LUISA
Han pasado ya dos meses desde que me enteré de mi estado, he realizado mis trabajos pendientes con Bianca y su esposo, ellos hacen una pareja excelente en lo sentimental por lo que se ve cuando están cerca, tienen una conexión que no se necesita hablar para saber que piensa, siente o decide el otro, pero sin duda en combate son un complemento fenomenal y pude notarlo en el último encuentro que tuvimos, estábamos tras la pista de la blanca que todavía tienen el descaro de copiarme, no sabemos las intenciones pero ya todos los que conocen mi identidad están atentos para cuando aparezca y no caer, el caso es que estábamos en una propiedad antigua y en ruinas, cuando ella llegó con dos enviados de Zeto.
Que estuvieran listos para emboscarnos, nos dio a entender que estamos por el camino correcto y la información que obtuvimos nos sirvió para luego entrar a uno de sus cuarteles, encontramos un sistema de cómputo con cámaras cerca a la empresa y al pent-house de Ael, lo que nos alarmó fue que tenían la casa de Bianca vigilada y por seguridad de su hija están viviendo conmigo, claro que yo de vez en cuando vengo por qué me incomoda ver a José que ahora pasa más acá que con su esposa, decir eso todavía me oprime mezclado con rabia o tristeza no podría describirlo.
Acaricio el vientre que todavía no se nota y siento el movimiento que hace, sonrió por inercia al imaginarlo entre mis brazos ¿De qué color serán sus ojos? ¿Desarrollará dones o será humano por completo? A veces deseo que pase rápido el tiempo y otras quisiera devolverlo para golpear a José cómo se lo merece - quisiera matarlo - digo en medio del suspiro recordando esa noche, agitó mi cabeza para dejar de pensar y sigo revisando los documentos que trajo Bianca del trabajo, la empresa requiere de mucho tiempo por las negociaciones que mantienen los terrenos donde manejamos las guarniciones por alguna eventualidad, también mantienen protegidos los túneles que conectan las casas que ocuparemos si todo sale mal.
Ellos se enfrascan ahora en una pequeña discusión, desde que tengo razón no se toleran y hasta pensé que terminarían juntos, pero que presentimiento más herrado - ya cállense - les digo cansada de lo mismo, es que son peores que Elena y Ael al principio.
Les digo señalando la puerta con la cabeza y ellos entienden, al minuto entra José con los planos que necesitamos para revisar los terrenos nuevamente, es una tarea que se toma muy enserio, Su-ji se retira diciendo que esos temas no le interesan por ahora y que me verá en la habitación en media hora, por ese comentario lo miro como si ya estuviera mi espada clavada en algún lado de su cuerpo y generándole mucho dolor, Bianca no disimula la risa y José dice que comencemos a trabajar lanzando los planos en el escritorio.
Nos quedamos debatiendo de un nuevo paso que vimos para la propiedad que adquirimos más alejada de las demás y en terreno alto para tener más ventaja, las cosas se sienten incómodas con la actitud de José tan agresiva y claro la mía no se queda atrás, tanto es que Bianca no tolera más por el nivel de sensibilidad que ella maneja y decide irse por un rato, el silencio ahora es protagonista en estas cuatro paredes donde apenas se escucha el movimiento que hace el lápiz cuando trazo cada línea del diseño, siento de vez en cuando su mirada sobre cada movimiento que hago y la sensación de nervios regresa, maldigo interiormente por la traición que genera mi cuerpo hacia la razón que constantemente me recuerda mi memoria, cansada decido irme o Su-ji seguro vendrá con sus comentarios fuera de lugar.
Cuando estoy a punto de contestarle me llama la atención una carta que tiene sobre la mesa y parece que las cosa no están bien en casa por lo que alcanzo a leer antes de que la cubra
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Editado: 12.01.2023