Y así fueron pasando los días, entre saludos, presentaciones, entrevistas, despedidas, carcajadas y más...
Los días pasaron y cada ves nos conocíamos más, conquistarte fue una meta a la cual me propuse atravesar, poder tocar tus labios rosas y probar ese sabor a frutilla que mi mente deducía que podría llegar a ser.
En las noches no dejaba de pensar:
-Le doy tantas vueltas a este asunto. ¿Por qué tú mira me pone tan nervioso?, ¿Por qué no puedo verte mucho tiempo directamente a los ojos?, ¿Por qué tu sonrisa me encanta y me desespera al mismo tiempo?, ¿Por qué tuve que enamorarme de ti?- respiro hondo y suspiro mientras que esas preguntas circulan en cada rincón de mi conciencia que solo yo puedo escuchar.
Pasos largos y cortos; como la novela de Zayd decía. Durante las noches estoy a unos pasos largos de alcanzarte (en mis sueños nunca has faltado) pero por las tardes en el viejo tren los pasos para llegar hasta tu corazón se hacen más cortos.