Brooke
Hoy era mi primer día de clases en secundaria, nueva escuela y nuevos amigos, el día en el que no iba a tener a mi hermano detrás de mí en el colegio, lo quería mucho, pero es muy molestoso que él diga a papá las cosas que hago y las que no, hoy por fin ya no tenía que lidiar con eso.
—Nada de chicos —me dice papá aun sin dejarme salir del coche.
—¿Me estas escuchando Brooke? —pregunta mientras se quita el cinturón de seguridad, espero que no tenga intenciones de salir. Lo miro y le sonrío para que se calme.
—Que sí, voy a la escuela no a una fiesta —me quejo, el siempre tan protector, incluso más que mamá, mi padre siempre estaba encima de mí para que haga las cosas bien, cuando discutía con mamá solo iba con él, siempre me malcriaba, siempre he sido la niña de papi en ese sentido. Cuando se trataba de chicos o amigos, se ponía como loco, en ese caso siempre iba con mamá.
—Nada de problemas —susurra.
—¿Ya me puedo ir? Voy a llegar tarde —le digo mientras miro como todos entran al instituto, aún seguimos frente a la escuela, teniendo la típica charla del primer día.
—Despídete —me pide al mismo tiempo que quita el seguro del auto.
—Te amo papá, ya deja de estar tan paranoico, no va a pasar nada —le aseguro y seguido de eso dejo un beso en su mejilla.
—Yo más, te paso a recoger a las cuatro —Yo solo asiento al bajarme del coche. Cuando estoy a punto de dar el primer paso, me llama, ruedo los ojos antes de darme vuelta y mirarlo.
—Arregla tu camisa —Hizo que me detuviera solo para eso, ¿Por qué no me sorprende?
—Si padre —Hago lo que me pide y sigo mi camino. Una vez entro a la nueva escuela, busco mi salón de clases, al parecer es mi día de suerte, porque lo encontré enseguida, tomo asiento en medio de una chica y un chico, les sonrío a ambos, siempre he tenido la facilidad de hacer amigos, hablo con todo el mundo, digamos que soy algo extrovertida.
Una vez están todos, la maestra se presenta, diciendo su nombre y que asignatura nos dará, lo típico, hasta que llegó el momento de presentarnos, supe que el chico a mi lado se llama Charlie y la chica a mi otro lado es Samantha, entonces llega mi turno, al levantarme de mi lugar aclaro mi garganta antes de hablar.
—Soy Brooke Majid —Apenas digo mi nombre y todo el que no me estaba prestando atención, de repente les intereso y todos tienen su mirada puesta en mí. Es la primera vez que tengo tanta atención y que la misma me incomode, porque por lo general no me importa que todos tengan los ojos puestos en mí, pero esta vez es diferente, incluso la maestra me observaba de esa manera.
Como si todos supieran algo que yo no.
***
El primer día de clases en la secundaria cambió todo, no tuve el atrevimiento por primera vez, de preguntar el porqué de esas miradas, no hice muchos amigos, solo estaban Charlie y Samantha, a quienes no dudé en preguntarles cuál era la razón de que la gente salga casi corriendo cuando escuchan mi apellido, entiendo que mi padre es intimidante a veces, pero no es para tanto; lo único que obtuve como respuesta fue un "No es nuestro deber contarte" no supe nada más por parte de ellos durante los cuatro años de secundaria que compartimos juntos, eran agradables, amables y no tenía miedo de caminar por el pasillo a mi lado.
Sigo sorprendida de lo ingenua que fui al no darme cuenta de lo que pasaba en realidad. Durante todo ese tiempo no les dije a mis padres lo que sucedía en la secundaria, incluso trataba de evitar que no fueran a las reuniones, era suficiente con que el auto de papá me esperara fuera de la escuela, mamá nunca pasaba por vi, que en este caso lo hubiese preferido. Mi padre es el jefe de Vasant en Los Ángeles, la empresa de mi abuelo, que ahora también es de mi padre, es obvio que tiene dinero -o eso pensaba-, hasta que llegó el día de mi graduación.
Charlie fue mi pareja de baile, aunque papá prefería que fuera con él, lo cual es totalmente absurdo, por suerte mamá estuvo ahí para rescatarme. Charlie era alguien especial, él siempre estaba conmigo para todo, me cuidaba y era muy lindo conmigo, fue el primer chico que conocí y el único que no le tiene miedo a mi padre, al menos no tanto como el resto. Charlie parece un príncipe azul con esa sonrisa hermosa, sus pómulos envidiables y su cabello castaño siempre bien arreglado, que sea alto y muy inteligente es un plus.
No fue sorpresa para mí ni para los demás, que él y yo termináramos siendo pareja al finalizar la escuela, es decir, es mi mejor amigo, siempre estaba con él a toda hora, incluyendo a Samantha, además el me entiende más que nadie y no se deja mangonear por mí, yo soy muy mandona, eso lo tengo claro.
Un día en la tranquilidad de mi hermosa casa, decidí buscar las repuestas que tanto he estado evitando por miedo a que sea algo de lo que no debería enterarme. Sabía que el asunto de que la gente me mire raro a veces, o me tengan miedo sin razón, es mi padre. Tuve que darme cuenta la noche de graduación, papá se encontraba en una de las mesas junto a mi madre, con sus anillos, su barba y su cabello muy bien arreglado; los miraba desde mi lugar como si de esa manera iba a saber algo, lo único que veía era lo enamorada que mamá estaba de papá o como el la miraba con una sonrisa orgullosa mientras ella hablaba.
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Editado: 28.11.2020