Capítulo 1
El estudiado Carter Miller se hallaba exactamente en su lugar preferido para deleitar su paladar con el exquisito sabor del café, al hombre de carácter duro y excelente físico, se le añadían un par de ojos cafés sumamente serios y a la vez fríos, pero también algo risueños, su altura imponía al mundo respeto, su piel blanca digna de ser comparada con el mismo tono de la leche pura, sin embargo, este tono se le aplicaba en días fríos, más su sangre caliente no le permitía sentir dicho estado, por ultimo su cabello corto y de color castaño, lo hacía verse atractivo ante cualquier dama, pero este no perdía su valioso tiempo en distracciones banales, dedicaba casi todo su tiempo a sus estudios, y lo que le quedaba libre lo ocupaba con él único ser sobre la Tierra que lo entendía, o por lo menos buscaba entender la mente maravillosa de Carter, su amigo, James Robinson, quien a sus treinta años de edad ejercía la profesión de psicología y en toda su vida nunca conoció a alguien tan asombroso con la poca edad de 22 años, pues esta era la edad de Carter, que a tan poca edad dicho sujeto había culminado sus estudios obteniendo su doctorado en física y ya había hecho varios descubrimientos a favor del arte de la ciencia por lo cual obtuvo decenas de títulos honorarios, su forma de pensar, que aunque egoísta, solo quería ser recordado por el mundo debido a sus descubrimientos, y hacer el bien para todos, no obstante querer ser recordado es diferente a querer ser aclamado y famoso mientras el viva, no es un héroe a recordar solo un hombre que dio su vida al estudio.
En aquella mañana Carter esperaba al único hombre en quien podía confiar, y como de costumbre este llegaba tarde a todas las citas con su mejor amigo, pero no porque este sea distraído, de hecho el hombre era sumamente ocupado, siempre había algo que hacer, algo que discutir.
Pasaron 10 minutos de la hora acordada y ya se veía a James acercarse apresuradamente al Sky Coffee, en donde se encontraría con Carter y saborearían el olor del café mientras el olor satisface su paladar. James cruzaba la calle para llegar al café, al hacerlo empezó a cruzar la puerta de cristal pintada por los bordes con un dorado algo llamativo que le daba clase al lugar, sin embargo él nunca se fijaba en detalles así que prosiguió al lugar en donde se sentaba su amigo, que al verlo emano una sonrisa, pues este aún no se había ido, arregló un poco su corbata plateada, aquella combinaba con su camisa negra, dejando de dar detalles, él hombre alto se sentó al frente de su amigo y lo miró con sus intensos ojos verdes mientras una media sonrisa se marcó al ver la cara neutra de su acompañante.
—¡Hey! —Exclamó—. ¿En qué rayos piensas Carter? —Pasó su mano por la vista de su amigo cegándola en ocasiones—. No me asustes de esa manera, enserio eres un resentido de lo peor, orgulloso de mierda. —Empezó a reír y ver como reaccionaba su amigo.
— ¿Quieres cerrar el pico James? —Empezó a decir Carter— al menos esta vez marcaste un nuevo record, normalmente llegas media hora tarde y empezaste a actuar como bufón de la corte desde muy temprano, ¿Qué te tiene tan feliz, eh?
Tomó su taza de café y empezó a disfrutar el olor que salía de su bebida caliente, con su otra mano empezó a desplazar otra taza que contenía té negro caliente y en ella un poco de azúcar y limón —Me tomé la molestia de pedir lo que más te agrada, y mira sigue caliente. —Dijo Carter sonriendo.
James observó a su amigo, y tomando el té con una mano empezó a decir —O sea, ¿que no puedo intentar hacer reír a un amargado como tú? Y sobre el té —Lo miró sonriendo—. Muchas gracias.
Carter lanzó una risa suave —Ay amigo en verdad eres genial en todo este mundo, deberás no necesito a nadie más para ser feliz. —Sonrió mientras miraba al techo algo perdido.
—Tenías que arruinar el momento, pero al menos reíste… muy pocas veces lo haces Carter. —James miro a Carter algo enojado.
—¿Enserio? —Suavemente Carter empezó a menear su café con una cuchara—. Pues siempre ha sido así James.
James golpeó la mesa algo fuerte, las otras personas lo vieron algo intrigados pero de inmediato lo olvidaron y continuaron con lo suyo —¿No te das cuenta de tu alrededor? —Con su mano apunto disimuladamente a una joven que se hallaba a tan solo un metro de ellos, seguramente escucho su disimulada conversación, pero no se dio cuenta que de ella iban hablar—. ¿Por qué no puedes enamorarte de una mujer y ser feliz?... yo no estaré para siempre Carter…
Carter hecho un ojo a aquella mujer de ojos azules, piel algo bronceada con cabello negro; largo y sumamente espeso tal jungla. Él bajo levemente su cabeza y empezó a decir —Claro que me doy cuenta de lo que hay a mi alrededor, aquella chica que has señalado, al igual que yo siempre toma su café aquí, normalmente llega cinco minutos después de mí, pero como sabrás para mí el amor es perder el tiempo, algo innecesario, estoy bien así y ya deberías saberlo James.
—Sí, ya lo sabía, siempre es la misma maldita respuesta estúpida —James algo alterado bebió su taza de un solo bocado—. Pues si es así deberías quedarte solo Carter. —Se levantó de su asiento y salió del lugar.
Carter se quedó solo en su silla, bebiendo suavemente su café, que ya había perdido calor lentamente… Se empezó a sumir en sus pensamientos que ya no solo estaban en su cabeza, sino que también se dirigieron a sus labios —Pfff —Dijo—, eso del amor es una estupidez, ¿quién será tan estúpido de necesitar a alguien para ser feliz?