Aquella fuente de luz que iluminaba la habitación, fue sustituida por el pequeño resplandor que salía de los ojos de la pequeña niña. Al igual que algunos destellos de su cabello comenzaba a emitir una luz baja el cual podía iluminar algunas partes de la habitación sin ser molesta para los ojos de Deneb.
Sonriendo hacia ella, el solo acaricio su cabeza, acomodando su fino cabello mientras observa aquellos mechones que podían emitir luz propia, al final solo se podía escuchar el sonido de las olas del mar y el viento fresco que entraba desde la ventana. Pasando su vista hacia ella, contemplo desde la distancia el cielo cubierto de estrellas resplandeciente, siendo este su ultimo recuerdo de este día, antes de caer dormido.