Ese beso en Paris

25|| Nebulosa

WENDY

—¡¿Qué has hecho qué?!—grita Sara a través de la línea del teléfono

—Cálmate, he ido a una fiesta, no a un sitio prohibido—ruedo mis ojos

—Wendy, como quieres que me calme cuando acabas de decirme que: fuiste por segunda vez a una fiesta, te has vuelto a emborrachar, has estado sola con un chico en una piscina y encima me dices que no recuerdas nada pero al mismo tiempo tienes imágenes de que algo si sucedió pero no sabes qué—inhala aire ya que dijo todo eso sin respirar una sola vez—¿cómo quieres que me calme luego de haberme dado toda esa información?

—¿Estas enojada?—pregunto avergonzada

—¿Estas bromeando? Joder, estoy orgullosa de ti, por fin estás pudiendo organizar tu vida tal y como querías, estás comenzando a  confiar en las personas otra vez, te veo, o mejor dicho te oigo feliz, definitivamente ese viaje está dando sus frutos. Si te dijera que estoy enojada seria la persona y mejor amiga más egoísta del mundo.

La distancia nunca ha sido un impedimento entre Sara y yo para que nos contemos las cosas, es por ello que ayer en cuanto llegué de la fiesta le envié un mensaje diciendo: "Debo contarte algunas cosas..." junto con el emoji del monito que se cubre la cara. Mientras me duchaba y me quitaba todo el sudor, olor a alcohol y olor a cloro de piscina reflexionaba sobre lo sucedido y aún no podía creer el giro que estaba dando mi vida, hace unos años atrás no me imaginaba así, no me imaginaba que estaría contenta tanto con quienes me rodean como en el sitio en el que me encuentro. Es verdad que no debería encarñarme con las personas de este lugar ya que no sé por cuanto tiempo estaré aquí, no me gustaría entablar una relación tanto de amistad como amorosa con alguien para luego en pocas semanas tener que despedirme de ellos, es una lástima porque he tenido la suerte de conocer personas que desde un principio han sabido como hacerme sentir en casa, hacerme olvidar el motivo por el qué en verdad he venido y por quienes he venido.

Obviamente extraño a Sara, a mi madre, Emily y a mis abuelos, a ninguno de ellos les pareció buena idea dejarme ir a miles de kilómetros de casa, pero comprendieron que no era por un simple capricho, comprendieron que era para que finalmente luego de tantos años y sufrimiento pueda ser feliz.

<<Hay algo que aún no comprendo... por que si has dicho que no recuerdas nada, crees que has hecho algo que, según tú te arrepientes—me imagino a sara poniendo sus ojos en blanco luego de lo que acaba de decir

—No lo sé, tengo un presentimiento de que he hecho algo, o dicho algo no lo sé

—¿Con Chase? ¿o con las chicas?

—No lo sé...

—Wendy, no me mientas, dí lo que en verdad crees recordar

—Con... con Chase—digo avergonzada—tengo un presentimiento de haber hecho algo con Chase

—Dos cosas, la primera: es que me estoy imaginando muchas situaciones posibles para nada apto para menores, entre tú y ese rubio hermoso—ella ríe—y segundo: ¿por qué si algo sucedió entre ustedes dos Chase no ha dicho nada o siquiera lo ha insinuado?

—Quizás el tampoco lo recuerda, o quizás no ha sucedido nada y es todo un engaño de mi cerebro que quiere hacerme sufrir

—Amiga, yo estaría sufriendo si me hubiese acostado con ese chico y no recuerdo nada, no poder recordar su hermoso cuerpo, su hermoso rostro y el hermoso momento, si sabes a que me refiero—ríe a carcajadas

—no ha sucedido nada de lo que tu sucia mente está imaginando, he amanecido rodeada de mucha gente y no solo con Chase en una habitación, y tenía puesta toda mi ropa, no faltaba nada

—Creo que no has utilizado los mejores ejemplos, pero no importa, mi mente quiere creer que si ha sucedido algo... interesante

CHASE

Bailar no se me da para nada bien, pero claramente el alcohol revela facetas mías que ni yo conocía. Me encuentro bailando en el patio de Caleb con una botella de cerveza en una mano y una botella de vodka en la otra—mi promesa de beber menos claramente se fue por el retrete—las luces de colores que instaló el primo de Caleb me marean el doble de lo que ya estoy, aun no entiendo como puedo estar de pie. Mis piernas se mueven con agilidad como si fuese un bailarín profesional, siento como mi cuerpo pesado se balancea de lado a lado mientras el líquido transparente se desliza lentamente por mi garganta. Cierro los ojos y me dejo llevar tanto por la música como por el alcohol, cuando de repente algo—o mejor dicho alguien—roza mis manos. No le doy importancia, sigo bailando como si de eso dependiera mi vida, pero ese roce esta vez sube por mi brazo, aún con los ojos cerrados muevo mi cuerpo con mas lentitud y esta persona se apega mas a mi, puedo sentir su calor corporal sobre mi rostro y el aroma a su perfume confirma que es una chica—no es como si hubiese dudado de ello, pero digamos que en las fiestas puede suceder cualquier cosa—me permito abrir los ojos y la chica se encuentra a escasos centimetros de mi

—Me encanta esta canción—grita por sobre la música y las voces de las personas que nos rodean, se apega mas a mi y comienza a bailar al ritmo de una canción de The Weekend. Da un trago a lo que sea que contenga su vaso de plástico, para luego dar un paso hacia mi y tomar una de mis manos para colocarlas sobre su cintura. La rubia, castaña o pelirroja—no logro identificar con exactitud su color de cabello, asi como tampoco su rostro—comienza a moverse pegada a mi cuerpo. Sus extremidades rozan cada centimetro de mi piel y yo hago exactamente lo mismo con el de ella. Tomo una de sus manos, la elevo en el aire y la hago girar en su lugar como si fuese una princesa de disney, su larga melena golpea mi rostro y un aroma a coco mezclado con menta se impregna en mis fosas nasales.

A simple vista se puede notar que, tanto ella como yo estamos mareados y ebrios, ella es quien me sostiene a mi y yo soy quien la sostiene a ella. Nos separamos por unos lacónicos segundos para respirar, pero rapidamente volvemos a juntarnos y a seguir bailando. Observo a mi alrededor y hay unas pocas personas junto a nosotros, muchos de ellos estan dentro de la piscina, otros en los sofás a punto de arrancarse la ropa y la gran mayoría en el interior de la casa tirados en el suelo de la sala.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.