En una lejana nación, hay un espeso bosque en el cual se encuentra un hermoso y vibrante claro, lleno de flores silvestres que crecen ilumidas por el sol, en el centro de éste claro se halla un árbol muy especial, grande, de fuertes ramas y un frondoso follaje, que guarda una historia de amor y dolor.
Hace mucho años en el mismo bosque habia una pequeña cabaña de madera, que resguardaba una familia, madre, padre e hijo compartían sus días y sus noches al abrigo del bosque, el padre leñador cortaba enormes troncos que llevaba al pueblo más cercano para su comercio y la madre cosechaba de su huerta deliciosas y frescas hortalizas que vendía en el mercado, pero con las que tambien preparaba exquisitas recetas no sólo para su familia sino para la venta, así sobrevivían y conseguían el sustento para su familia. Un día la desgracia todo a sus puertas y en un accidente inentendible el padre perdió la vida, dejando al muchacho a cargo de la casa y de su madre, con el tiempo el niño se convirtió en un joven fuerte, responsable y trabajador, se dedicaba a lo mismo que su padre, pero no sólo cortaba leña para venderla sino que aprendió a tallarla, lo hacía como pasatiempo en un principio y como una forma de superar su perdida, pues la ausencia de su padre se sentía cada momento más dolorosa, luego su mamá le hizo ver del gran talento que demostraba con la madera y lo alentó a trabajar más duro es este arte hasta que lo fue perfeccionando y lo volvió su oficio en vez de leñador.
Cada día aprendía y perfeccionaba más su oficio por lo que empezaron muy pronto a ver los frutos de éste trabajo, las piezas talladas se vendían bien, a demás fue capaz por sí mismo de mejorar su propia casa y brindarle a su anciana madre mejores comodidades. Hasta que el destino movió de nuevo sus cimientos dejándolo sólo en un mundo que él se negaba a explorar, se sumergío en sí mismo, aislandose de todo y de todos e interactuando con el resto del mundo sólo lo necesario. Realizaba sus trabajos y los entregaba en el pueblo por medio de un mensajero y de esa misma forma recibía su pago, no salía de su casa, no hablaba con nadie y sus únicos compañeroas de vida eran los seres del bosque.
Continuara...