En Hogwarts, en la oficina del director, actualmente el profesor Dumbledore y la profesora MacGonagall estaban revisando el libro que contenía todos los nombres de estudiantes pasados y presentes de Hogwarts, para ver quién pronto se uniría como primeros años.
De todos los nombres, Harry Potter, el niño que vivió, se destacó más. Junto a él lugar donde el búho habría sido enviado.
MacGonagall leyó muchos nombres, recordó los de familias famosas, Weasley, Malfoy eran solo un ejemplo, y luego sus ojos se posaron en un nombre simple y único: Cattleya Brown.
Cuando la profesora MacGonagall leyó donde debía ser enviada la carta, se sorprendió.
-Que sucede minerva? ¿acaso hay algo mal aquí?-
-No, señor. No es nada, es solo que, una nueva estudiante vive en el bosque de Wysteria.- Respondió MacGonagall.
-¿En el bosque de Wysteria? hum. curioso, no muchos se atreven a tan siquiera acercarse a ese bosque por la leyenda del hombre gris, hum. ciertamente es curioso, muy curioso.-
-Ciertamente lo es Albus.-
-Crees que puedes ir a visitar y entregarle su carta a esa nueva estudiante, minerva.-
-Claro profesor, no tengo ningún problema con hacerlo, lo are pasado mañana si no le importa.-
-Por su puesto minerva, no tengo ningún problema con eso.-
[...Pasado...mañana...]
La profesora MacGonagall ya estaba en las orillas del bosque de Wysteria, ella estaba observando los incontables sauces, que en su mayoría eran arboles antiguos, por lo tanto, tenían una gran altura y grosor.
Entre los árboles había un sendero que conducía a quien sabe dónde. Para cuando la profesora MacGonagall se adentró en el bosque de inmediato sintió la presencia mágica de la niña.
-Esta chica. o tiene un núcleo mágico absurdamente grande o esta presencia mágica es la combinación del núcleo mágico de sus padres con el de ella.-
Sin más que decir, la profesora MacGonagall se adentró más en el bosque, siguiendo la presencia mágica, que casualmente terminaría con una carreta abandonada.
MacGonagall, ya se estaba preocupando por las condiciones en las que vivían los Brown, ella respiro hondo para calmarse, se acercó a la puerta de la carreta, y toco la puerta con unos cuatro golpes.
Unos segundos después se escuchó como algunas cosas se caían, eran como ¿ollas y sartenes? de inmediato se escuchó como alguien caminaba de forma apurada hacia la puerta.
La puerta de la carreta se abrió, mostrando a una niña de unos 11 años de tes blanca, ojos morados y de cabello corto de color negro noche.
La niña no dijo nada solo miro a MacGonagall con una mirada curiosa y extrañada, al mismo tiempo.
Esto incomodo de alguna manera a MacGonagall, por lo tanto, decidió hablar para romper la tensión.
-Hola niña, soy la profesora MacGonagall, sé que mi visita es inesperada, pero necesito hablar con tus padres un momento ¿si?-
La niña de nuevo no pronuncio ni una sola palabra solo estaba observando a MacGonagall, la niña se hiso a un lado para que la profesora entrara a la carreta, cosa que MacGonagall hiso.
Cuando entro, MacGonagall vio que la carreta era mucho más grande por dentro, era como una casa normal de dos pisos, esto no sorprendió mucho a MacGonagall, pero aun así la sorprendió de todos modos.
La niña condujo a MacGonagall hasta el comedor de la casa, ambas se sentaron en el sillón que estaba frente a frente.
-Y tus padres jovencita?-
La niña no respondió, pero pareció recordar algo lo que hiso que la niña se levantara y trotara hasta el segundo piso, para cuando la niña regreso, ella tenía una foto de sus padres entre las manos y lo abrazaba como si esa foto fuera a romperse en cualquier momento, la imagen de la foto se movía indicando que ya por sí solo los padres de la niña eran personas mágicas o magos.
MacGonagall estaba confundida, porque no sabía el paradero de los padres de la niña y ¿por qué la niña trajo una foto de sus padres en vez de sus padres en persona?
-¿Les paso algo a tus padres o ellos te dejaron aquí sola?-
La niña dejo la foto a un lado y ella se sentó a un
costado de donde ella dejo la foto en el sillón que estaba en frente del sillón en el que MacGonagall se sentó.
-|No, mis padres no me abandonaron. Ellos simplemente están muertos, ellos fueron atropellados por un tren de carga.|- Respondió la Niña con el lenguaje de señas con las manos.
-Oh- La profesora MacGonagall entiendo, lo entendió perfectamente. -Mis disculpas señorita Brown, no lo sabía.-
-|No hay problema, yo ya me acostumbré a que no estuvieran presentes y ya casi no me duele su recuerdo.|- Respondió la niña en lenguaje de señas.
-Oh, entiendo. Bueno vamos al tema por el cual estoy aquí.- dijo para luego sacar una carta de su túnica.
La carta era extraña para Cattleya, la carta se veía algo antigua y la letra de la parte de atrás de la carta claramente fue escrita con una pluma para tinta, lo cual era aún más extraño ya que para esta época no se ocupan los tinteros y plumas para escribir.
Pero no es como si pudiera quejarse estaba muy bien escrito y con una muy buena letra y para finalizar la carta tenía un selló se cera roja con un escudo escolar que estaba dividido en cuatro partes en una avía un león en la otra avía una especie de ave en otra avía una serpiente y la última era una especie de tejón mielero.
Según la descripción de la carta en la parte de atrás donde estaba escrito su dirección aparte de tener su nombre.
Sin más Cattleya abrió la carta y la empezó a leer.
La carta decía:
Estimada Sra. Cattleya Brown.
Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del 31 de julio.
Muy cordialmente,