El famosísimo modelo Dylan Zaerkov de nuevo nos impresiona con otro nuevo escándalo, y es que golpeó con su costoso auto a una mujer joven cerca de la plaza Times Square. Su nombre es Andrea Ramírez de 22 años, y es de providencia latinoamericana.
¡Así es amigos!
Según fuentes cercanas, milagrosamente ella no sufrió ningún daño perjudicial. Solo algunas heridas en su cuerpo, pero nada en lo que podamos preocuparnos. El impacto del auto no fue mortal. ¡Gracias al cielo! Si fuese así, el apuesto Dylan estaría en graves problemas. Según lo que se dice, es que está en delicados asuntos con su familia con respecto a la nueva sucesión de los negocios que posee su padre, además de que este asunto del accidente podría hacerle perder muchos contratos en agencias de modelajes. Pero asombrosamente el evento no llegó a índices mayores que puedan afectar su vida familiar y profesional, o eso es lo que se dice. No se sabe nada por la cual su padre ha decidido entregar sus negocios a sus hijos a tan temprano período, pero después de esta noticia, se espera que el antecesor Zaerkov, vuelva a tomar nuevamente su postura con respecto a su resolución con su gran imperio.
Mis cejas están alzadas. Mirando perpleja lo que decía este artículo. ¿Andrea Ramírez? ¿Qué carajos? ¡Ese no es mi nombre!
En otros artículos también puntualizan el nombre de “Andrea Ramírez”.
Busco y busco más información, y encuentro entre muchas reseñas, un artículo en el que describen y enseñan algunas fotografías muy particulares, que hacen que de mi boca se abra más de lo normal.
En las imágenes, aparece lo que según describe el párrafo a la chica Ramírez, saliendo del mismo hospital en el que permanecí hace días, acompañada extrañamente por Dylan. ¿Qué? Y Atrás de ellos, también estaban dos hombres con una fisionomía parecidos al de Dennis.
Ladeo la cabeza mientras miro detenidamente la imagen. Alzo una ceja, cuando noto que la chica tiene en su brazo derecho una férula de yeso.
Escudriño el aspecto de la chica detenidamente. Su cabello se aprecia castaño oscuro y largo; además de que su piel es de color canela. En cuanto a su rostro no pude distinguirlo muy bien ya que la fotografía se ve demasiado apartada, y los flequillos en su frente cubren parte de sus ojos.
Parpadeo desconcertada. ¿Acaso tiene mi mismo corte de cabello?
Luego de unos segundos, de seguir y seguir sondeando la apariencia de la chica, entrecierro los ojos sin poder evitar asemejar su apariencia con la mía.
No puedo creerlo.
Busco en la parte superior del anuncio de este artículo, la fecha en la cual fue publicada.
—Vaya… —murmuro sorprendida, cuando advierto que este artículo se publicó exactamente el mismo día en el que me dieron de alta en el hospital.
—Creo que la salida es por allá —había señalado con el mentón al corpulento hombre. Se estaba dirigiendo al pasillo equivocado.
Él se detiene y niega con la cabeza.
—No, no saldremos por ahí, en la entrada está plagada de reporteros, hay una salida atrás del hospital.
Suspiro sutilmente al recordar aquel específico recuerdo.
Esas personas estaban esperando mi salida quien sabe desde cuándo. Entonces, utilizaron a la chica como una distracción para que no se percataran que la auténtica salía tranquilamente en la parte trasera del hospital.
Miro hacia los lados buscando movimientos extraños, pero solo observo personas caminando con normalidad por el lugar, ignorándonos totalmente
—Al parecer no hay ningún fotógrafo —digo mientras inspecciono la zona.
—No —contesta Dennis mirando alrededor—, fuimos muy precavidos. —Iba a inquirirle qué quiso decir sobre eso, pero me interrumpe—. Debemos entrar.
—De acuerdo…
Ahora comprendo todo.
Dylan ha disimulado mi identidad.
Suspiro mientras proceso este descubrimiento.
Es por eso que sentía mi vida demasiado tranquila.
Wau.
Tengo que admitir que Dylan fue demasiado calculador e ingenioso. Ideo todo esto para salir intacto de este jaleo.
La razón fue más que obvia al privarme de los servicios del departamento. La televisión, internet, la tarjeta SIM. Todo eso era demasiado raro y a la vez tenía mucho sentido, sabía que él estaba haciendo algo, pero no me esperaba algo semejante.
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Editado: 22.08.2018