Lunes 23 de junio de 2098:
—La zona E está dando problemas de nuevo—escuché con atención a mi Beta—. Mi concejo sería que extermináramos el problema con los infectados. Creo que lo mas prudente es mandar algunos guardias para ayudar con esa misión.
—Eres el encargado de la seguridad de esta manada, Yakov — lo miré serio —, confío en ti para solucionar este problema. Manda a los guardias que creas que son necesarios y resuelve esto lo más rápido posible.
—Entendido Alfa —susurró mientras acomodaba algunos papeles referentes a la reunión que tuvimos y que gracias a todos los dioses ya había llegado a su fin—. Antes de que me olvide—se levantó y caminó hasta la puerta de mi despacho, antes de salir me miró—, está la cena por la reconstrucción de gran parte del bosque en el sector C es necesario que te presentes, aunque sea algunas horas.
—¿Cuándo es?
—El viernes a las 21:00hs—comprobó la hora en la agenda que siempre llevaba.
—Bien llama a Rosalía—me enfoqué en mi computadora—, pide un nuevo traje para la ocasión.
Esperé a que saliera de la habitación, pero cuando no lo hizo alcé la mirada y allí estaba él con una ceja levantada—¿qué? —murmuré.
—Amigo soy tu Beta y toda esa mierda, pero no soy tu asistente personal, tengo cosas más importantes que hacer como por ejemplo la seguridad de tú manada así que agarra tu celular y llámala tú—cuando salió de mi despacho escuché como se reía en el pasillo.
Busqué mi celular y me comuniqué con Rosalía, la conversación fue corta y precisa al respecto de lo que quería para la ocasión. Cuando terminé la llamada decidí servirme un vaso con whisky, era temprano para beber, pero era una ventaja que el alcohol no me afectara tanto.
—Solos —habló mi lobo Lev—, ¿Cuándo dejaremos de estar solos?
—No sé cómo responder eso, sabes a que situación nos estamos enfrentando, no sé cómo tranquilizarte.
—¿Hace cuánto tiempo estamos solos?
—1200 años.
—1200 malditos años, esto es una maldición para nosotros.
—No somos los únicos que estamos solos Lev—traté de consolarlo—, recuerda que hay pocas mates, creo que solo son 20 en todo el mundo y tal vez sea una maldición, pero no podemos quejarnos al respecto.
—Son pocas parejas y no formamos parte de ninguna de ellas—protestó—, no quiero estar más solo, necesito a la persona que está destinada a estar con nosotros, la soledad esta matándome.
Cerré la conexión con Lev y tomé lo que quedaba de whisky en el vaso, en ciertos periodos de tiempo siempre se volvía gruñón al no tener un mínimo indicio de nuestra pareja destinada a estar con nosotros. Negué con la cabeza no era momento de pensar en eso, el trabajo que cada vez se acumulaba mas me esperaba.
Como desearía poder tener una vida más privilegiada, no me quejaba del trabajo que tenía, sino de la poca remuneración que obtenía, porque trabajar en una Joyería era importante, pagaban decentemente, pero no lo suficiente para vivir en esta manada. Debía de estar agradecida del trabajo que poseía, pero es algo tedioso tener que prepararme para dicho trabajo tres horas antes, ya que tenía que atravesar por un proceso de chequeo para pasar el muro, desde el sector D al C donde se encontraba la decente Joyería en donde trabajaba. El proceso era lento y más cuando algunos seres tardaban más de lo esperado y la situación se ponía peor si no saliste de casa con un abrigo decente, las temperaturas eran un poco bajas en ciertas épocas del año.
Cuando terminaron de chequear a la persona que estaba delante de mí en la fila, llegó mi tan anhelado turno. Los guardias que mayormente eran hombres lobos revisaron lo que traía en mi bolso de mano y si llevaba algo que pudiera resultar peligroso, me desinfectaron (debíamos pasar por una cabina en donde sucedía el procedimiento) y luego se te acreditaba en el sistema tu llegada al hermoso y glamuroso sector C. Esto siempre sucedía si venias de los sectores mas pobres e ingresaban a los sectores elites, las invasiones con infectados y otros seres que suelen atacar en las áreas mas pobres de la manada en ciertas ocasiones traían consigo algunas enfermedades que podían perjudicar a los miembros de los sectores más influyentes, por eso era largo y tediosos el proceso de desinfección y la examinación de las pertenencias que traías era necesario, para mantener la seguridad.
Tomé un autobús para llegar a mi lugar de destino que se encontraba en el centro, solo eran unos pocos minutos los que tomaba el trayecto y fue lo que aproveché para comprobar mi lista de pendientes referente al trabajo.
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Editado: 01.01.2021