Esto es amor

25

—¿Jongie?

Abrí los ojos lentamente. No sirvió de mucho, fui igualmente deslumbrado por la belleza y perfección de Kim Myung Soo.

—Lo siento por despertarte —murmuró, acercando sus labios a los míos.

—Está bien. Ya he dormido demasiado de todas formas.

No podía moverme de la posición en la que estaba, pese a lo incómoda que esta era. El médico me había advertido que tuviese cuidado. Mi herida seguia reciente y los puntos podían moverse con cualquier movimiento brusco. Pero claro que no era necesario que me lo recordara, con las costillas en el estado en el que estaban no tenía demasiadas ganas de moverme.

Myung Soo tomó asiento en la cama, muy cerca de mí, llevando una mano hasta mi rostro, acariciándolo con suavidad. Recorriendo su contorno con las yemas de los dedos, demorándose un poco en mis párpados y más tarde en mis labios.

Cerré los ojos y me limite a disfrutar de la caricia. Feliz.

Lo amaba tanto que a veces pensaba que podría llegar a doler.

—Jongie.

—¿Sí?

—Afuera hay alguien que quiere verte.

—¿Quién es?

Ya me habían visitado todos aquellos a los que le importaba, incluida mi profesora de canto, la cual había resultado estar embarazada, teniendo como principal síntoma aquel repentino desmayo.

Myung Soo me sonrió antes de acercar sus labios a los míos de nuevo. Fue un beso suave y tranquilo. Al parecer no tendría besos pasionales hasta salir de ahí. Y mi novio no caería siempre en mis provocaciones. Era una lástima.

—Yoon Joo.

—¿Qué? ¿Ella está aquí?

—Sí.

—¿Woo Hyun le avisó?

—No exactamente.

—¿Entonces?

—Te lo explicaré después —se levantó—. Ella quiere verte.

—Me cuesta creer eso. Nosotros nunca tuvimos una buena relación.

—No es demasiado tarde, Jongie.

Suspiré. No entendía porque Yoon Joo quería verme de repente si cuando vivíamos juntos parecía que yo la repelía.

Myung Soo me tomó de la mano.

—Habla con ella un rato.

—Está bien.

Me besó la frente.

—Ese es mi Jongie —susurró en un tono de voz que nunca antes le había escuchado—. Te quiero, pequeño.

—Myung...

—Vendré a verte después —se acercó a la puerta, volviendo el rostro por última vez—. Adiós, Sung Jong.

Y salió, dejándome con los sentidos alocados.

Había dicho que me quería.

¡Me quería!

Jamás hubiera podido creer eso. De alguna forma Myung Soo me quería.

Me quería.

Tuve el tiempo justo para tranquilizar mi corazón cuando la puerta de la habitación volvió a abrirse.

Siempre pensé que era una chica guapa, de las pocas en Corea que no habían recurrido a la cirugía ni a tratamientos caros. Una chica que rara vez usaba maquillaje y cuya ropa no era la última moda. Yoon Joo era una mujer real, con una belleza real.

Nos miramos durante algún tiempo en silencio. Sinceramente no creía que tuviésemos algo de que hablar, cuando vivíamos juntos lo habíamos hecho en contadas ocasiones. Ella prefería discutir con Woo Hyun.

—Hola, Sung Jong —saludó finalmente.

—Hola, Yoon Joo —le hablé de manera informal, pero esto no pareció molestarla. Sus ojos estudiaban con atención mi persona, deteniendose un segundo en el yeso en mi pierna para subir de nuevo a mi rostro.

—No estás tan mal como había imaginado —y sonrió, logrando aumentar con ello su hermosura—. Kim Sung Kyu exageró un poco cuando me llamó.

—¿Fue él quién te avisó?

—Sí. Ese tonto de Woo Hyunnie ni siquiera se tomó la molestia.

—Debió pensar que no te importaría —dije en voz baja, incómodo.

Yoon Joo no respondió y eso me obligó a levantar la mirada.

Dos gruesas lágrimas resbalaban por sus mejillas hasta perderse en sus labios.

—¿Por qué estás llorando?

—¿Por qué tú... tú... crees que no me importa verte así?

—No, no lo creo. Nunca fuiste muy amable que digamos —repliqué sin piedad, pensando en todas las que le había hecho a mi hermano.

—¡Eso fue por culpa de Woo Hyun! —explotó, dejando salir su llanto a raudales.

—Siempre es culpa de él, ¿verdad?

—Porque así es... Él...

—Él te ama, Yoon Joo. Simplemente eso.

Yoon Joo me miró, estupefacta.

—¿Él te ha dicho eso?

—Creo que lo ha demostrado.

—La gente también puede mentir con sus acciones —refunfuñó —y él es experto en mentir.

—No hables así de Woo Hyun.

Estaba empezando a molestarme de verdad.

—Pero es que no lo entiendes. Él nunca me ha amado. ¿Cómo podría si nunca olvidó a ese amor suyo del pasado? Siempre pensando en esa persona que lo había abandonado, que lo había dejado para irse con alguien mas.

Me quedé sin palabras. ¿Amor del pasado? ¿Podría ser que... estuviese hablando de Sung Kyu? Pero ellos no... ¿O sí? ¿Cuándo? ¿Por qué?

—Nunca deseé realmente ser dura contigo —siguió hablando —pero me irritaba tanto su actitud que la única forma de vengarme era dándole donde más le dolía y eso eras tú, Sung Jong —se limpió el rostro—. Lo siento si te la hice pasar mal. Yo nunca te he odiado. Y lamento mucho lo que te pasó.

—¿Le has dicho alguna vez esto a Woo Hyun?
Yoon Joo rió suavemente.

—Ya no tiene caso. Hemos terminado definitivamente —suspiró—. Venderé el departamento y le enviaré la mitad del dinero.

—No creo que Woo Hyun lo acepte.

—Entonces tendrás que aceptarlo tú.

Y volvió a sonreirme. Era realmente bonita. Sentí lástima por ella.

—Yoon Joo...

—Dime algo, Sung Jong —me interrumpió—. ¿Cómo es que tu rostro sigue en buen estado?

Esta vez fui yo el que rió, aunque me dolieron los costados.

—Me lo cubrí con las manos cuando me golpeaban.

Yoon Joo rió también.

Y la puerta volvió a abrirse, dejando entrar a una enfermera.

—Disculpe, pero vamos a cambiar al paciente de habitación —comentó con voz alegre.

—Claro. Ya me iba de todas formas —asintió mi ahora ex-cuñada, pero antes de marcharse me dirigió unas últimas palabras—. Espero que te recuperes pronto. Dile a Woo Hyun que... que me alegra mucho que haya recuperado lo que tanta falta le hacia.



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En el texto hay: homosexual, woogyu, myungjong

Editado: 10.07.2022

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