ミ★ 𝘗𝘰𝘷. 𝘕𝘢𝘳𝘳𝘢𝘥𝘰𝘳𝘢 ★彡
Pasaron días y una nueva noticia había llegado a la casa del soviético, el hijo de Third Reich seria llevado a aquella casa para que pase su tiempo respectivo con el soviético. Por supuesto, el mayor estaba mas que preparado para aquel día; el junto con el americano llegaron a un acuerdo para que el niño sea compartido entre ambos, cada cierto tiempo el niño será entregado al contrario para que no haya problemas.
En este caso, la época que estaba haciendo en Moscú era calurosa, por supuesto no se notaba mucho por el aire frio que corría por todos lados.
No tardo mucho de que el menor de aquella casa se entere sobre la visita, se apresuro para sacar algunos juguetes y su mejor ropa para la ocasión. Mientras que sus hermanos mayores no le tomaron mucha importancia la noticia, simplemente ordenaron el lugar para recibir a su invitado.
- Voy a tener un amigo! ya no estaré solo! -gritaba con euforia el menor de aquella casa.
- Es un alemán, no tienes de que emocionarte -respondió ucrania, no quería sonar insensible pero eso era lo que pensaba después de aquel incidente.
- Que te sucede! -grita Letonia mientras le daba un golpe en la cabeza de su menor- Solo porque tu estuviste en una de esas cosas no significa que seas un insensible! El niño a perdido a su padre, ten un poco mas de respeto.
Letonia era la única que entendía ese sufrimiento de ver a su progenitora morir en sus ojos, así que se sentía identificada con el sentimiento del menor alemán. En eso, se escucha la puerta ser tocada. Estonia, Letonia y Georgia van corriendo para poder abrir la puerta, pero terminan tropezando uno con el otro. Lituania tranquilamente camino hacia la puerta y la abrió dejando ver la presencia de su padre y de un niño que aparenta la edad de 8 años.
Rápidamente, los antes mencionados que se habían tropezado, se reincorporaron y junto con sus hermanos saludaron a ambos paises que estaban en la entrada.
-Bienvenidos! -saludaron al unisolo, excepto el menor de los hermanos, que no aguanto su alegría-
- Amigo! -Grito para darle un fuerte abrazo al alemán, parecía que no quería soltarlo-
El tricolor no dijo nada, había entrado en shock con la bienvenida que le había dado el bicolor. El soviético separó a los menores, era en caso de precaución. Ya una vez que el momento había cambiado, el eslavo mayor dijo que debía llevar al invitado a su habitación.
Rápidamente Rusia agarro la mano de Alemania y lo llevo al segundo piso; los demás estaban atónitos, nunca habían notado tanta energía a su hermanito, excepto cuando está con USA, pero de ahí con otra persona no había cambios.
Georgia y Estonia ayudaron en bajar las maletas del europeo, para llevarlas a la habitación de invitados.
Mientras tanto, Rusia le mostraba su cuarto al alemán, le daba varios de sus juguetes y le mostraba sus libros favoritos.
- Y este es Bongo! Es mi oso favorito, le gusta los tomates y ruge muy fuerte! -levanta el oso de peluche, mientras imitaba el rugido de un oso-
- jeje es muy lindo, yo tenía un peluche pero luego mi padre lo vendió para comprarme mis libros -dijo, bajo su mirada con un poco de melancolía-
- Si quieres te regalo mi peluche! Se que no es mucho, pero te ayudará si tienes algún problema -menciono para luego darle el oso de peluche junto con un abrazo-
El alemán se sonrojo un poco por la actitud de su contrario, hace mucho tiempo que no sentía ese afecto de ser abrazado, además de tener algún juguete.
Desde inicios de la guerra, su padre lo había despojado de todas sus pertenencias para luego otorgarle sus cuadernos, libros y artículos sobre política. Reich quería que su hijo fuera el mejor gobernador de todo el mundo, pero a qué costo tenía que pagar por esos conocimientos si como un balde de agua fría le quitó su niñez.
El tricolor paraba días y noches estudiando, sin tener descanso. No conocía a otros niños o si quiera probar un poco de su infancia. Y más cuando vio que su padre se suicidó, quedó en manos de unos desconocidos que también le iban a dar órdenes. Rusia fue el único que se mostró comprensivo en los primeros momentos en que se vieron, un sentimiento cálido empezó a crecer en el corazón de Alemania.
Ese abrazo parecían horas para ambos niños, cuando se separaron el ambiente había cambiado a uno sereno. El ruso sonrió y volvió con su labor de sacar más juguetes para mostrárselo a su invitado.
Alemania tenía el muñeco entre sus brazos, lo miro detalladamente, se notaba con claridad los intentos de arreglo que hiso su compañero. Su mirada luego se poso en el ruso, quien se encontraba sacando varios carros de juguetes; se poso una sonrisa junto con un leve sonrojo en el rostro alemán.
Pasaron las horas conversando y jugando con los juguetes del bicolor. Mientras que, el resto de los hijos de la unió soviética se encontraban en la sala, creando un plan para que su hermano menos no se encariñé con el alemán.
- Yo digo que hay que encerrarlo en su habitación, hasta que ese niño se valla -dijo Ucrania, se notaba el enojo que tenía en ese momento al mencionar al alemán-
- No seas idiota! Nos van a preguntar el porque lo hicimos! -respondió georgia dándole un leve golpe a su hermano-
- ah... -solto el sonido Letonia para luego sacar una hoja y lápiz-
- Que sucede hermanita? Te duele algo? Quieres algo? -pregunto preocupado su hermano gemelo Estonia-
La mayor entre los hermanos empezó a escribir su opinión en la hoja, para luego voltearla y mostrar a los presentes su idea.
En la hoja estaba escrito:
"No creen que están exagerando las cosas? El hecho que Theird Reich sea su padre no significa que el tambien sea igual. Además, ya vieron lo feliz que se puso Rusia al verlo, por fin tiene a alguien de su edad para que pueda jugar. Déjenlo almenos unos días que estén juntos para que se diviertan."
Editado: 06.04.2023