Hoy comenzaré mis clases.
¡Es estupendo!
Me creerán loca, pero he estado desesperada por que este día llegara, y claro, no tiene nada que ver con que hoy veré a Joey. Con que hoy saldré con él. Y claro, no es que haya aceptado aún. Y ayer no me la pasé todo el día pensando sobre eso.
«No. Para nada. Joey no tiene nada que ver en esto. Eres tan estudiosa y amas tanto la escuela que no puedes vivir sin ella. Sí, claro, ahora resulta.»
¡Gracias, no me ayudes!
Pero es cierto, lo admito, todo el día anterior me la pasé pensando sobre eso. Y aún no sé si debo aceptar. Pero creo que lo decidiré mejor más tarde, cuando regrese de clases. Si no me doy prisa, llegaré tarde mi primer día de escuela y es lo que menos quiero en este momento, a pesar de que faltan como treinta minutos para que empiecen.
—¿Lizzy, ya estás lista?
—Sí, claro. Ya casi termino, solo déjame tomar mi mochila. —Me acerco a mi cama y tomo mi mochila que estaba sobre esta, me la cuelgo de un hombro y camino hacia la puerta del apartamento donde se encuentra una Alice desesperada que golpetea su pie contra el suelo. —Al fin de cuentas era otra persona la que estaba desesperada por entrar a clases, eh— muevo mis cejas de arriba abajo de manera subjetiva.
—¿Quién lo diría? Jamás me imaginé que un día estaría así. —Alice cierra con su llave la puerta de nuestro dormitorio, y la guarda en uno de los bolsillos de la mochila que ya tiene puesta en su espalda—. Pero no puedes culparme. La verdad es que me siento emocionada por enseñarte la escuela. Por ser yo tu guía.
Me da una sonrisa completa mostrándome así, lo verdaderamente emocionada que se encuentra. Y yo no tengo de otra, más que regresarle la misma sonrisa, porque admito que es muy contagioso verla de esta manera, solo que mi sonrisa es acompañada con una pequeña risita. No sé porque, pero me causa gracia verla así, jamás me imaginé que Alice estuviera tan encantada y desesperada por entrar a clases. Alice no es de esas. Pero que me condenen si no estoy disfrutando verla de esta manera.
Lo cierto es que sí se le ve demasiado emocionada. Ayer, desde que llegó, no paró de contarme sus experiencias en la universidad y de que ella sería quien me mostraría cada rincón. Hasta me amenazó si llegaba a tener a alguien más aparte de ella.
Por Dios, si cuando quiere, esta chica puede dar miedo.
Así fue como me di cuenta que Alice es mayor que yo solo por un año y de que está estudiando periodismo. Eso no es algo nuevo, no esperaba menos, tiene una facilidad de palabra impresionante, ya que jamás deja de hablar. Pareciera como si se fuera a morir por no decir cada una de las cosas que se le vienen a la cabeza. Así que, así es como estoy metida en este embrollo, todo el día me la pasaré con Alice encima de mí.
Dios, ayúdame.
—Sabes que puedo dar un tour por la escuela por mí misma, Alice. No es necesario que lo hagas tú. Soy buena en eso, ¿recuerdas?
—Lo sé. Y por eso mismo serás una buena amiga, te mantendrás calladita escuchando todo lo que te estaré diciendo y te mostrarás asombrada por lo que te mostraré, actúalo si es necesario, pero aceptarás mi humilde ayuda— me mira con ojos demasiado amenazantes, como si verdaderamente quisiera asesinarme solo por intentar librarme de ella. Entrelaza su brazo con el mío obligándome a caminar.
No, si a esta chica no se le escapa nada. Mas vale que me cuide.
—Bueno, si no tengo de otra—me encojo de hombros.
—No, no tienes de otra.
Resoplo.
Haga lo que haga no podré librarme de esto.
Cinco minutos después, llegamos a lo que viene siendo el campus de la universidad. Un campus que es verdaderamente enorme, demasiado enorme para pertenecer a una escuela. Este está muy bien cuidado, muy verde, muy bonito, rápidamente capta mi atención. Y hoy, está repleto de estudiantes, puedo encontrarlos por todos lados, donde quiera que voltee. Algunos están en su grupito, según ellos, donde mejor encajan. Otros, están solitarios, leyendo libros, escuchando música, hablando consigo mismos. Y otros, haciendo lo que mejor hacen; molestar a la gente.
Pero, lo que de verdad me causa asombro, es la fachada de la universidad. Como si fuera un castillo, un verdadero castillo. Su belleza es descomunal, a pesar de ser una de las más antiguas. Creo que eso es lo que más me llama la atención, que es una leyenda por los tantos años que tiene de trayectoria. Siempre me ha gustado investigar los lugares que visitaré, me gusta mucho saber su historia. Y eso es exactamente lo que hice antes de llegar a este lugar. Pero lo único que alcanzo a recordar es que, fue fundada en el año de 1894 y que ocupa uno de los primeros lugares a nivel mundial por ser la universidad con más antigüedad. Y sin duda alguna, me encantará. Corrección. Ya me encanta.