Una sonrisa amplia se dibujó sobre los labios de la joven al ver a su hermano mayor por fin llegar de la guerra. Se levantó con rapidez de la silla y corrió en dirección al joven para abrazarlo con fuerza, en ese momento se dio cuenta lo mucho que había extrañado a ese hombre, se dio cuenta de que no quería volver a perder el tiempo.
Luego de unos segundos se separaron de aquel abrazo y se observaron fijamente a los ojos. Sobre los labios de Emily había una gran sonrisa, sobre los de Katashi un fuerte dolor y una gran mirada de misterio que se oculta en el color acaramelado verdoso oscuro de su mirada.
Emily observó fijamente a su madre, se dio cuenta de que no le había mentido después de todo. Su hermano estaba presente, estaba justo allí parado sin emitir sonido alguno. Parecía estar perdido, pero cuando Emily iba a comenzar una conversación los labios de su hermano se movieron y de su boca emitió sonido.
Emily oyó con detenimiento lo que su hermano tenía que decirle, después de tanto tiempo sin verlo u oírlo aquello era único, una sensación magnifica que jamás hubiera imaginado en toda su vida.
—Te traje un hermoso regalo para que logres escribir tus sueños, mi hermosa Emily. —Escondió su mano detrás de su espalda y tomó el diario que le había comprado a su hermanita adorada—. Espero que sea de tu agrado, pensé que era perfecto para ti, ya que te gusta tanto escribir —comentó con una sonrisa amplia y sincera sobre sus labios.
—Gracias... —Respondió con una sonrisa de oreja a oreja. La joven evidentemente estaba completamente feliz por lo que estaba ocurriendo y mucho más al saber que su hermano pensaba en ella durante la guerra.
Tomó el regalo y lo observó con admiración.
Corrió con rapidez a su habitación para tomar la pluma que una vez su hermano le había regalado, bajó corriendo las escaleras para comenzar a escribir sentada sobre su sofá favorito.
No tengo ganas de escribir la fecha,
Según mi familia no es para nada linda y no
quiero escribir algo que les moleste. Tengo
miedo de perder a mi hermano en las
próximas guerras, no quiero que se
vuelva a ir. Me gustaría que ya
se terminen de una vez por todas y
que las personas que perdieron
a sus seres queridos se puedan
despedir de aquellas almas. Tuve suerte,
mi hermano sigue aquí, está a mi lado
puedo sentir su calor, su tristeza y aquel
miedo que lo paraliza. Tengo miedo, no
quiero volver a verlo en ese estado, ayer...
ayer me asusté mucho, sé que no debería
haber oído sus palabras con papá, pero
soy demasiado curiosa. Tengo suerte de
que el diario sea mío y pueda escribir
muchas de las cosas que me atormentan,
sé que escribiré demasiado aquí. Tengo
muchos secretos de los cuales escribir,
tengo versos y oraciones que concluir.
Las cosas que están pasando no
son lindas, no son para nada lindas
y temo, tengo mucho miedo de
pensar lo peor.
Las guerras es eso lo que hacen, dan
miedo, mucho miedo y simplemente
simplemente para conseguir su meta.
Esas son mis palabras y pensamientos
al respecto, quizás son exageradas y
profundas para una niña, pero son
mías y lucharé hasta el final por
defender mi pensar, por defender a
mi familia, por ser quien soy y quien
seré en algún momento. Ya no quiero
tener miedo de la sociedad en la que
vivo, quiero vivir sin miedo. Quiero
ser lo que quiera ser, quiero... yo
simplemente quiero ser alguien.
Lo único que escribiré es que
este diario le pertenece a
Emily Douglas y esa soy yo.
La jovencita terminó de escribir aquello, leyó la última línea de lo escrito y sonrió ampliamente. Aquella línea fina sobre sus labios rosados y delicados era algo digno de visualizar.
Estaba realmente feliz y eso se notaba con claridad.
El simple hecho de volver a estar junto a su familia le agradaba demasiado, ella pensaba que quizás su hermano no se volvería a ir de la casa por mucho tiempo.
Katashi observó fijamente los ojos de su hermana con admiración, quería creer que nada más haría falta en sus vidas. Con solo observar a su hermana siendo feliz lo llenaba de felicidad plena y real, él era completamente feliz con aquello.
—¿Me leerás tu escrito? —Le preguntó su hermano con una pequeña sonrisa ladina dibujada sobre sus labios. Esperaba que su madre o hermana no le pregunten sobre la razón de no estar llevando el uniforme de soldado—. ¿Qué cosas maravillosas escribirás en esas hojas? —Cuestionó.
Emily acomodó su cabello observando fijamente los ojos de su hermano, tenía muchas preguntas por hacer, pero guardó silencio. Cuando oyó las preguntas que su hermano le hacía alzó ambas cejas.
—Creí que era mi diario, por lo tanto no diré ni una sola palabra de lo que escribiré en él. Son mis cosas. Si quieres leer, lee el diario —Respondió Emily con una sonrisa de superioridad.
No le importaba casi nada en ese mundo, pero ser superior que los demás era su meta.
Al terminar con su respuesta decidió que iría a vestirse.
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Editado: 07.01.2021