Esclavos De La Unión: El Continente Renacido

CAPÍTULO 13: LAS COSAS SE COMPLICAN

No pensaba que fuera posible, pero me estoy empezando a acostumbrar a esas reuniones y al combate, que la verdad se me da bastante bien. De hecho, noto que des de que hago ejercicio mi salud y fortaleza están avanzando a paso agigantados. No me noto tan rígida y mis movimientos son agiles y rápidos. Soy una Alicia mejorada. He subido de nivel, como se solía hacer en los juegos del antiguo mundo. Nunca he jugada a nada parecido, pero he leído referencias a ellos, La verdad me gustaría probar esa manera de entretenerse. Y lo que más me gustaría probar son los juegos de estrategia, esos que debes gestionar tus recursos y unidades para ganar. Me parece una buena manera de ejercitar la mente. Son juegos para gente práctica como yo. Seguro que Abi preferiría los juegos con más acción, es lo que más le pega.

Pensando en Abi, des de que el Tipejo fue detenido que La Jefa y ella han iniciado una gran amistad. Todas las mañanas antes del trabajo la Jefa queda con Abi, parece que la va ascender a capataz. Bueno en parte eso me alegra, más dinero para nosotras, al fin mejoraremos nuestra vida después de tantos años, pero por otra parte... Estoy un poco celosa. No sé, Abi siempre ha sido como para mí exclusivamente, ella odiaba a todo el mundo y no quería relacionarse con nadie. Ahora también parece que los desprecia, pero al menos tolera a la gente y se ha abierto un poquito. Pero bueno, realmente me quejo pro quejarme. Pero no puedo evitar sentirme sola ahora mientras desayuno.

Termino de la tostada con mantequilla y mermelada de arándanos que me he preparado y dejo los platos en el fregadero. Después acarició a nuestras mascotas, salgo, cierro la puerta y me dijo a mi lugar de trabajo.

Ando contenta pensado en mis cosas y en que podremos gastar el dinero que vamos a ganar cuando detecto unos movimientos peculiares, o extraños delante de mí, en la plaza. Mi curiosidad se ha despertado así que voy a escudriñar que está pasando. Veo a dos miembros de los escuadrones letales de la muerte, identificados por su característica armadura, junto a dos militares. El corazón se me para en seco. Fue el escuadrón letal de la muerte el que elimino a los padres de Abi y los míos. Me quedó paralizada sin poder pensar viendo a esas personas.

De repente se me quedan mirando los cuatro. Y tengo la sensación de que es a mí y a Abi a quienes están buscando. Presa del pánico no se me ocurre otra cosa que girarme y escapar de allí.

Llego a mi casa y cierro la puerta detrás de mí sin saber qué hacer. Pienso que lo mejor es esconderme en algún sito, pero ¿Dónde? La casa no es que sea tan grande o tenga recodes donde esconderme. Bueno puede ser que ellos no me hayan seguido... Tonta, mira que eres tonta, si hubieras actuado con normalidad... pero no, tenías que correr cuando te has sentido observada, ¡la he cagado... ¡Ei! ¿Qué es ese olor tan fuerte y agradable? Ahora que recuerdo estos últimos días hemos ido notando un olorcito en la casa, incluso los animales han reaccionado a ello. Pero en estos momentos el olor es más intenso que nunca. Ando por la casa y detecto que hay zonas que el olor es más fuerte. Siguiendo la intensidad el olor llego delante del cuarto de baño, pero el olor se difumina allí dentro... Espera el olor viene... del techo. Levanto la cabeza y el olor se hace mucho más potente. Pero... No hay ningún acceso al techo, no hay ático, ni terraza... ¿O puede que sí que haya un acceso oculto? No sé de dónde viene esa idea, es como si alguien o algo me lo haya susurrado a mi mente. Me olvido del escuadrón letal de la muerte y voy a por una escoba. Una vez armada con ella empiezo a golpear el techo. En uno de los golpes consigo que de la pared caiga una escalera delante de mí que por poco me aplasta. Ahora el olor ha invadido todo, estoy medio atontada por ese olor, embriagada. Me siento atraída. Subo con ansias las escaleras para llegar a un ático. Allí hay luz, pese no haber ventanas. En el centro de la habitación, colgado del techo por una hebra de araña hay un gran capullo. Todo el ático está repleto de hebras, pero no me importa. El olor proviene de dentro del capullo. Allí hay algo vivo, noto como intenta comunicarse con mi mente. Avanzo lentamente y levanto mi mano derecha casi inconscientemente y la apoyo en el capullo.

¡Zas! El dolor me devuelve a la realidad. Una pata de araña muy afilada acaba de romper el capullo y atravesar mi mano de parte a parte. Noto como un líquido denso y pegajoso se está mezclando con la sangre de la herida. Noto como mis venas empiezan a arder. La apta de araña se retira dentro del capullo, dejando una cicatriz cerrada en mi mano. No entiendo por qué no emana sangre, pero tampoco tengo tiempo para pensar. La cosa que está dentro del capullo está moviéndose y empieza a romperlo para salir.

Me doy media vuelta y salgo corriendo bajando las escaleras. Cuando estoy llegando al final tropiezo y ruedo pro el suelo, pero me da igual, como puedo me levanto y me dirijo corriendo a la salida de la casa. Abro la puerta de un empujón y salgo corriendo dejando está abierta. Miro a mi alrededor y veo que a los forasteros que he visto en la 'plaza están allí mirándome. Veo que solo tengo salida hacia la plaza. Corro todo lo rápido que mis piernas pueden y consigo llegar a la plaza, pero eso es todo. Allí, soy atrapada. Sin aliento para respirar delante de mí se ponen los cuatro perseguidores. Los dos miembros del escuadrone tal al centro y los dos militares uno a cada extremo. Podría huir de allí, pero me falta el aliento y noto como mi sangre está más caliente de lo habitual.



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En el texto hay: distopia, tecnologia, chicas protagonistas

Editado: 24.02.2019

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