Ermagie

1. Bienvenida a casa

Mundo mágico. Al otro lado del muro.

Ermagie, una tierra de magia y encanto. Rodeado de una extensión de bosques, cuevas, montañas, castillos. Hogar de hadas, trolls, duendes, brujos, entre otros. Todos gobernados por el rey Henry que desafortunadamente se sentía muy enfermo, pero eso no era todo, últimamente soñaba con un hombre joven, un campesino, parecía una pesadilla. No lo dejaba dormir, se despertaba gritando y empapado en sudor. Se preguntaba si ya era su hora, la hora de su muerte. ¿Qué pasaría después de su muerte? ¿Le dolería? ¿Cómo tomarían sus hijas su partida?

—¿Señor?

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por la cazadora. Su mente estaba en otra parte que se le olvido que se encontraba en una junta con el consejo mágico. El reino de Ermagie tiene cinco territorios, cada uno gobernado por el líder de cada clan. El clan Khimaira, gobernado por la reina sirena Dariyah. El clan Alfar, gobernado por el señor elfo Eru. El clan Lycans, gobernado por la señora de los lobos. El clan Venatrix, gobernado por la cazadora Amelia. Por último, el clan Ermagie, gobernado por el viejo rey Henry es el que dirige todos los clanes.

—Disculpen, no he dormido bien estos días, pero continúen, por favor.

Amelia asintió con la cabeza y continúo hablando.

—Las cazadoras están siendo asesinadas por vampiros. Hay marcas de colmillos en sus cuellos.

—Eso es imposible, no pueden salir de las catacumbas. Solo un ángel puede abrir las puertas de las catacumbas. —dijo la señora de los lobos.

—Encontraron una manera. No sé cómo lo hicieron, pero debemos tomar precauciones.

También han desaparecido varias hadas y... hay una pérdida de poder. —mencionó Eru.

—¿Perdida de poder? ¿A qué se refiere? —preguntó el rey Henry. Tal vez por eso se sentía débil por una pérdida de poder.

—Los elfos se sienten débiles no pueden levitar ni a un centímetro del suelo, lo mismo pasa con las musas. —dijo Eru.

—Debemos decirle a la comunidad mágica. —habló Dariyah.

—No. —todos miraron al rey Henry. —Si le decimos a la comunidad mágica habrá pánico. Todo será un caos.

—Pero rey Henry... —antes que dijera otra palabra el rey interrumpió a la sirena.

—Primero hay que averiguar quién dejo salir a los vampiros y que es lo que provoca la falla de poder. Hablaré con los arcángeles para ver si saben algo al respecto. Después le diremos a toda la comunidad mágica. Por ahora solo les pido discreción mientras resolvemos la situación.

***

—¡Phoebe! ¡espera! —grito Carter.

—¿¡Qué!? —Phoebe alzó un poco la voz, giro para mirarlo. Lamento interrumpir tu mágico momento con tu chica. —lo último lo dijo con sarcasmo.

No debía estar enojada. Lo había conocido hace tres semanas. Era una locura lo que él le hacia sentir... le gustaba ese sentimiento... demasiado. Nunca se había sentido así y pensó por un minuto que el se sentía igual que ella, pero esa idea fue borrada de su mente cuando lo encontró en un beso muy" apasionado" por así decirlo.

—Tú no lo entiendes. —contesto. —Solo tranquilízate y...

—¿¡Tranquilizarme!? ¡Estoy perfectamente tranquila! —una ira se apoderó de ella, ¿Cómo es que no podía entender lo que sus ojos vieron? ¿creía que era una tonta o qué? En ese momento lo único que quería era golpearlo muy fuerte en la nariz. —¿Y...? ¿¡y qué!? ¿¡crees que me importa con quien de estés besando!? ¡claro que no! ¡me importa muy poco tu vida amorosa! —gritó todo lo que tenía que decir, se dio la vuelta y sé fue.

Phoebe apareció por error a un metro de la puerta de su casa y gracias a eso se mojó de pies a cabeza por la lluvia. Al llegar, noto que había una sombra en el umbral de su puerta. Era un hombre vestido de negro. Sintió un escalofrío por su columna vertebral. Sabía quién era. No quería pensar en él. Algo malo iba a pasar y no podía hacer nada para evitarlo. Cerro los ojos y al abrirlos despareció.

Trato de entrar a la casa sin que nadie la viera. Pero como siempre la suerte nunca estaba de su lado.

—Cariño, ¿por qué estas mojadas? —preguntó su padre.

—Bueno, papá, creo que no lo notaste, pero está lloviendo afuera y... por equivocación o mala suerte aparecí a un metro de la puerta. —explicó Phoebe. —Si me disculpas, voy a tomarme un baño relajante. —asintió con la cabeza y subió las escaleras.

—¿Qué le paso a mi hermana? —preguntó Morgan bajando las escaleras.

Apareció a un metro de la casa. —ambos se miraron y comenzaron a reírse.

—Siempre le pasan esas cosas. —la pelirroja se acercó a su papá y comenzaron a caminar hacia el comedor. —¿Cómo te fue con el consejo, papá?

Su padre suspiro.

—¿Estuvo tan mal?

Tenía que contarle a su familia lo que pasaba en el reino y encontrar una forma de protegerse sobre todo a Morgan y a Beverly, ya que ellas eran las mas vulnerables. Morgan no podía hacer magia de manos, solo utilizando una varita y Beverly había nacido sin poderes.

—Es hora de una reunión familiar, ¿en dónde están? —la casa estaba muy silenciosa y eso se le hacía raro.

Phoebe esta tomando su baño relajante, Beverly esta encerrada en su habitación como siempre, tu esposa y Athena salieron. —contó.

Cuando se casó por segunda vez con Deborah le preocupó que sus hijas no la aceptaran, pero sus hijas lo apoyaron y al final resultó que Deborah formó un fuerte lazo con Athena. El único problema fue con Faith, su hija mayor.

—Me preocupa Beverly se la pasa encerrada en su habitación.

—Papá, sabes como es el Beverly es tímida y le gusta su privacidad. Tal vez con el tiempo cambie. —le dijo a su padre para que no se preocupara tanto sabia que tenía problemas de salud.

—También me preocupa Faith hace un año que no sabemos nada de ella. Se fue sin decirnos nada.

—Es Faith, estoy segura de que está bien. —le dijo con una sonrisa.




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