ir y venir de camino a la universidad pero el chico logró dar de nuevo con su paradero.
Era un asunto serio pero al menos las cosas no pasaban de gritos, insultos y lloriqueos, tenía una clase de obsesión enferma de verdad.
El chico funcionó como un karma desconocido, pues al causar gastos de mudanza y pagar diferentes apartamentos éste último año de universidad una mala racha económica los obligó a al fin encontrar empleo no tanto para sobrevivir sino para darse los gustos a los que ambos estaban acostumbrado.
Al ser latinos era un poco difícil conseguir un buen empleo pues aún había algunos estereotipos arraigados en la zona y no querían tampoco arriesgarse en buscar uno tan formal para sus padres no pudieran rastrearlos con facilidad.
Después de un tiempo incluso su primo y él se adaptaron e ignoraban todos los intentos que el pequeño incordio hacía para acercarse, cuando el chico abordaba a su primo para sacarle información sobre Oliver, éste simplemente seguía su camino dejandolo hablando sólo y haciendo berrinches.
Cuando se acercaba a Oliver trataba de tomar su mano o robarle besos aunque se le dificultaba al ser bajito y Oliver agradecía al cielo por su altura.
Lo que si nunca le perdonaría es que casi siempre lograba sabotear con éxito sus encuentros con otros chicos y ya tenía tiempo que no desplumaba su Quetzalcóatl.
En fin, debido a todo eso ahora se encontraba tomando un trago con un feo moretón formándose en su quijada, Oliver sabía que eso preocuparía a su primo pero no le dió importancia.
Se cambió de ropa la cuál se encontraba manchadas con salpicaduras de sangre ajena y tomó sus pertenencias de un locker apartado despidiéndose del portero.
Éstas consistian en una Glock que se colocó en la parte de atrás de jean, las llaves de su moto, una cartera y un celular.
Oliver se subió a su moto, una Kawasaki Ninja 500, era una preciosidad pero sentía que se la merecía así como los otros gustos que se daba, se puso el casco y arrancó.
Deslizándose de camino a casa disfrutó del aire fresco de la noche y de las maravillosas vistas que le regalaba la ciudad a esas horas en las que la gente ya no transitaba tanto por las calles.
Unos minutos después Oliver estacionó frente a su apartamento y se quitó el casco enganchandolo en su brazo y se dirigió al interior.
Una vez que estuvo en la comodidad de su apartamento prendió un rato el televisor sólo para escuchar algo de ruido de fondo y la luz de la sala, se imaginó que su primo Javier ya estaba dormido en su habitación pues tendía a llegar antes que él.
Se acomodó en el sofá de la sala mientras veía en su celular las últimas noticias de México como hacía todas las noches para así saber de su padre .
Si bien ya tenía más de un año que no lo veía seguía siendo su padre y después de todo le preocupaba su bienestar, más por el mundo al que pertenecía y se alegró al mismo tiempo que la nostalgia lo invadía cuando no vió ninguna noticia relacionada él.
¿Porque se alegra a de que no hubieran noticias de su padre? Simple: en su familia y en muchas más había un dicho muy famoso: las malas noticias viajan rápido.
Aún así no podía evitar extrañar a su viejo.
Un sonido en la entrada lo alertó, la manija de la puerta meneándose de un lado al otro.
La mano de Oliver viajó en automático a la parte posterior de su jeans y tomó el arma en sus manos, se posicionó a un lado de la puerta y cuando la persona entró le apuntó en la sien.
-¡Padre celestial!.- Soltó Javier en español poniendo una mano en su pecho y otra en el rosario que llevaba al cuello.
-¡Su puta madre Javi! ¡Me metiste un susto de mierda! ¡Pensé que ya estabas dormido en tu cuarto pendejo!.- Exclamó Oliver también en español guardando el arma de nuevo.
-!¿Qué yo te asusté?! ¡Si al que le apuntaste fué a mi!.- Contestó Javier aún algo pálido hablando de nuevo ya en inglés.- Hasta sentí que se me bajó la presión.- Murmuró tomando asiento en el gran sofá de la sala aún con la mano en el pecho y miró a Oliver con súplica. -¿Tienes de casualidad una coquita?.
Oliver vió a su primo con diversión y se fué a la cocina tomando dos botellas de coca fría soltando una carcajada para liberar la tensión.
Regresando con su primo se sentó a su lado y le pasó su Coca-Cola mientras él tomaba la suya soltando un suspiro de satisfacción por el sabor.
Aunque habría que decir, no sabía tan bien como la de su país, era algo a lo que aún no se había acostumbrado, en casa acostumbraba a comer rico, Oliver extrañaba el pozole que hacía su abuela y los tacos, oh los deliciosos tacos que vendían en su ciudad, aquí era muy difícil encontrar un puesto donde los prepararán de una manera decente, extrañaba la comida mexicana en general.
El estómago de Oliver gruñó de tanto pensar en comida.
-¿Hay comida?- Le preguntó a Javier tallando su panza con la palma de su mano y una expresión de sufrimiento.
-No, pero puedo preparar algo rápido.- Respondió poniéndose de pie su primo.
Oliver escuchó como los trastes se movían en la cocina y pensó en las posibilidades de lo que podría preparar su primo.
Pasados unos minutos Javier regresó a la sala con una sonrisa de triunfo en su rostro y Oliver le tomó el hombro emocionado, su primo sabía preparar buena comida pues contrario a él, su primo había aprendido bien de su abuela cuando tuvo oportunidad mientras él era adiestrado para saber defenderse.
-¿Que comeremos?.- La emoción se filtró en su voz.
-Maruchan.- Soltó con orgullo Javier.
Los ojos de Oliver se apagaron un momento fugaz por la perdida de lo que pensaba sería un buen alimento y recuperaron su brillo al recordar que Javier tenía una manera peculiar de preparar esas sopas instantáneas.
Unos minutos después ambos estaban saboreando la sopa con otra Coca-Cola cada uno, la sopa tenía hojas de cilantro, picante, limón y un poco de mayonesa.
De pronto su primo se le quedó viendo fijo dejando de comer y Oliver se sintió extraño al ser observado tan fijamente.
-¿Que tienes en la cara? A ver, mira para allá.- Señaló con el dedo a un lado de la sala y Oliver obedeció. -¡Hijo de la chingada! ¡¿Volviste a pelear?!.
Oliver cerró los ojos con fuerza y empezó a rezar en su mente, él sabía que Javi era muy protector y se le había olvidado el golpe que había recibido unas horas antes.
En un instante Javier estaba a su lado examinando de cerca el moretón que se le estaba formando y fué corriendo a la cocina en busca de hielo soltando una sarta de insultos en español como siempre le pasaba cuando estaba alterado.
Al poco rato regreso con una bolsa de hielo y se la colocó con cuidado a Oliver dándole un sape, con cariño obviamente.
-¿Porqué sigues con las peleas Oli? Sabes que esos matones no son de fiar y si la gente de tu papá y el mío buscan lo suficientemente bien pueden hallarnos por medio de ellos.- Le reprendió Javier con preocupación impregnada en su voz.
-Ya sé, ya sé Javi pero el dinero sólo nos da para lo necesario.- Suspiró exasperado Oliver bajo la atenta mirada de su primo.- No estoy acostumbrado a negarme mis gustos.
-Pues ni modo primo, es lo que toca a menos que quieras regresar con tu papá. En esas peleas ganas buena plata pero es muy peligroso, podemos conseguir empleos de medio tiempo y lo sabes.
-Tendre cuidado primo, ésto no se volverá a repetir.- Oliver señaló su golpe con la otra mano y Javi ya no insistió sabiendo que era lo máximo que podía lograr esa noche porque si había algo en común que tenía la familia es que todos eran tercos de nacimiento y ellos dos no eran la escepción.
Ambos terminaron la cena y lavaron sus platos llendo cada uno a su habitación.
Oliver acomodó como siempre una pequeña navaja bajo su almohada, nunca se sabía cuándo sería necesario utilizarla y no estaba dispuesto a ser atrapado con la guardia baja.
Aquí les dejo el IG de alguien que se parece a "Oliver" aclaro que es a como yo lo imagino pero cada quien puede adaptarlo a una imagen más adecuada basándose en las características principales del personaje.
Ig:xaviserrano
Características físicas:
Alto de contextura ligeramente musculosa, piel morena clara, cabello castaño oscuro con ligeras hondas, labios un poco gruesos delineados de un tono café, ojos marrones claros, pestañas onduladas y cejas pobladas.