Escucho mi alarma sonar, tomo mi teléfono y veo que ya son las 4:30 de la mañana.
Leo está a lado mío profundamente dormido. Su respiración es lenta, su rostro está relajado con los labios entre abiertos.
Me inclino para darle un beso en los labios y con el cejo fruncido se quita.
- Por favor ahora no. Pronuncia adormilado y se da la vuelta.
Me parece muy raro que me haya dicho eso, pero no le tomo importancia, así que pongo mi mentón en su hombro haciéndole pequeños movimientos con mi mano.
- Mi vida, ya despierta mi amor, nos tenemos que alistar, bebe?.
Poco a poco se va moviendo y comienza a estirarse.
- Ha?, hola mi amor, ya es hora?. Dice con su vos gruesa y adormilado.
- Si mi vida, buenos días. Digo casi susurrando.
- Buenos días nena. Dice
Le doy un beso en la frente, me siento y prendo la lámpara.
- Te deje tu ropita lista mi amor. Le digo.
señalando el closed donde está su pantalón negro, con su camisa blanca que se le talla al cuerpo junto con su chaqueta de cuero negra y su botas camel. Yo decido ponerme algo similar para que no traspase mucho el viento a nuestros cuerpos.
Ambos nos metemos a la regadera para ducharnos.
Después de unos minutos salimos rápido para alistarnos.
Ya estando listos y con las mochilas empacadas voy a sacar mi casco y ambos nos dirigimos hacia la moto para ir con nuestros padres por unos dias.
- Nena cualquier cosa me avisas para detenernos.
- Claro mi amor, por favor conduces con cuidado.
- Si mi niña subamos ya.
Ambos subimos a la moto y mi niño empieza a conducir.
2 horas después…
Llegamos a una cafetería ya vamos como a mitad de camino, son las 6 de la mañana decidimos entrar por un café y un desayuno ligero.
Ambos nos sentamos en una mesa del rincón y la joven mesera comienza a tomar nuestra orden.
- Hola buenos días, que van a pedir?. Dice la camarera.
- Yo quiero unos huevos revueltos con algo de aguacate y un café doble por favor. Pide Leo.
- Ajá, y tu qué vas a pedir.
- Tráigame por favor un emparedado con queso y jamón de pavo y un café con leche.
Le entregamos la carta a la mesera y se retira.
- Ya nos falta poquito para llegar mi amor. Digo a Leo emocionada.
- Si mi vida ya casi llegamos, a este paso llegaremos aya como a las 8:30 am.
- Sii, oye voy rápido al baño, no tardo.
- Ánda mi vida con cuidado. Dice Leo.
Camino hacia el fondo de la cafetería en busca del baño.
Entro y después de unos minutos, comienzo a lavarme las manos con jabón, mientras me veo al espejo.
De mi bolsita saco un rímel y comienzo a colocarlo en mis pestañas. Tomo mi labial color rojo y lo coloco en mis labios, arreglo un poco mi cabello enredado y sobre mi pecho roció perfume. Ya lista salgo del baño y me dirijo hacia la mesa donde está Leo.
- Ya vine. Digo
- Si nena y muy linda he, ha!, y a tiempo. Señala hacia la cocina donde viene saliendo la mesera con nuestros pedidos.
Se acerca hacia nosotros y baja los platos y tazas que trae en su bandeja.
- Buen provecho. Dice la mesera.
- Gracias. Decimos ambos y comenzamos a desayunar.
Después de unos minutos, terminamos, pedimos la cuenta y ambos nos dirigimos hacia la moto. En nos topamos con un chico como de 24 años.
El me ve mientras me coloco de nuevo la chaqueta.
Leo por su parte, nota que el chico me observa muy atentamente.
- Hey tu, que le ves a mi esposa. Dice en voz alta haciendo que el chico se quede con el rostro sorprendido.
- Nada, solo la veía.
- Ten cuidado, mejor fíjate en tu camino. Dice Leo furioso.
- Ven vámonos ya. Digo tirando de su brazo, guiándolo a la moto.
- Suéltame. Dice furioso.
- Yo…
- Ves por qué no me gusta que te maquilles tanto, es más esa blusa que traes mm no te queda bien, casi se te ven los pechos, no quiero que vuelvas a ponerte eso.
- Pe… pero solo me puse rímel y un poco de labial, y… y mi blusa, siempre has dicho que me queda bien.
Leo da un fuerte suspiro tapándose el rostro con las manos.
- Ya, lo siento mm pero ten. Saca un pañuelo de su chaqueta y me lo ofrece.
Sin decir nada, lo tomo y comienzo a retirar el labial que me aplique.
- Así está mejor. Dice, cuando mis labios quedan con un leve tono rojizo.
- N… nos vamos?. Digo, un poco triste por lo que acaba de pasar.
- Si nena vamos ya. Se monta en la moto al igual yo y nos colocamos el casco.
Arranca y retoma la carretera. Siento en mis mejillas un par de lagrimas que no sabía que estaba aguantando hasta expulsar el aire que tenía contenido en mis pulmones. Una presión en el pecho hace que quiera llorar más, trato de no pensar en eso y me enfoco a que ya pronto veré a mis padres.
2 horas después…
Vamos entrando a la ciudad estoy muy emocionada de ver a mis padres, tiene ya 8 meces que no los veo.
Leo comienza a aparcar la moto frente a la casa de mis padres bajo a toda prisa quitándome el casco y llamo a la puerta.
Después de unos segundos abren.
- Mi niña hermosa.
Dice mi madre extendiendo sus brazos hacia mi, rodeándome con un cálido abrazo.
No puedo contener la emoción que tengo y lagrimas de alegría llenan mis ojos, mis brazos también rodean su cintura mientras mi cabeza está reclinada en su hombro.
Ella trata de verme a los ojos y veo que también tiene lagrimas corriendo por sus mejillas con una gran sonrisa en sus labios.
- Mi amor ya te extrañaba, cómo no te imaginas, hubieran avisado que venían.
Escucho que Leo se acerca hacia nosotras.
- Hola señora, cómo está?. Leo abraza a mi madre.
- Estamos bien hijo pero pasen vayamos a la sala.
Los 3 caminamos hacia la sala.
- Donde está papá?.
- Está en su oficina.
- Voy a saludarlo.
Camino hacia la oficina de mi padre y toco la puerta.
- Pasa. Escucho al otro lado de la puerta, giro la perilla y camino hacia adentro.