Me encontraba contento por verte...
Me desperté muy feliz, por una razón inexplicable. Caminé con tanta alegría. En la noche anterior me había decidido, tras el sufrimiento del silencio y esas fuerzas desconocidas (por mi razón) que aparecían solo para dedicarte todo su amor, me convencí en expresar esos poemas que te dedicaba en voz alta dentro de mi pecho.
-Si, hoy es el día, el dia de ya no callar ante la adversidad y afrontarme ante tu sencillez- me convencía.
Esa tarde me vestí bien (en confianza de mi mismo), con la cabeza en alto me dirigí hasta la estación del tren viejo y nuevo en experiencias.