Daniel se encontraba aun dormido, en su habitacion los rayos del sol ya se filtraban por su ventana pegandole en el rostro. Era medio dia y el seguia en la cama, no fue hasta que su madre lo desperto quitandole las cobijas. Despues de darse un baño y vestirse bajo a la cocina a prepararse su comida, queria disfrutar almenos su ultimo dia en su casa, ya que mañana entraba de nuevo al colegio, y pasaria mas tiempo haciendo tareas y estudiando que descansando en sus tiempos libres. Comio y sin decir nada salio de su casa dirigiendose hacia un pequeño parque, era su lugar favorito, era tranquilo, lleno de arboles altos que daban una exelente sombra, y a pesar de ser un parque, estaba en un silencio tranqulizador ya que muchas personas ya habian regresando a trabajar.
Habia encontrado un buen lugar donde sentarse, tenia la sombra de un arbol perfectamente posado sobre el, se acosto y se acurruco en el cesped verde que estaba debajo de él, cerro los ojos un instante, habia un viento fresco que hacia mas apetecible el quedarse ahi lo que quedaba del dia, sin embargo algo capto su atencion, el silencio que tenia se habia interrumpido por una chica, parecia tener la misma edad que el unos 15 o 16 años, estatura mediana y un cabello castaño hasta la cintura el cual llevaba suelto, lo extraño no era eso si no que estaba justo enfrente de el con una mirada entre divertida y sorprendida.
-¿Qué haces aquí? -pregunto la desconocida- este es mi lugar para disfrutar el dia...
-Disculpa, pero ¿Quien eres tú? -respondio Daniel inmediatamente antes de que continuara- tengo entendido que el parque es público.
-Lo es, ademas acabo de llegar aqui -dijo sonriendo alegremente- solo estaba bromeando acerca del arbol, puedes dormir aqui si quieres.
Daniel la miro un poco extraño aunque rapidamente su expresion paso a ser una sonrisa agradable que mostraba afecto, algo extraño para ser solo desconocidos.
-Bueno pues bienvenida, mi nombre es Daniel, ¿Tú como te llamas?
-Me llamo Sarahi, mucho gusto -se le volvio a dibujar esa sonrisa en el rostro- ¿me puedo sentar a tu lado?
-Claro -Daniel observo como se sentaba- yo me volvere a acostar si no te importa.
-Adelante, te hare compañia mientras duermes.
Y asi como ella lo dijo Daniel se quedo undido en el sueño.
Al despertar, estaba solo, el cielo iluminado de un naranja atardecer con el sol ocultandose, volteo a los lados buscando esa sonrisa que le habia hecho sentir algo extraño, pero no encontro nada. Dirigiendose a su casa creyo distinguir una melena castaña, pero no volteo la mirada para ver si se trataba de Sarahi.
Arreglo sus libretas, dandole adios a sus vacaciones, sin embargo Daniel no sabia que le esperaba ese año en el colegio, esto apenas habia empezado, y el no se podia quitar esa sonrisa y esa cabellera de la mente. Cansado de darle vueltas al asunto se quedo profundamente dormido, esta vez, en su cama a unas horas de despertar de nuevo.