Enical
Todo termino al verme, mis pensamientos pararon, mis preguntas ya ni se intentaban formular, mi existencia no tiene sentido, no aquí, aquí ya existo, una sobra y soy yo. Ni siquiera pensé en qué haría después de verme, creí que todo se pondría negro y terminaría la pesadilla de una u otra forma, pero seguía respirando, sentada en este coche viendo las calles que alguna vez me vieron crecer.
Cuando Antonio me propuso ir a España con él, en verdad creí que me dejaría aquí, no tiene ninguna obligación, no me debe nada, yo lo haría. ¿Hacerme responsable de una loca? No gracias, estoy para que me cuiden aún, no para cuidar.
Su mirada me decía que iba en serio, era digna de temer para cualquiera, cualquiera menos yo, que ya no tenía nada que perder…encontré en ellos la seguridad justa que necesitaba para no derrumbarme más de lo que ya estaba, para no seguir hundiéndome y perdiéndome en la oscuridad que no sabía que tenía hasta este día.
En el jet no necesite hablar, volvió a sentarse a mi lado y lo agradecí, este viaje fue más distante que el primero, más doloroso. No probé bocado en todo el vuelo, no tenía hambre ni humor y por suerte Antonio lo respetó.
Necesito tiempo para conocer todos los daños que han nacido en las ultimas horas o dormir todo el viaje, lo que pase primero, ganó lo segundo. Mi idea al dormir era olvidarlo todo, pero solo tuve pesadillas, recuerdos y más dolor, despertaba por momentos perdiendo la mirada en las nubes antes de volver a dormir, arropada, Antonio debió ponerme la manta, me vigilaba desde su ordenador fingiendo estar concentrado, algunas veces despertaba con las mejillas húmedas, no quiero llorar dormida y sobre todo no quiero que me vean llorar dormida, pero no puedo evitarlo y eso es aún más frustrante, me sentía agotada y no podía descansar o escapar de la verdad ni en sueños.
Despues de varias horas y pesadillas desperté con Antonio sentado a mi lado mirando su teléfono, volteé a la ventanilla notando como la oscuridad de la noche le daba paso a la mañana en Europa, ya faltaba poco para aterrizar, un lugar en el que nunca pedí estar. Al llegar al aeródromo me sentía confundida, era como si nunca hubiese pasado el tiempo, pero en realidad había pasado un día completo y era de mañana otra vez.
-Te llevaré al departamento y saldré al estudio, tengo que arreglar un par de cosas, pero volveré pronto- me informó Antonio, antes de subir al auto. ¿Qué soy, su esposa o su madre? No quiero sus reportes, quiero irme a casa…Es cierto, de allí vengo y ya no es mi casa. Desarrollé un rechazo a este lugar durante el vuelo, pero no era su culpa.
-No te preocupes por mí, ya haces suficiente con llevarme a tu casa- respondí apenada, intenté distraerme mirando a la ventana mientras el auto andaba, huir de la realidad, él ya hace bastante con tenerme aquí, no necesito tanta atención, no quiero dar tantos problemas.
-No tengo mucho que hacer así que no hay problema, al llegar por favor come algo, no comiste nada en el vuelo y te entendí, pero aquí no podemos llevarte tan fácilmente al doctor, recuérdalo- su sermón fue definitivo, dejó de mirarme distrayéndose en la vista de su ventana, solo asentí y la conversación terminó.
De cierta forma agradecía que él tuviese esa atención un poco paternal con mi alimentación, justo cuando estaba tan aturdida y deprimida no podría hacerme cargo ni de sí misma como un adulto, pero no dejaba de molestarme sentirme sobrante aquí.
Al llegar al departamento subimos sin mediar palabra hasta que una vez dentro Antonio sacó un par de carpetas, advirtió que si no veía menos comida en la cocina me obligaría a comer una montaña de verduras en sopa y se fue, entendí la amenaza perfectamente y lo creía muy capaz de cumplir su palabra así que sólo me quedó obedecer.
Una vez más Antonio cruzó la entrada y cerró la puerta, una vez sola sentí como si una ola muy fuerte me hubiese arrastrado y lanzado hasta este departamento, donde sentía que no hacía más que estorbar, sobraba, un mal cálculo en la ecuación, un error que sólo me lastimaba y molestaba a alguien que no tenía nada que ver, como Antonio.
Nació el impulso de hundirme a llorar en esa cama que no era mía hasta que pudiera despertar de esta pesadilla o que alguien me explique qué demonios hacia aquí, en este tiempo y lugar, mis ojos empezaron a inundarse otra vez, pero era como si esas lágrimas tampoco quisieran salir al mundo extraño donde se suponía que vivía en otro país y otra edad, mi cuerpo también quería rechazar cualquier interacción con el ambiente, como lo intentaba hacer mi mente, respiré hondo y froté los ojos con mis muñecas.
Recapitulemos, literalmente aparecí en el camino de un cantante famoso y amable, que ha sido lo único grato en ese mundo tan horrible, 11 años atrás. Oh y que además está muerto, genial.
Dejé mi bolso en la habitación donde dormí, mi cuerpo se sentía pesado al ver esa cama, a pesar de que dormí todo el viaje, lo que menos hice fue descansar, el agotamiento de digerir la verdad no se solucionaba con 8 horas de sueño o 12, pasé de la idea de volver a dormir. ¿Más pesadillas? No, estoy bien con mi inestabilidad, pero se agradece la oferta.
Al menos agradeceré la hospitalidad no dando más problemas, una vez en la cocina decidí preparar algo de comer, no sentía hambre, pero la amenaza de Antonio me intimidó, de seguro tendrá hambre al volver, comer en un avión en movimiento también cerró parte de mi apetito, no todo el crédito fue de mi mala suerte, así que prepararé para dos, aunque prefiero no comer por una semana, me tiene hostigada la realidad.
Nunca gusté del silencio absoluto así que decidí encender el televisor para sentirme acompañada, me sentí estúpida al recordar que mi serie favorita aún ni se creaba así que no la encontraría por más que cambiara a todos los canales mil veces seguidas, busqué los programas de música y dejé que “Hips Don't Lie” de Shakira conquistara el ambiente mientras exploraba la cocina y buscaba qué hacer, tenía todo lo necesario para hacer un guiso simple con carne, era rápido, no ensuciaría mucho y sobraría para la cena sin problemas, también encontré fruta y agua mineral con gas, papá me enseñó a hacer bebidas con eso y un par de hierbas, no sería difícil ni tardaría mucho por suerte, y así en un par de horas tuve todo listo.
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Editado: 21.07.2022