Dirijo mis pasos a la habitación donde está Leo, me paro en el marco de la puerta y veo que tiene la mamila en sus manos, lágrimas comienzan a correr por mis mejillas de alegría, Leo levántala mirada hacia mí y una sonrisa se estira de sus labios y se levanta hacia mí.
- Nena Te amo, no sabes lo feliz que me has hecho mi amor. Dice mientras me abrasa y entierra su cabeza en mi cuello.
- También te amo mi vida, créeme que soy la mujer más feliz de este universo. Digo mientras nos abrasamos, siento como su pecho sube y baja, trato de verlo a los ojos y me encuentro con lágrimas en sus mejillas.
- Y cuánto tiempo tiene nuestro bebito? Dice mientras retira las lágrimas que resbalan de su rostro.
- Tengo aproximadamente 3 semanas mi amor. Sus ojos están llenos de alegría y comienza a darme besos mientras pone sus manos en mis mejillas.
Veo como poco a poco se pone de rodillas frente a mí y pone su frente en mi pancita.
- Nuestro bebito está aquí adentro.
- Lo está mi vida y en unos meses estará en nuestros brazos.
Leo comienza a darle besos a mi pancita con una sonrisa en el rostro.
- Ven. Me agacho y lo abrazo, tomo su mano y lo dirijo hacia la cama y muestras que se levanta se limpia las lágrimas.
- Nena vamos a decirle a nuestros padres. Dice sonriendo.
- Claro que sí, que dices si vamos en unos 20 días en lo qué pides permiso en tu trabajo y para que nuestros padres dejen libre el día que iremos.
- Si nena, está bien.
Después de que le di la noticia, desayunamos y en la noche nos vamos a nuestro restaurant favorito a festejar.
1 semana después…
Estoy apurada haciendo el desayuno de Leo, siento algo de mareo pero necesito terminar.
- Nena tengo que irme ya son las 7:30. Dice Leo a mis espaldas.
- Espera solo toma tu café y desayuna un poco, no te vayas con el estómago vacío, en eso te pico fruta para que la lleves.
- Esta bien nena. Leo se cuenta y toma su café y le paso algunos panecillos.
Termino de picar la fruta lo pongo en un traste y se lo dejo en la mesa a Leo. Él se levanta apurado de la mesa, va hacia el baño para lavarse los dientes y después que termina se despide de mí y sale a toda prisa en su moto.
Al cerrar la puerta, camino hacia la cocina y veo que en la mesa está el traste que se iba a llevar Leo.
Tendré que llevárselo pienso en voz alta.
Abro el refrigerador y veo fresas, plátanos y arriba deje avena, voy a conectar la licuadora y le preparo un licuado. Al terminar voy a la habitación para vestirme he irme rápido a su trabajo.
Me pongo un pantalón negro que se amolda a mis piernas y una blusa gris clara con mis converse blancas voy a ponerme perfume y veo la cartera de mi niño en sima del mueble, lo tomo y lo meto en mi pequeña bolsa negra que llevo en el hombro. Salgo a toda prisa a buscar un taxi y rápido lo encuentro. 10 minutos después llegó a la base de la policial.
Me bajo del taxi y veo que en la entrada van saliendo policías, me acerco un poco buscando a Leo pero no lo encuentro.
Una chica uniformada va pasando a lado mío y decido preguntarle.
- Hola buenos días, disculpa una pregunta.
- Si dime.
- No sabes dónde puedo encontrar a Leonardo Strong?
- Si lo vi que se fue al estacionamiento, sigue caminando recto y después hacia la izquierda, ay verás las patrullas estacionadas, hay lo verás.
- Muchas gracias. Digo y camino hacia donde me dijo.
Voy caminando hacia el estacionamiento mientras que muchos policías me saludan algunos muy amables y otros con un tono de querer ligar, sigo caminando y me paro enfrente de donde están las patrullas.
Observo a Leo como a 30 metros de mí, está reclinado en una patrulla, viendo su teléfono, voy a caminar hacia él sin dejar de verlo, pero mis pasos se detienen en seco cuando observo una chica realmente hermosa que se abalanza hacia él haciendo que sus manos acunen su rostro y dándole un beso en los labios. Leo se exalta y se aparta de ella, por un segundo la observa a los ojos y cómo si fuese adivino voltea hacia mí.
Mis piernas tiemblan de lo que acabo de ver, ciento que el tiempo se detiene y un fuerte dolor en mi corazón atraviesa sin piedad. Lagrimas se escapan de mis ojos y sin más mis piernas reaccionan. Doy la vuelta y mi corazón me dice que no quiere estar hay, sin darme cuenta estoy corriendo sin saber a dónde ir, lagrimas obstruyen mi vista, escucho la voz de Leo a mis espaldas pero no dejo de correr, quiero alejarme lo más que pueda de él.
Un fuerte ruido estalla en mis oídos y sin más siento un impacto él mi lado izquierdo, haciéndome rodar por el pavimento caliente. Mis vista se nubla y un fuerte dolor invade mi cuerpo, siento correr un líquido bajando por mi frente no puedo moverme siento que alguien pone su mano en mi cabeza y vista esta nublada y no distingo quién es pero al escucharlo sé que es Leo…
- Nena, nena por favor mírame, no cierres los ojos, por favor no los cierres. Escucho a Leo llorar, gritando que llamen a una ambulancia.
Siento cómo mi respiración es débil pero con la poca fuerza que me queda, pongo una mano encima de mi vientre.
- Mi bebe…
2 horas despues...
Un fuerte dolor en mi vientre hace que despierte de lo que creía que era una pesadilla.
Trato de abrir los ojos y lo primero que veo enfrente de mi es una habitación blanca.
Siento una mano que aprieta la mía.
- Nena, no te muevas.
Veo a Leo con lágrimas correr por sus mejillas. Sin decir nada imágenes pasan por mi mente y comienzo a recordar todo lo qué pasó, lágrimas comienzan a brotar de mis ojos al sentir un fuerte dolor en mi bajo vientre.