Alcancé a escuchar parte de la charla que tenían Lukyan y Zeht, después ellos se despidieron de nosotros diciendo que tenían que resolver un problema y que estábamos protegidos por el escudo de que contenía la casa, el problema surge cuando ellos no volvieron y había pasado demasiado tiempo.
—Necesito un favor de ustedes dos—mis hijos me miraban preocupados—, en una de las habitaciones hay armas para luchar necesito que me traigan una.
—Mami—me interrumpió Ian —, tú no puedes luchar, estas enferma y debes quedarte aquí—señaló la cama—, para que puedas estar mejor.
Salí de la cama como pude y me acerqué a ellos, esperaba no desmayarme por el dolor—, Solo recuerden esto—besé sus cabezas—, los amo a ambos. —me despedí de ellos—. Ahora necesito que hagan ese favor para mamá.
Ellos negaron al principio, pero hicieron lo que les mande. Se fueron cuando hice una señal para que hicieran lo que les pedí. Bajé las escalares y el dolor se incrementaba, caminé hacia la puerta principal el sonido de la batalla provenía de ese sector. Deducía que no era un pequeño problema lo que estaba atravesando allí afuera, solo rogaba que tanto Zeht como Lukyan estuvieran bien.
Al llegar mis hijos tenían un arco y dos flechas.
—Había solo esto—me entregó Mateo el arma.
Me volví a despedir de ellos y le susurré que debían esconderse en la habitación y que no era seguro que salieran.
Abrí la puerta, solo había cadáveres por todos lados, no había nadie más que fuera un problema. Caminé lentamente y me adentré al bosque, las maldiciones se oían cada vez más fuerte y el ruido de una pelea se oía cada vez mas claro.
Zeht y Lukyan (ya convertido en lobo) luchaban contra tres cazadores uno de ellos era aquel tipo que me había atacado y que me envenenó. Me escondí detrás de un árbol, lev mató a uno de los cazadores y dejo herido a otro el cual Zeht exterminó, aquel hombre aprovechó para atacar a lev el cual salió herido y Zeht termino golpeado contra un árbol.
Es demasiado fuerte.
—Solo tengo una pregunta—hablé y lo distraje de enterrar su espada en el pecho de Zeht —, ¿Por qué?
—Mi esposa murió dando luz a una niña —me apuntó con la espada llena de sangre—, debo aclarar que mi pareja no dio a luz a mi hija. Es mi pequeña venganza mientras conquisto el mundo para que vuelvan ser de los seres humanos los que lideren de nuevo, estas bestias deben ser exterminadas de una vez por todas.
—No es la solución y lo sabes. Sabes que no vas a ganar y todavía tienes la decencia para generar una guerra. No conocí a mi madre y lamento lo que le sucedió, pero sabes que no es correcto.
—Un bastardo la embarazó y se fue. Después ella muere por culpa tuya dejándome solo, ella muere porque el embarazo era demasiado para ella, no era un bebé normal el que llevaba en su vientre.
Zeht se abalanzó sobre él para atacarlo cortando sus palabras. Lev se estaba acercando hasta donde estaba, pero antes de que él lo hiciera incrusté una flecha en mi muslo luego la saqué, la sangre negra cubría la flecha, tomé mi arco y se la arrojé al cazador, esta se clavó cerca de su corazón.
El cansancio dominó mi cuerpo, los sonidos ya no estaban, mi visión se disminuía.
Caí al suelo, el aire no entra a mis pulmones, no puedo respirar.
Alguien me acomodó entre sus brazos.
Zeht
—Los quiero con todo mi corazón —murmuré—, nadie tiene la culpa de esto.
La oscuridad volvió como una vieja amiga, ella me envolvió y pude descansar en paz.
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Editado: 01.01.2021