❝EL PRIMER ENFRENTAMIENTO❞
Ambos sabíamos que debíamos volver, pero ninguno hacía el amago de querer hacerlo. Luego de que Ronan terminara de hablar, no esperó a que dijera algo al respecto y simplemente se volvió a acostar y viendo que no me negaba, me llevó con él, recostando mi cabeza contra su pecho y en vez de apartarme, solo me acerqué más a él y dejé que el momento continuara.
Cuando su mano comenzó a acariciar mi cabeza fue en dónde la paz me invadió y aunque pensaba que fuera imposible, Ronan logró que mis pensamientos se detuvieran y en lo único que me centraba era en el latir de su corazón y de su profunda y lenta respiración, dándome a entender que también estaba disfrutando de nuestro momento.
Pero fue el zumbar de su celular lo que rompió el ambiente cálido que se había formado.
Sin moverse demasiado, saca su celular, pero al ver quién lo estaba llamando, suspiró y no dudó en apagarlo. Lo volvió a guardar y después, sin decir nada, siguió acariciándome.
Frunzo mi ceño. —¿No era importante?
—Solo era mi padre y probablemente quiera saber por qué me fui tan rápido.
—¿No estará preocupado?
Deja escapar una falsa carcajada. —No, no lo está.
—¿Por qué estás tan seguro? —pregunto, moviendo mi cabeza y poder mirar su rostro, pero él seguía mirando hacia arriba.
—Porque mi padre no es alguien a quién se le puede considerar como una persona que se preocupe por los demás. Es más controlador. —suspira— Quiere saber todo y que todo salga como él quiera.
—No te llevas muy bien con él, ¿cierto?
Baja su mirada y la conecta con la mía.
—¿Se nota mucho?
Le dedico una pequeña sonrisa. —No mucho, casi nada en realidad.
Vuelve a carcajear, pero esta vez lo hizo en serio.
Arrastra su mano hacia mi rostro y toma gran parte de mi cabello para apartarlo, pudiendo de esa forma acariciar mi mejilla.
—No siempre estamos de acuerdo con ciertas cosas y digamos que a mi padre no le gusta que lo contradigan, mucho menos su propio hijo. Pero, ¿qué puedo decir? Crió a un hijo rebelde, que en vez de seguir órdenes, las impone. —bromeó.
Ladeo una pequeña sonrisa mientras apoyo uno de mis brazos por encima de su pecho y me acomodaba mejor.
—Yo… —suspiro— ¿Puedo saber cómo son tus padres? Quiero decir, en general.
—Es muy complicado. —destacó, resoplando— Aunque dijera que mi padre es un hombre controlador, no puedo descartar que es una buena persona. Lideró muy bien y siempre tuvo en cuenta las necesidades de la manada. No solo él, mi madre también fue una maravillosa Luna y demostró mucha amabilidad por todos. —agregó— Pero no puedo olvidar que cuando ven que algo no les gusta de una persona, sus actitudes cambian por completo.
—¿Qué cosas no les gustan?
—No les agradan las personas que no respetan sus reglas, pero mucho menos las que se han atrevido a atacar en su contra o en contra de la manada.
—Y sobre todo, que sean vampiros, ¿cierto?
Le oigo suspirar. —Como dije, es muy complicado.
Sin que pueda evitarlo, la pregunta que tanto he estado guardando, salió disparada de mi boca.
—¿Tu manada fue la que comenzó la guerra?
La mano con la que me estaba acariciando se detuvo de golpe y su cuerpo se endureció. Se tomó varios segundos para procesar mi pregunta, como si realmente no comprendiera a lo que me estaba refiriendo.
Aparto mi brazo y apoyo mi mano en el suelo para poder levantar mi cuerpo y poder ver mejor su rostro, el cual estaba con su ceño fruncido y con su mandíbula ligeramente apretada.
—¿Tú estás…? —pregunta, girando lentamente su mirada hacia la mía— ¿Tú estás queriéndome preguntar si mis padres pudieron haber matado a…? —se calla cuando se da cuenta de lo directo que estaba al hacer tal pregunta.
Bajo mi mirada. —No lo sé. No sé muy bien lo que quiero preguntar. Es muy extraño. —suspiro y refriego una de mis manos contra mi rostro— Siento que no sé absolutamente nada de mi vida. Siento que si llego a hacer la pregunta correcta, mi mente comience a recordar y… —enmudezco por un segundo, mientras volvía a levantar mi mirada hacia él— y no sé si realmente quiero recordar.
—Yo… —murmura— Yo no puedo negar o afirmar que mis padres fueron… —baja su barbilla, avergonzado— Lo siento, pero no lo sé en realidad. Te juro que me gustaría saberlo para que pueda responderte, pero no es un tema del que he hablado con mi familia. —suspira y me mira— Sé que es muy difícil la situación por la que estás pasando, pero no deberías atormentarte de esta manera. Además, ¿por qué no querrías recordar? Tú misma dijiste que es tu historia, tu vida. Son tus recuerdos, ¿por qué no quieres tenerlos de nuevo?
Giro mi cabeza hacia el lago y sin responder a su pregunta, me levanto de mi lugar y camino más cerca del agua.
No estaba siendo consciente de lo que decía, pero una vez que lo dije, todo tuvo sentido.
Tenía miedo, miedo de recordar.
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Editado: 11.11.2024