-¡PHOEBE!-exclamó Nanna corriendo a abrazarla. Podía sentirla, era ella, era Phoebe. Su compañera de aventuras desde la infancia, la chica que solía acompañarla en sus horas bajas, esa chica que tenía una sonrisa en el rostro aunque dentro estuviera casi hecha pedazos. Respirando, sollozando una en el hombro de la otra, como muchas veces antes, sólo que ahora no había nada qué temer. El mundo estaba resuelto. Nanna no podía pedir nada más.
-¡No sabes lo bien que me hace verte! Te extrañé demasiado, amiga. No creí que volvería a tenerte conmigo.- lloraba la chica, apretando los ojos con fuerza.
-Estamos todos aquí. La señora Ferdinand, Mark, Adam…Venimos por ti.
-¿Mark?- preguntó abriendo los ojos como platos.
-¡Claro! Anda, ¡Corre con él!- gritó Nanna, soltándola y dándole un leve empujón.
Phoebe corrió hacia el grupo, reconoció a Eva Ferdinand y a Adam, pero no a Mark. Luego se detuvo. Observó fijamente, hasta que el chico de cabello arreglado le sonriera con lágrimas en sus ojos miel.
-Mark… ¡Oh por Dios!- exclamó en un susurró, llevándose las manos a la boca. Quiso avanzar lentamente hacia él, pero una mano la tomó del brazo derecho haciendo que parara.
-Así es. Entonces todos vosotros son amigos de esta damita. Pues, quiero enteraros que estáis cordialmente invitados a nuestras nupcias.- irrumpió Rubeus.
-¡¿Nupcias?!- exclamó Nanna.
-Así es, mi lady. Phoebe y yo nos casaremos en un par de días. Podrán instalarse en el piso de arriba mientras estén aquí.- Rubeus comenzaba a controlar su manera tan propia de hablar al ver la cara de los presentes.
Nanna vio el corazón de Mark romperse con sólo mirar sus ojos. A tan pocos pasos de tener a su amada entre sus brazos de nuevo y ver que le fue arrebatada otra vez, ahora con un casamiento.
-Es algo tarde. ¿Les parece si vamos a descansar un poco?- agregó Rubeus, extendiendo los brazos como el clásico anfitrión.- Heather, Sharon, acompáñenlos al cuarto piso a que acomoden sus cosas. Las quiero aquí en cinco minutos, quiero hablar con ustedes.
Phoebe lo tomó de la mano y lo miró a los ojos.
-Cariño, ¿podría dormir con ellos?- preguntó la chica con ternura disimulada.
-Tú tienes tu propia habitación, amor.
-Pero tengo mucho tiempo sin verlos, además, no es correcto que la prometida duerma con su amado antes de casarse.-añadió con una sonrisa.
-Está bien.- accedió Rubeus poniendo los ojos en blanco.
Heather y Sharon acompañaron al grupo hacia el piso de arriba. Había unas siete camas en forma de semicírculo.
-Rubeus y nosotras nos quedamos en el tercer piso. Si necesitan algo, ya saben a dónde ir.-dijo Heather, guiñando un ojo.- Descansen. Dulces sueños a todos.
-Heather, ¿me explicas dónde está el baño, por favor?- dijo Eva Ferdinand.
-Claro.- respondió con su sonrisa habitual.
Heather bajó al salón de nuevo, seguida por Eva Ferdinand y por Sharon, que se fue sin decir palabra.
-Ahora estamos contigo.- dijo Adam a Phoebe, rodeándola con su brazo izquierdo.
-Anhelaba este momento.- suspiró la chica.
Se acercó a Mark, que estaba de espaldas hacia el resto y le susurró.
- Y tú, ¿no vas a abrazarme?- Él no contestó. Estaba rígido. Lo tomó del hombro y lo giró hacia ella. Mark tenía lágrimas corriendo por sus enrojecidas mejillas. Sus ojos se veían más claros. Apretó los labios y parpadeó un par de veces.- Pensé que se te había quitado esa maña de no tocar a las mujeres.- dijo Phoebe en tono juguetón, y Mark soltó una leve risa.- Ven acá.
Phoebe se paró de puntitas para rodearle el cuello con los brazos, entrelazó sus dedos en el cabello del chico. Él se agachó un poco para apoyar su frente en la de ella.
-Me encantas.- susurró Phoebe, dándole un casto beso en los labios. Luego limpió una lágrima que escurría de la mejilla de Mark con la yema de sus dedos, y él respondió besando su mano. Ella suspiró y añadió–Extrañaré tu look excéntrico, tan gótico, ese cabello tan rebelde, tus ojos delineados. ¿Qué te hizo cambiar?
-¿Así no te gusto?- preguntó él con desilusión.
-Te lo dije, me encantas. Pero creo que todos ustedes deben explicarme muchas cosas.- dijo la joven volviéndose a los demás.
Juntaron cuatro camas, cada quien en una, y platicaron por un par de horas acerca de cómo habían cambiado las cosas después de que ella desapareciera. Phoebe pidió que ellos hablaran primero y luego ella les contaría lo que pasó cuando estuvo en la guarida de los gitanos.
-Bueno, veamos si entendí. Nanna, te alejaste de Adam para que Victoria me regresara, te volviste la rara de la escuela y mi familia te odia.; Adam, volviste con Millena por despecho…
-No estoy despechado.- interrumpió él, sonrojado de la vergüenza.
-¡Ay, cállate! Volver con tu ex después de haber andado con alguien más es puro despecho. Bueno entonces volviste con ella y mandaste a Nanna a la porra; y Mark…Tú siempre fuiste neutral. Cambiaste ese estilo para sacarle información a Millena…
-Sí, no sé. Creo que es temporal.
-Pues, yo te aceptaré como sea que vengas. Tenlo por seguro. Pero tendré que acostumbrarme a que mi novio robe miradas por parecer modelo de revista.
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Editado: 14.07.2018