|C A P Í T U L O: D I E C I S É I S|
MARATÓN: 4/4
Continuación...
Ya a los segundos de distanciarnos, me quedé sembrado mirándote mientras te alejabas definitivamente. No quería que nos separáramos pero nuestros destinos no opinaban lo mismo. Cuando iba me volteé para hacer lo mismo, una extraña sensación de melancolía y nostalgia me punzaron pero se esfumaron en el aire, cuando me llamaste y paré en seco dando la vuelta por impulso mientras te veía corriendo hacia mí. De mi boca se escapó una pequeña sonrisa. Era gracioso ver cómo eran los movimientos de tu cuerpo, entre corriendo y saltando. Seguro se te había olvidado decirme algo, lo que fueras a decirme sería la excusa perfecta para demorarte un poco más.
Me emocionó que la razón fuera la genial idea de intercambiar nuestros contactos para no dejar simplemente todo allí: en una cita de una noche más con alguien; y estar en comunicación para ver cómo iban fluctuando las cosas más adelante entre nosotros.
No te llegas a imaginar de cómo me alegró de sobremanera el que pensaras eso sin siquiera comentártelo con alguna indirecta, y es que vamos... para ligar y el coqueteo que todo ello requería solo conseguía explicarlo con un claro ejemplo: todo era como las complejas operaciones que no dejaba de ver en mis clases de matemáticas, no las entendía en su totalidad.
Cuando nos despedimos por segunda vez, me puse en marcha para dirigirme a mi casa y volteaba cada tanto, porque la necesidad de verte una vez me dominaba y el tono melaza de la noche tan despampanante y acaparador no fue impedimento para que retratara de una forma tan única y perfecta tus envidiables orbes manchas de mantequilla de maní cuando te giraste también como avisado por mi escrutinio indiscreto.
Yo que había compartido un presente que se convertía en pasado, pedía a gritos un futuro contigo y así podría tener retratos por doquier -como museo- en nuestra casa de distintas poses de tus ojos. ¿Si llegaras a escuchar todo lo que pienso de ti, cavaria un hoyo y me enterraría? Es que al compartir esa noche contigo, el futuro se visualizaba relativamente fácil.
Quería algún día llegar a convertirme en un gran fotógrafo profesional, lo cual era mi más grande sueño a cumplir; el problema que explotaba aquella mágica burbuja sacándome de ella residía en cómo se lo externaría a mis padres... Es que mi padre era un abogado de renombre que había seguido los mismos pasos de mi abuelo que ya descansaba en paz. Y era como un mandato divino que yo sería el siguiente en la lista. ¿Cómo encontraba la forma de explicarle que a lo que me quería dedicar no sonaba una auténtica barbaridad? Es que por más que lo intenté para hacer las cosas más sencillas para todos: no me veía estudiando Derecho en alguna facultad y tener que pasar noches devorando extensos libros que contenían amplios compendios de leyes y artículos. Graduarme de lo mismo, luego tener un trabajo a costilla de la influencia de mi padre, lo que me condenaba a ser su sombra. Mi mente creativa no se veía reducida a un despacho de cuatro paredes que me esperaría cada día de labor. Lo mío era salir de lo cotidiano, viajar por el mundo recorriendo hermosos lugares y fotografiar cada paisaje que yo creyese que debía ser admirado por todos.
Cuestionantes intrusas se agolpaban en mi cabeza obligándome a que les diera una respuesta a la fuerza:
¿Cuántas citas habrás tenido antes? Yo esperaba que no fueran muchas, porque no quería que hubiera alguien detrás de ti.
¿Tenías novio? Me decepcionaría llegar a saber que sí, aunque por la forma en la que me abrazaste y el beso que plantaste en mi mejilla, consideraba que no.
¿A caso deseabas querer tener algo conmigo a futuro? Porque me era muy confuso entender lo de tu referencia del "closet".
¿Por qué me habías besado y abrazado si apenas nos conocíamos? ¿Sería todo un montaje para que creyera que yo te gustaba y así obtener lo que quisieras de mí?
¿Alguien más de tus ligues se había puesto de aquella manera con tus palabras? Seguro que nadie más, yo era el único tonto y debilucho que no pudo controlar sus emociones. Sin embargo, ¿Cómo las controlabas si tú me las dispersaste como si fueran un ron de canicas y tú el tirador que acertaba por su puntería?
Si dejaba que mi cabeza siguiera con su interrogatorio definitivamente me iba a estallar el cerebro en mil pedazos. Hasta que el sonido estridente de una bocina llegó a mi rescate.
¿Quién sería la imbécil persona que estaba pitando como loca detrás de mí? No aguanté más aquel desagradable bullicio y giré para decirle todo tipo de improperios con la voz lo suficiente alta para que lo escuchara. Sin embargo, las palabras venosas que iba a lanzar, se ahogaron garganta abajo.
Continuará...
***
NOTA DE AUTOR: Un último avisito antes de despedirme: les había hablado sobre esto en la "nota de autor" del capí 12, pero se los volveré a recordar, gente: como saben tengo una cuenta de IG que dejó siempre al final para que me vayan a seguir y pues el pasado viernes posteé algo muy especial referente al "racismo" aunado al caso que ha sonado en torno a esto que es el de George Floyd (hombre que murió tras su cuello haber sido presionado por la rodilla de un oficial de tez blanca). Es un escrito larguísimooo, se darán cuenta si van a verlo. También voy a empezar a publicar frases, de hecho tengo dos posteadas por si quieren verlas: están hermosísimas, obvio tienen mi sello *no el presumido, xD* La invitación está abierta para todos, ¡los espero por allá, metaleros!
Editado: 02.08.2020