Ciudad Godulib, ubicada a unos 13.500 kilómetros al Noroeste de la capital Apogeo, destaca sobre todo por su abundante y constante comercio el cual es la piedra angular para el crecimiento del reino, es en este lugar que también se encuentran 5 de los 13 Gremios bajo el mandato de los Thuls. Esta ciudad se encuentra rodeada de una gran muralla que supera los 45 metros de altura, es por eso que también posee el nombre de Roomil al igual que la Diosa Protectora De Los Hogares. Antaño fueron múltiples las veces en que intentaron asediar esta ciudad, pero las murallas protegieron de todo peligro a sus habitantes.
Dentro de Godulib, más específicamente en los barrios del Suroeste puede divisarse dentro de todas las tiendas una que destaca por sobre las demás, buscando formas de atraer clientela se usa típicamente un cartel indicativo, en este caso la tienda posee en su parte frontal un enorme brazo de hierro el cual mide 3 metros de altura, es inevitable que los transeúntes y potenciales clientes no sean atraídos por esa llamativa estructura.
– Mira, esa debe ser la tienda que nos recomendaron.
Es un hombre que no supera los 30 años, camina sujetándose de su acompañante, debido a que no posee su pierna izquierda.
– Si, no hay la menor duda, en Firiz los aventureros fueron enfáticos en que era la mejor tienda para comprar una pierna prostética.
Aquella pareja de jóvenes enamorados sonríe al imaginar cómo su vida mejorará con la futura prótesis, la mujer abrirá la puerta de la entrada, hasta que.
– ¡HAAAAAA ES UNA PUTA TORTURA, ME MUERO!
Ambos jóvenes quedan congelados y aterrorizados por el grito de agonía proveniente desde el interior de la recomendada tienda.
– Tranquilo, debe de ser alguien nuevo que no esta acostumbrado al. – La mujer trata de confortar a su esposo, pero nuevamente.
– ¡SIEMPRE ES PEOR, EL DOLOR EMPEORA CADA VEZ QUE VENGO HAAAAAA!
– Busquemos otra tienda inmediatamente. – Dicen al unísono la joven pareja.
Ellos no fueron los únicos en escuchar los gritos de sufrimiento, algunos caminaron rápidamente para alejarse lo mas posible de ese lugar. Si uno ingresa a esa tienda lo primero que encontrara son partes mecánicas para reemplazar alguna extremidad, diferentes tamaños, materiales y formas, desde las más básicas hasta aquellas que poseían armas ocultas dentro para ser usada mas halla de una simple prótesis, un enorme banco el cual destaca un pequeño timbre dorado, por el costado del banco hay una cortina de color negro el cual conduce a una sala esterilizada para operar, reparar o modificar a los clientes que lo requieran, no solo venden prótesis también las instalan. Es desde aquella sala que los gritos son vociferados por un hombre aun mas joven que la pareja espantada.
– Quédate quieto maldito niño, sigue moviéndote y dejare los nervios mecánicos tensados hasta el extremo que no puedas abrir la mano por el dolor que te provocara. – Dice amenazantemente una anciana de baja estatura.
Sus cabellos completamente blancos por el paso de los años, cara arrugada, enormes lentes, pese a su edad no significa que es débil, su fuerza es suficiente como para dejar inconsciente a un adulto de un solo puñetazo.
– Anciana diabólica ten piedad de mí. – Dice con una voz patética el sujeto que esta recostado en la cama de esta habitación.
El hombre que grito desesperadamente hace unos instantes es quien está siendo atendido por la anciana, él mide 1.75 metros, cabello grisáceo al igual que el color de sus ojos, a perdido su brazo derecho desde la altura de su hombro, cables emergen desde esa zona los cuales se interconectan con un metálico brazo de color negro.
– Sigue chillando y será peor me escuchaste. – La anciana ha perdido la paciencia.
– ¡HAAAAAA PUTA MADRE HAAAAAA! – Grita el sujeto.
– Abuela se más amable con Ralan. – Dice temerosamente una jovencita.
Esa chica posee rasgos que atraerían a cualquier hombre que tenga la suerte de verla directamente, una pequeña y respingona nariz, ojos celestes como el cielo, cabello castaño el cual llega hasta su cintura, de proporciones abultadas, estrecha cadera que hace destacar aun mas su figura, mirada amable y condescendiente, ella trae múltiples herramientas para ser usadas por su abuela.
– Íria siempre eres muy sobreprotectora con este niño, no lo mimes. – Dice la anciana mientras observa de reojo a su nieta.
– A, abuela no es eso, deja de imaginar cosas. – La joven se ha colocado nerviosa, deja las herramientas y comienza a agitar sus manos.
– Rezo a los cielos que la tierna Íria no se convierta en este monstruo arrugado y malévolo. – El sujeto lo dice a viva voz.
– Al parecer no es suficiente dolor. – La anciana se enfada y gira bruscamente un tornillo del brazo prostético.
– ¡HAAAAAAAAAAA! – Grita desesperadamente el sujeto.
Transcurren 20 minutos y el sujeto ahora luce un renovado brazo prostético de color negro, vuelve a colocarse su camisa y abrigo.
– Maldito niño siempre haces un escandalo cuando vienes, no quiero imaginar cuantos clientes he perdido por tu culpa el día de hoy. – La anciana aprieta su puño.
Editado: 24.10.2018