¿eres tú?

2.4

Eran las 11:00 p. m. cuando recibí el último mensaje de Daniel diciendo que iría a la fiesta. Que no me preocupara, que todo estaba bien.

Hasta este momento tengo que confesar que nuestra relación, a pesar de ser tan larga y todo el amor que nos tenemos, ha tenido altos y bajos. Algo demasiado normal, según lo que mi mamá dice, sin embargo, a veces pienso que no es tan normal todo lo que nos ha pasado en los últimos meses.

Recuerdo que cuando estaba en segundo semestre de preparatoria él y yo nos habíamos tomado un tiempo, no fue porque tuviéramos dudas, o al menos yo no las tenía. Pero, él sí. Tenía dudas porque había conocido a una tal Larissa la cual se metió entre nuestra relación.

No lo justifico, sé que él hizo mal e incluso recuerdo que ese día. Una amiga dijo que me desquitara y sacara todo lo que tenía. Así que entré al aula 4 y empecé a golpear las bancas, algo muy estúpido, pero no podía hacer mucho. No podía ir a su preparatoria y golpearlo ni tampoco podría hacerlo en persona.

Sin embargo, en aquellos momentos el profesor Campos me aconsejó demasiado. Él siempre estaba, y sigue estando, lleno de consejos. Me ayudo a superar todo ese tiempo que nos dimos y no caí en ninguna bebida alcohólica ni nada parecido. Todo fluía bien, hasta que por fin él se dio cuenta que nosotros debíamos seguir juntos y no dude en decirle que sí, otra vez.

Era la primera vez que nos tomábamos ese tiempo, y pensé que nada iba cambiar... Hasta que empezó a juntarse con esos amigos que, según yo, le han influenciado demasiado en estos últimos meses.

Él no es el mismo del cual yo me enamoré, sus padres dicen lo mismo. Ha bajado sus calificaciones, sale a altas horas de la noche, les contesta mal, no hace sus deberes... En fin, un caos. Pero, yo pensé dentro de mí que si lo cambié una vez ¿por qué no dos? O ¿por qué no tres? Las veces que sean necesarias yo estaré ahí para él y espero que él esté ahí para mí.

Sin embargo, a las 12:00 a. m. recibí un mensaje de Rocío diciendo que todo estaba bien que no me preocupara porque él es un buen chico. Por lo tanto, pude dormir en paz hasta las 4:30 a. m. que recibí una llamada de ella diciéndome que me alejara de él porque lo había visto besarse con Larissa... La misma chica que intento separarnos hace un buen tiempo atrás.

Lo único que recuerdo de esa noche es que llame a su celular más de diez veces y en ninguna me contesto, pero yo no me daría por vencido así que marqué a su casa y su madre, su pobre madre, me contesto y yo intentaba hacerme entender sobre las lágrimas que caían una tras otra sin parar.

-Podría comunicarme con Daniel, por favor. – Es lo que según yo trataba de decir.

-¿Quién habla? – Se escucho la voz dormida de la señora.

-Jennifer, habla Jennifer. Por favor.

-Está dormido ahorita cariño, ¿por qué no intentas más tarde?

-Es urgente, necesito hablar con él. Ahora. – Jamás le había hablado tan duro ni tan cortante. Ella no merecía esto.

-Calma cariño, deja voy y le hablo.

Después de eso escuche como se abría la puerta, obviamente de su cuarto, y le empezaba a despertar diciendo que estaba en el teléfono. Al poco tiempo escucho su voz ronca, señal de que se acababa de despertar.

- ¿Bueno? ¿Amor?

- ¿Por qué lo hiciste?

- ¿Hacer qué?

-No me vengas con tonterías. Tú sabes muy bien de qué estoy hablando. Dime por qué lo hiciste.

-Mira, ahorita es demasiado temprano y estoy muy cansado. Así que hablamos mañana ¿te queda bien? Cuídate. Te amo, descansa.

Y me dejo ahí llorando. No pude decir nada más, porque me colgó y me dejo llorando en mi cuarto. Yo no sabía qué hacer. Estaba demasiado perdida, el amor de mi vida me había engañado y alguien lo había visto. Esta vez todo era diferente.



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En el texto hay: historia de amor, amor, amor adolescente

Editado: 06.04.2019

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