Era muy perfeccionista, debe ser un capricho que tuve desde pequeña, supongo. Aún no consigo despojarlo en su totalidad de mi.
Como decía, era demasiada perfeccionista, había muchas cosas que no me agradaban (y quizás me cueste un poco aceptarlos aún) de las personas, de sus acciones, actitudes, aptitudes, por el simple hecho de ser un caos a comparación de lo razonable o la coherencia que se basaba mi creencia.
El tema es que hace semanas tuve la oportunidad de cruzarme con una persona caoticamente desordenada, inusual, sus acciones, sus movimientos eran tan pero tan fastidiosos para mi capricho qué trate de evitarlo, sí, evitarlo lo más posible.
Mis planes de avanzar en el colegio o fuera de el por no coincidir con él eran detallistas, por los fines de semanas me dedicaba a pensar cuidadosamente mis movimientos ante su desubicada persona. Pero fueron inútiles, ¿Sabes?, no entiendo que salió mal en todos ellos, no entiendo que error cometí al ejecutarlos, fallé y al principio había sido algo (por días) que me removía el estómago de lo decepcionada que estaba (siempre las cosas salen como yo planeo, obviamente con el cuidado que tengo al llevarlos a cabo pero esta ves fue diferente).
En fin, será mejor ir al grano.
Lo crucé hace un par de semanas atrás en el corredor durante el receso y me saludó con una sonrisa amigable, lo saludé por respecto, deseaba que siguiera de largo sin que establezca nada más que ese saludo pero se me acerco con el inicio a una conversación. Recuerdo que tarde horas para recuperarme de ello, la manera en la que se dirija, la brutalidad de su sonrisa, sus caóticas conversaciones, sus locos planes, el violento brillo de sus ojos pardos que provocaba algo desconocido en mi interior.
Realmente deseaba no volver a verlo para mantener mi orden perfectamente estructurado intacto, qué jamás fue posible.
A menudo nos cruzábamos, solíamos hablar durante horas, organizabamos días para pasar el rato, nos empezamos a encontrar durante los recesos... Fue así que comencé a conocerlo, no es tan desagradable como pensaba.
Ya sé lo que pensarán, ¿Y tú orden?, ¿No es acaso una bomba hacia tú perfección estructurada? No sé cómo explicarlo, supongo que de a poco me hizo darme cuenta de que no existe lo que estoy buscando en las personas sino la originalidad... No sé cómo explicarlo con coherencia alguna. Ha derrumbado el orden excesivo en mi (o la mayoría).
Él es un perfecto caos, me enseñó muchas cosas como por ejemplo: que cada persona es única, que he estado equivocada durante estos años de vida que poseo, etc...
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Escrito por: El Aprendisaje.