Ramon.
Semanas despues de pedirle matrimonio a mi sol, sentía que no podía quedarme ahí, debía mostrarle aquello que grabe para ella antes de ir al hospital.
Ver como ha enfrentado todo desde entonces para mí ha sido de mucha inspiracion y quiero mostrarle algo de lo que ella todo este tiempo ha provocado en mi.
Como solo su existencia me hace simplemente feliz.
Unas manos delicadas rodearon mis hombros y al voltearme para ver quien era una hermosa sonrisa me sorprendio.
—Hola, amor. —saludó Ana y dejó un suave beso en mis labios.
—Hola, mi sol. —respondí abranzandola— ¿Como te sientes?
—Bien, aunque un poco mal. —respondió a mi pregunta y me aleje para verla mejor.
—¿Porqué, que pasa?
—Es que hay algo con lo que estoy cargando.
—¿Qué cosa? —pregunté con preocupación y su respuesta consecuente a eso me hizo reir.
—Es que estoy cargando con una sortija demasiado hermosa. —me mostró su mano donde estaba el anillo de compromiso y reí.
—Eres increible —respondí.
—Lo sé. —asintió— Cariño. Dijiste que querías mostrarme algo ¿Qué era?
—Sí, claro. —me levanté de la cama y fui a buscar mi laptop al escritorio.
Ana se sentó en la cama y yo me senté a su lado.
—¿Lo que quieres mostrarme está ahí? —indagó y yo asentí— Debe ser importante.
—Lo es. —afirmé y voltee a verla cuando encontré la carpeta donde tenía el vídeo guardado— Ana. Sé que sabes que mientras estaba en el proceso de quimioterapia grababa algunas cosas, osea me sentaba frente a la cámara y decía lo que sentía cuando lo sentía.
—Lo sé.
—Dicho esto. —acaricie su rostro— No te voy a negar que antes de ir al hospital decidí grabar algo para ti. Esto lo hice, porque algo en mí sabía y sentía la seguridad de que todo iba a salir bien, y de que ese pequeño clip que grabé para ti yo iba a poder verlo contigo.
En su rostro se dibujó una hermosa sonrisa.
—Ay Ramón. —besó mi frente— Sabes que eso que hiciste fue un acto de fe?
—¿Por qué lo dices?
—Porque sin saberlo ya creías que todo iba a salir bien y que ese vídeo sería una prueba de eso. Ramón, tú ya estabas creyendo en el milagro sin verlo. —su voz comenzó a quebrarse— Y ahora poniéndolo todo en perspectiva me doy cuenta de algo.
—¿De qué?
—De que aunque las oraciones hayan sido base fundamental para tu milagro, que tú creyeras que ya estaba hecho antes de entrar al hospital fue lo principal. Tu fé en ese momento, en ese instante. —ella me abrazo en ese momento— Eres un milagro de amor, eres mi milagro de amor y estoy más que feliz porque pronto podré compartir mi vida contigo para siempre.
—Yo también. —dejé un beso en sus labios.
—Ahora si. Quiero llorar con el vídeo. —bromeó.
—¿Crees que lo hagas?
—Si me conoces y sé que lo haces, sabes que sí. —me señaló y reí.
—Bien. —hice click en el mouse para que el vídeo se reproduciera.
Mientras ella veía el video mi corazon saltaba de felicidad al verla sonreír porque una de las partes que digo en el video es: "Sonríe porque eres hermosa cuando sonríes".
—Ramon. Esto es algo muy lindo y que hayas hecho un video especificamente para mi lo vuelve más especial. —confirmó— Se que esto es algo muy tuyo, muy personal, así como lo es la escritura para mi y ver que decidiste incluirme en eso tan especial para ti en ese momento me hace muy feliz. —me abrazó— Gracias por hacerme parte de esto.
—No tienes nada que agradecer mi sol, pronto nos casaremos y quería mostrarte, quería mostrarte esa parte de mi al igual que tu lo has hecho con la escritura. Quiero siempre poder tener la oportunidad de compartir esto contigo y hoy, quise iniciar con ello. Por ende, me gustaría hacerte una propuesta. —dije y ella me observó con atención.
—Tienes toda mi atención.
—¿Te gustaría grabar algo también? Este sería el primero que grabamos juntos, pero sé que no el último, porque quiero que seas parte de esto conmigo. Quiero tener una bitácora con los recuerdos de nuestra vida para verlos de viejitos. —ella sonrió— ¿Qué dices?, ¿Te gustaría hacerlo?
—Me encantaría. —saltó de alegría en la cama— Esto es algo muy importante y lindo, me hace feliz que me hagas parte de esto. —expreso con voz animada— Aunque no sé cómo es el proceso, ¿Qué debo hacer? ¿Me quedo aquí o me muevo?
Reí.
—Puedes quedarte ahí, la luz dara un buen enfoque tu sentada en la cama. —informe y ella asintió.
Busque la cámara que estaba en mi escritorio, acomode una silla frente a la cama y Encendí la cámara y la coloqué frente a ella El suave zumbido del dispositivo llenó la habitación mientras la luz roja parpadeaba, indicando que la grabación estaba en curso.
Le hice una señal a Ana para indicarle que cuando quiera podría hablar.
Click.
Es la primera vez que hago esto y me gustaría iniciar diciendo que me hace muy feliz ser parte de esto, me hace feliz ser parte de tu vida Ramón.
Y creo que para hacer especial esta primera grabación mía me gustaría hablar de un punto importante en todo este tiempo, un punto de partida, un punto de comunicación, un punto de milagro como es la oración.
Nunca entendí la importancia de la comunicación con Dios hasta que a Ramón le diagnosticaron cáncer, la forma en la que me sentía, las dudas que surgieron con todo lo de su enfermedad, todo eso no podía hablarlo con Ramón aunque quisiera, porque, ¿qué buena novia sería si plantaba mis dudas?
Todos los días animándolo, tratando de hacerlo sonreír, tratando de que aún quedara un bosquejo de lo que él era antes del cáncer. Todos esos días serían en vano si él comenzaba a dudar solo por una simple palabra mía, no, no podía hacerle eso.
Así que todas mis dudas las guardaba o las escribía, o, simplemente,
antes de irme a dormir me sentaba en mi cama e invitaba al espíritu santo a sentarse a mi lado y lo sentía ahí, a mi lado, escuchándome, riéndose de mis tonterías, lo sentía presente porque siempre antes de dormir escuchaba una voz que me susurraba: