- Así que realmente nos ha traicionado. - Dice fríamente Abtaca. - Esperaba que XX1 tuviera una explicación razonable para sus actos. Que hubiera visto algo que yo no vi y que pondría en peligro la Unión y que por eso saboteó el plan.
- No hay nada que usted no hubiera visto y que XX1 sí. - Le digo a Abtaca. - Su sabiduría es infinita.
- ¡Consejera Zirca! - Me grita Abtaca. - ¿Está considerando usted que mis esperanzas eran una estupidez y que deberíamos haber actuado antes?
- No, ni se me ocurriría decir eso, ni siquiera pensarlo. - Digo sinceramente. - Usted no sabe lo que es la estupidez. No, lo que digo que usted, o gran Abtaca, tiene tan gran compasión por los seres inferiores, ve en ellos cosas que nosotros no podemos ni imaginar y que por su gran benevolencia ha esperado todo este tiempo. Pero que usted tiene más sabiduría que cualquiera de nosotros incluida XX1.
- Sí, puede que tengas razón. - Dice Abtaca meditando. - Puede que espere demasiado de esa escoria de seres inferiores. Pero se debe dar la oportunidad de que actúen como es debido por la lógica. Solo hay que ver tu reacción y ver que todos sois unos barbaros que desprecian a todos.
- O gran Abtaca, no soy digna de malgaste su saliva conmigo, para mi es todo un honor servirle. - Digo. - Y es verdad soy un ser inferior, usted es infinitamente superior a mí, es por eso por lo que a veces digo cosas que no debo. Ruego sus disculpas apelando a su magnificencia y benevolencia.
- No te preocupes Consejera Zirca. - Responde Abtaca. – Me eres muy útil, sigue así y no deberé prescindir de ti. Por otro lado, ya no tenemos otra opción, no podemos demorar más la operación exterminio. Iníciela Consejera Zirca.
- Como usted desee. - Respondo. - ¿Qué hacemos con XX1? Seguramente se haya escondido y puede que no la encontremos.
- Ahora que sabemos sus intenciones ya no hay ningún problema. Envía el Exterminador a la zona. Se cómo piensa, si enviamos la nave allí, ella subirá para intentar destruir del todo el arma. Y allí lo soltaremos a él.