11.- Eres auténtica ¿Lo entiendes?

Capítulo Once 

Eres auténtica ¿Lo entiendes?

Se quedaron una hora más admirando la playa, cenaron algo y empezaron a caminar en la orilla del mar mientras el agua mojaba sus pies.

En Marquelia se respiraba una paz inmensa, justo lo que necesitaba Alessia.

Era la primera vez que ella conocía ese lugar y por más raro que se escuchara, se sentía tranquila, sin nada que la angustiara.

La arena, las olas, el viento soplando en su rostro era lo único que necesitaba en ese momento.

―Me encantaría quedarme aquí ―comentó mientas ambos sostenían sus zapatos en sus manos.

―¿Para siempre?

―Eso depende ―la miró ―¿Cuánto tiempo es para siempre? ―él analizó su pregunta para responderla  —no hay una respuesta correcta, supongo que aveces solo es un instante.

―Que profundo ―ella sonrío ―Ya que estamos por aquí ¿Por qué no aprovechamos para conocernos más?

―¿En que estás pensando? 

―Siéntate ―hizo un ademán de manos y ambos se sentaron en la arena ―hay que hacernos preguntas de algo que nos gustaría saber del otro ―explicó ―no se vale mentir y todo lo que hablemos, no va a salir de aquí ¿Qué dices?

―Acepto con una condición, no quiero que me preguntes nada que tenga que ver con lo que pasó hoy ―asintió ―siendo así, comencemos, tú empiezas.

―¿Cuál es tu color favorito?

―El rojo.

Ni siquiera esperó unos segundos cuando él ya tenía clara la pregunta que le iba a hacer.

―¿Cuántos novios has tenido? ―se quedó callada ―¿Qué pasa?

―Ninguno ―él se sorprendió al escuchar su respuesta.

―¿Por qué? ―quiso saber ―Eso quiere decir que no has dado tu primer beso, ¿cierto? ―iba a hablar pero él la interrumpió ―¿Por qué te quedaste callada cuando te hice la pregunta?

―Es algo un poco complicado.

―Te escucho ―ella sonrió.

―¿Enserio quieres escuchar todo desde Adán y Eva? ―asintió con una sonrisa por las expresiones que ella tenía—. A mi antes me daba pena decir que nunca había tenido novio.

―¿Por qué? 

―Me sentía fuera del lugar, cuando mis amigas, mi prima e incluso mi hermana que es tres años menor que yo hablaban de eso, sentía que no encajaba, ya sé que es algo ridículo.

―No lo es ―añadió rápidamente.

―A mis amigas les mentía diciendo que si había tenido novio  —respiró profundo ―quería encajar, con respecto a mi familia sabían que nunca había tenido una relación y eso en ocasiones me causaba inseguridad, sentía que era fea ―se sorprendió al escuchar aquello.

—Carajo, eres hermosa.

Quería decirlo, pero terminó reprimiendo cada palabra.

¿Cómo podía pensar aquello?

Alessia era hermosa en toda la extensión de la palabra.

Su rostro tenía esa inocencia, ese dulzura que la caracterizaba, ese algo que hacía que Thomas no pudiera dejar de verla, de pensarla.

Era lo más extraño que le había pasado.

―Ya sé que es tonto ―él negó con la cabeza ―antes de dormir imaginaba historias románticas que me gustaría que pasaran ―sonrió al escucharse así misma ―historias que yo misma creaba con las personas que me gustaban en ese momento, como una novela ―explicó ―algo tonto, ¿no crees?

―No, no lo creo, con esas historias puedes crear increíbles películas, series, incluso libros.

—¿De verdad lo piensas?

—No tengo la menor duda, pero continúa.

―Al cumplir 17 años creo que "maduré" si es que se puede llamar así, entendí por mi misma que no tenía nada de malo decir que nunca había tenido novio, simplemente no era momento ―jugo con la arena, porque estaba nerviosa.

Hizo una pequeña pausa y luego continuó.

 ―Con respecto a la pregunta del beso, te equivocas, mi primer beso lo di cuando tenía 15 años, un día fui con mi prima,  a uno de esos lugares, donde los jóvenes beben, esos eventos que organizan para menores de edad. Ella compró los pases y fuimos con tres de sus amigos, pasaron las horas y sus amigos se tuvieron que ir, nosotras nos quedamos, empezamos a bailar y cantar porque todas las canciones las sabíamos.

Recordó aquel día.

Al llegar te marcaban el brazo con un plumón, una marca pequeña, ni siquiera se notaba, solo así podías entrar a interior del lugar.

Las luces, el humo, las personas con una bebida en su mano, moviéndose al ritmo de la música.

Sonrió, nunca había estado en un lugar así, era algo nuevo para ella.

No estaba acostumbrada a ese tipo de lugares, pero le gustaba la idea de cantar a todo pulmón.

Se encontraban en la pista de baile, enfrente había una pantalla gigante donde pasaba el video de la canción que estaba sonando.

Dos chicos se acercaron a ellas y comenzaron a bailar.

Al pasar tres canciones el habló.

—"¿Te puedo dar un beso?"

Alessia apretó sus labios, no quería.

—Uno pequeño —hizo ojos de cordero —no va pasar nada, es un simple beso.

Negó pero él insistió a tal punto que se sintió presionada y aceptó.

—Está bien.

Luego de besarla uno de sus amigos lo llamó y la dejó sola, no volvió a aparecer el resto de la noche.

Fue una más que besó ese día, una más que anotar en su lista.

Y el problema fue que Alessia no sabía que en ese tipo de lugares era común besarse y que eso no te comprometía a nada.

Cuado terminó de contarle, Thomas iba a decir algo, pero ella no lo dejó.

―Esas son las respuestas a tus preguntas, no quiero que digas nada, por favor.

―Está bien ―tuvo que guardarse todo lo que le quería decir ―tú turno, pregúntame.

―¿Es verdad que todas tus ex novias te han sido infieles?

―¿De dónde sacas eso? ―preguntó entre risas.

―De internet.

―¿Me estás investigando? ―levantó una ceja.

―Ese no es el punto, te hice una pregunta.

―Casi todas ―le respondió.

―¿Y aún crees en el amor? ― asintió ―¿Por qué?

―El amor es algo complicado y  sigo creyendo que en alguna parte del mundo hay alguien destinada para mí ―ella sonrió ―no te voy a negar que me desilusioné mucho, siempre que conozco a alguien creo que es la indicada, pero con Vanesa entendí que no debo de hacerme ilusiones tan fácil ―la miró ―mi turno...  ¿Dónde está tu papá?