WENDY
—¡Vamos Tigres!—oigo que alguien vestido completamente con un disfraz de tigre grita a mi lado. Le dedico una gran sonrisa y levanto el dedo de espuma que Chase me dió.
—No puedes ir a un partido de fútbol, o cualquier deporte y no llevar un gorro, camiseta, dedo de espuma, confeti...
—Está bien, creo que ya entendí.—lo interrumpí—En mi defensa, ni siquiera sabía que vendría aquí—dicho eso el caminó unos pasos hacia detrás de mi, me giré y observé hacia donde se dirigía:
Hacia un local ambulante en el cual venden todo lo que la gente suele usar en días como éste. Desde todo lo que Chase nombró anteriormente hasta incluso fotos de los jugadores, llaveros de tigres en miniatura, etc.
Esto me recuerda a los conciertos que íbamos con Sara, antes de ingresar solíamos comprar desde cintas con el nombre del artista o banda hasta sombreros, pintura para la cara.
Como extraño ir a conciertos.
—Ten—dijo extendiéndome un dedo de espuma negro de un lado y anaranjado del otro con una gran letra T—y toma esto—un gorro anaranjado con un emoji de un tigre—y claramente no podemos olvidar lo más importante—dice extrayendo una última cosa de la bolsa blanca que lleva en sus manos, me extiende una cornetín—ahora si estás preparada para mirar el partido
—Quizás suene como una amargada
—Si así comienzas la oración probablemente así sea—me interrumpe. Se ha quitado la camiseta al igual que los demás chicos que están a su alrededor y la verdad es que se me hace imposible tener una conversación fluida y coherente con semejante vista frente a mis ojos.
—Pero no puedo aceptar que hayas comprado todo esto
—¿Sabes con quien estás hablando?—enarca una ceja, habla casi en un susurro y su cabello roza con mi frente. Doy un paso hacia atrás
—Sorpréndeme
—Con el capitán del equipo, soy una persona muy reconocida aquí por lo tanto...
—¿Les diste lastima y te han regalado todo esto?—digo con gracia
—Creo que hoy estás demasiado chistosa...—hace una pausa—me gusta—da un gran sorbo a su botella de agua—me estoy acostumbrado a estar con la Wendy divertida y no con la Wendy aburrida
—Me ahorraré un comentario tan solo porque el partido está a punto de comenzar—digo rodando los ojos
—Damas y caballeros, niños y niñas, perros, gatos, peces o cualquier otro animal que aquí se encuentre—la voz de un chico aparece por el auto parlante—tomen asiento, compren su bebida y comida y sostengan muy bien sus pantalones porque en tan solo minutos estaremos presenciando el mayor acontecimiento de Jacksonville en casi cincuenta años. Elle ¿podrías decirme que es lo que está a punto de suceder?
—Así es gente, tal y como lo acaba de decir mi compañero Dani, estamos frente al mayor logro de Los tigres, estos chicos están a tan solo minutos de jugar me atrevo a decir el partido más importante de sus vidas—la chica continúa hablando pero vuelvo a centrar mi atención en el rubio que aún está a mi lado
—Debo irme—Chase me entrega nuevamente el gorro, el guante de espuma y el cornetín que yo volví a guardar en la bolsa y rehusarme a aceptar— los chicos han comenzado a trotar y calentar un poco el cuerpo antes de que comience el juego, ¿nos vemos en cuanto termine el partido?—yo asiento con la cabeza colocándome el gorro
—¡Vamos tigres!—digo levantando mi dedo de espuma y él se dirige hacia el equipo riendo
Nunca había visto tanta gente en el pueblo como hoy. Es la tercera o cuarta vez que vengo a la playa desde que he llegado y creo que nunca ha estado tan llena como hoy. Al ingresar a la playa una gran pancarta desplegada a lo alto entre dos columnas nos dieron la bienvenida: HOY A LAS TRECE HORAS NO TE PIERDAS EL PARTIDO DEL AÑO, EL EQUIPO DE FUTBOL PLAYA DE LA CIUDAD DISPUTARÁ SU ÚLTIMO PARTIDO PARA PODER CLASIFICAR AL TORNEO ESTATAL. Sin mencionar la decena de folletos que estaban pegados en todas las vitrinas de los comercios en el centro del pueblo invitando a todos los ciudadanos a acompañar al equipo en este día. Puedo decir que dichas invitaciones dieron sus frutos.
El sol está en su punto mas alto del día, a lo lejos se puede ver como la gente se resguarda bajo sus sombreros, o aquellos que se encuentran alejados de la zona de campo de juego y descansan bajo una sombrilla. Me dirijo hacia la multitud y a lo lejos puedo notar como tres personas mueven sus manos muy enérgicamente y observo que saludan a alguien a lo lejos. Miro por encima de mi hombro y no veo a nadie. Me quito los lentes de sol para poder ver mejor y me encuentro con Amber, Margot y Liz en la tercera grada.
—A quien saludaban era a mi—digo para mis adentros y me acerco a ella riendo.
—¡Hola!—dicen las tres al unísono
—Juro que no las había visto
—Lo notamos—dice Liz
—Ven siéntate con nosotras
Las tres chicas llevan una camiseta color azul y en sus espaldas tienen grabado sus nombres con el numero 98 —supongo que será su año de nacimiento— Liz y Amber llevan una gorra también azul, solo que esta tiene escrito "Tigres". Margot por su parte lleva un dedo de espuma igual al mio en su mano derecha.
—¿Has venido a ver a Chase?—pregunta Amber con una sonrisa traviesa en su rostro.
—Vengo a ver al equipo—ruedo los ojos
—Mmm... como tu digas...
Llevo mi vista hacia el otro lado de la cancha y busco al equipo con shorts azules, mas específicamente al chico de cabellos dorados. Una vez localizado recuerdo lo que me dijo cuando salíamos del edificio:
—Supuse que no estarías al tanto de que hoy el pueblo estaría de fiesta—dijo Chase cuando emprendimos camino a la playa—Hace varios días que no te veía por lo que deducí que no habías salido de tu departamento—En cuanto dijo esas palabras automáticamente me sentí avergonzada, primero que nada porque había notado mi ausencia y segundo porque no podía decir cual era el motivo de tal ausencia.