Capítulo 2
– ¿Quien es su sano juicio, dejaría a una desconocida dormir en su casa, qué tal si es una asesina?
–¡Uy si! Porque una asesina está en mi casa nos va a matar porque ya sabe donde vivimos; No seas paranoica Amber.
– ¡No soy paranoica, soy realista que es muy diferente!
–Si tu lo dices; Por cierto, ya despertó la chica?
– Pues todavía no, cuando la vi se tranquilamente dormida.
– Entonces, ve a despertarla, que desayune y ya después veremos qué sucede.
– ¿¡Y por qué no vas tú?!
– En primera porque yo ya preparé el desayuno y puse la mesa, en segunda porque no creo que sea buena idea que YO vaya a despertarla, se va a asustar y creerá que la tenemos raptada.
– ¿Ahora quién es el paranoico?
– ¡Ya vete a despertarla!
–Está bien, señor mandon.
Amber subió y yo aproveche para darle su comida a Nala, croquetas con verduras y trozos de pollo, le di unas órdenes a Nala como: sentarse, saludar, rodar o saltar, todavía no las sigue bien, pero por su comida lo intenta, pero aunque no lo haga de por si le doy de comer pero sin premio.
Comienzo a escuchar ruido arriba, creo que ya se levanto, solo espero que no malinterprete todo la chica, le doy gracias a dios, de que haya llegado antes Amber, sino yo tendría que lidiar con esto y no se como lo hubiera hecho o lo estaría haciendo.
Amber de nuevo veo que baja de las escaleras con una sonrisa en labios.
– ¿Ya despertó?– Pregunte.
– Obviamente –Respondió.
– ¡Bien! Entonces, ¿Qué está haciendo?
– Se está bañando.
– Y por qué estás tan feliz?
– ¡Tengo una nueva amiga!
– La chica a la cual dijiste hace un rato que era una asesina?
– Bueno ahora se que no lo es.
– Y como es que estas tan segura?
– No creo que ella sea una mala persona, no se le ve lo sádica o loca.
– Pues si tú lo dices.
– Es una chica muy bonita, me gustan demasiado sus ojos.
– Ya mejor desayuna, se va a enfriar, mientras servire otro plato.
Salí del comedor y entré a la cocina…
–¿Tu amiga es alérgica a algo?– pregunte,
–¡Supongo que no!– Grita desde el comedor.
–Ok, bueno.
Termine de servir el plato y de nuevo entre al comedor, acomode el plato junto a donde está sentada Amber, y escuche que alguien bajaba.
– Se amable, ¿bien?– Susurra Amber.
– No se a que te refieras. -- volví a susurrar.
– Solo... No la trates mal. – Susurra de nuevo.
– Bien, solo que…
– Ya, esta bien, tu no eres malo en tratar solo, que si eres un poco estricto. –
Después vi a la chica de ayer entrar al comedor; Lo que más me llamó la atención eran su hermosos ojos azul celestes; nos saludó, se sentó y empezamos a desayunar, solo que Amber como ya había empezado, terminó lo poco que le faltaba.
– Siento mucho haber entrado a su casa, así el día de ayer – Dice la chica.
– Oh, no te preocupes, por cierto, ¿Cómo te llamas?– pregunta Amber, a lo cual me extrañó un poco, ya que Amber hace un momento me dijo que ya era SU amiga.
– Me llamo Madison. – Contesta la chica, que ahora se que se llama Madison.
– Es muy bonito.–
– Pues gracias– dice Madison.
– ¿Y estudias?– pregunta Amber.
– No, ya no, termine mi carrera– responde Madison.
– Oh, ¿Y qué estudiaste?– Pregunta de nuevo Amber.
– La licenciatura de diseño y comunicación gráfica.– Contesta Amelie– Y tú qué estudias?
– ¡Todavía estudió en la universidad pero en la carrera de pediatría!–
– Y tu que estudias?– pregunta Madison hacia mi.
– Pues… Trabajo para la defensa nacional, actualmente estoy trabajando en una base militar – Conteste.
Pero note algo muy raro cuando dije que trabajaba en la base militar y se borró la hermosa sonrisa que tenía y se notaba que se puso incómoda , tal vez le trajo un mal recuerdo.
– Bueno, pues muchas gracias por dejarme dormir anoche aquí, pero, me tengo que ir a mi casa, mi abuela debe estar muy preocupada por mi – habla rápido Madison mientras se levanta de su asiento– Les ayudo?– Pregunta, refiriéndose a la mesa.
– Oh no te preocupes, nosotros nos ocupamos– Conteste yo.
– Si, mira en la sala está la mochila con lo que traías ayer, está tu celular y tu gorro– Habla Amber.
– Muchas gracias de nuevo por todo, y este es mi numero de telefono – Le da un papel a Amber– Por si algun dia se les ofrece algo– Muestra una sonrisa tierna.
– Oh si muchas gracias, te hablaré, lo aseguro – determina Amber.
– Bueno adios– Se despide Madison y se dirige a la puerta principal, mientras nosotros la seguimos y paramos enfrente de la puerta para yo abrirla.
– Cuidate – hablamos Amber y yo al unísono.
– Si ustedes igual– Sale de la casa y camina por el pequeño patio delantero para salir del campo de la casa.
Después de que vimos a Madison desaparecer de nuestro campo de visión, nos metimos a casa, fuimos al comedor, recogimos los platos y limpiamos la mesa, para después lavar los trastes.
– No crees que se puso un poco nerviosa, después de que contestaste su pregunta, ¿No lo notaste?– Me pregunta Amber.
– Lo note, pero no le puse mucho interés, tal vez y se acordó de algo, tal vez con su abuela– Conteste con total tranquilidad.
– Tal vez.
– Bueno, que vas a hacer este tiempo?– le pregunté.
– Amm no lo sé, pienso disfrutar este poco tiempo y después prepararme para el último año de mi universidad– Me contesta Amber.
– Está bien, si llegas a necesitar algo me avisas– termino de acomodar el último plato, para después secarme las manos.
– Y tu que vas a hacer?–.