Y cuando hubo culminando su manifiesto, el joven visitante, quedándose tan sorprendido de cada palabra, con temor y mucho respeto, se dirigió en respuesta al señor de éste lugar, diciéndole casi temblando:
"Cada palabra suya atraviesa mi pobre alma, es tan impresionante que apenas logro mantenerme de pie para no seguir de rodillas ante usted.
En verdad usted es el Guardián y Señor de estos lugares, a usted le corresponde mi reconocimiento, y ahora por ello y todo estoy ya completamente seguro, que su Creador es el mismo también mi Creador.
Más bien desde ya, en esta confianza de procedencia extraña pero verdadera para mí, le pido y le ruego, por favor concluya todo lo que es conmigo. Pues mis experiencias a comparación de la suya son pequeñas que mejor sería mantenerme en silencio, que por eso solo me queda agradecerle y seguir agradeciendo… ¡Gracias por compartir su confianza conmigo!
Nunca me imaginé que pudiera existir una entrada tan secreta al lugar que tanto temen los aun vivientes, y sobre todo los que están por encima de todavía estos, aquellos humanos que en el fondo tienen algo de conciencia de este temor y aquellos espíritus que todos son testigos sin excepción.
Es extraño pensar en todo esto, que a pesar de encontrándome ya aquí, pues todavía sinceramente me cuesta bastante creerlo, pero después de todo como ya lo dije, creo que de eso se trata también los misterios, que más es para no comprenderlo.
Y siendo así, ¡oh Guardián de este lugar y Señor de las oscuridades!, ¡sólo permítame seguir contemplándole!, y así seguir escuchando todo de todo en cuanto me respecta, pues siendo de silencio en silencio, acerca de mí, acerca de usted, y sobre todo acerca del origen de este lugar...
Ya me sería inclusive tan grato con solo si decidiera que me fuera ya de su presencia...
¡Tengo temor sí, y mucho!
El miedo aún se presencia dentro de mí, todo esto es tan grande que estoy seguro que nadie podría verlo y menos serle tan sencillo, que siendo simplemente tan pero tan complejo, pues en mi sinceridad me doy cuenta que al respecto de mi conocimiento, no es nada a comparación siquiera con poner un pie en la entrada de este extraño y oscuro lugar.
Quería presentarle como me he presentado, pero veo con solo que me ha observado, pues lo sabe ya todo sin nada que todavía podría compartirle.
Y ya también aparte de estas cosas, que más podría aportar que valga la pena de oírme sus oídos, y no es por menospreciarme sino simplemente comprendo que hay cosas mayores y supremas que no puede dejarse por alto con tal de ser preciso y pleno por sólo uno, como yo y todavía nuevo, o mejor dicho con alguien quizá de no tanta importancia.
¡Muchas gracias por prestarme sus oídos!
¡Para mí es de mucho privilegio de ya solo encontrarme aquí, frente a usted!
Y por eso, ¡gracias por permitir mi presencia, Señor!
Es y será una de las cosas más maravillosas que me esté pasando.
Y por ello gracias, por permitirme que todo esto suceda, una y otra vez...
¡Gracias, y gracias Señor!".
El pequeño joven se retiró unos pasos, y tomando cierta distancia de respeto pues volvió postrarse ante sí, pero aquél ser tan imponente, ya no permitiéndole seguir postrándose se acercó tres pasos y se le refirió de esta manera:
"¡Ya no hagas eso!
¡Que si lo vuelves hacer me será ya ofensivo!
¿No te estas dando cuenta que en el fondo se empieza ver que no somos tan diferentes?
Y aparte, ¿ambos no servimos al mismo Creador?
Que entonces siendo así, sin más explicaciones...
Que inclusive ahora te pido...
¡Pues, ya no te es necesario realizar este acto!
¡Más bien levántate!, que ahora más que nunca debes de oír las siguientes palabras, que son propiamente de manera muy personal ya sólo para ti.
Esto me fue encargado desde los inicios de mi creación, para cuando llegara el día y el momento, debía entregar y entregarle a la persona donde exactamente te encuentras tú.
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Editado: 03.05.2023