CAP 7: La habilidad de Nyoko

—¡¿Cómo que ya se fue?!—preguntó Senku frustrado y a la vez alarmado.

El hecho de que Nyoko haya podido sobrevivir a los gases tóxicos sin la máscara, era ya considerado un milagro, pero el hecho de que  Chrome la dejara ir sin más, y que ella no le haya dirigido la palabra en todo el camino, le tenía más estresado que cansado.

—¡¿Por qué no la detuvieron?!, ¡No es normal que un humano pueda sobrevivir a esos gases!

—Ella me explicó que no podía quedarse por mucho tiempo—expresó Chrome tratando de defenderla, pero ésta vez Kohaku se puso en su contra.

—Senku tiene razón, si esos gases son tan peligrosos como dice, su salud puede estar en peligro—dijo Kohaku furiosa y preocupada a la vez—, tengo que encontrarla y traerla aquí cuánto antes—finalizó alistándose para irse.

—¡Por favor no!—gritó Taji con preocupación entrando al laboratorio—, ¡Ya estuvo mucho tiempo fuera por mi culpa! ¡Por favor déjenla al menos por hoy!

—No podemos hacer eso—explicó Kohaku con menos furia pero no menos estricta—, esos gases del lago son muy venenosos y Senku tiene que hacerle pruebas para saber que está bien. Lamento no poder cumplir con tu petición.

Taji al ver el gran problemón que Nyoko se llevaría si Magma viera como ella no se encontraba haciendo sus responsabilidades por estar ayudándoles a ellos, hizo que confesara lo que con anterioridad ella misma le contó.

—¡Nyoko es Inmune al veneno!—gritó cerrando los ojos esperando que con eso evitara que fueran por ella.

Silencio.

Todos en la sala quedaron pasmados ante la revelación de Taji, quien se encontraba con sus ojos cerrados y temblando.

—...¿Qué dijiste?—preguntó Kohaku al fin sin poder creer lo que escuchó.

—Nyoko, me lo contó minutos antes de ir trás Ginro—dijo antes de proceder a relatar lo sucedido.

»Cuando vimos que Ginro se iba con aquella máscara, Nyoko tragó aire y me explicó que era muy posible que necesitarían de su ayuda.

—¡Pero no hay más máscaras de esas!—repliqué—, Senku nos contó que ese lugar suelta un gas muy venenoso que podría matar en un sólo instante.

Ella me sacudió el cabello y con sus manos me dijo que su cuerpo resistía al veneno y que no era la primera vez que se exponía; fue entonces que me hizo la promesa de que volvería y después de eso se marchó corriendo tras Ginro.

—...Muy bien—habló Kohaku—, por hoy dejaremos a Nyoko tranquila.

—¡¿Qué?! ¡¿En verdad lo vamos a dejar así?!—preguntó Senku sin poder creer lo que veía y oía.

—Es sólo por hoy—respondió Kohaku dándole la espalda—, Nyoko tomó esa decisión y lo único que nos queda es respetarlo.

El cambio drástico de opinión de Kohaku, no tenía sentido para Senku, había algo del que ellos no hablaban y la única conclusión que pudo llegar fue que estaba relacionado a la misma situación que le prohibía salir de aquella aldea.


 

(***)


 

—¿Ya te encuentras mejor?—preguntó Hisui a la par que sus manos decían lo mismo.

Taji le había encargado que no la dejara sola y que le hiciera compañía, y por un motivo que desconocía, Nyoko tras pisar la aldea había presentado dolor de cabeza. Por lo que rápidamente, ambas fueron hasta la casa.

Hisui miraba con preocupación a Nyoko, a lo que ella le sonrió y le comunicó con sus manos, que poco a poco se le iba el dolor de cabeza.

—¡Me alegro mucho!—dijo para después abrazarla y ser correspondida.

—¿Interrumpo?—preguntó Magma entrando a la casa, viendo como Nyoko se encontraba en cama y como Hisui iba a recibirlo gustosamente.

—¡Que bueno verte!—expresó Hisui dándole un abrazo.

—¿Qué tiene Nyoko?—preguntó Magma alzando su mirada hacia ella sin que Hisui se diera cuenta de la tensión de aquellas palabras.

"Si Magma aparece por la casa, dile que despertó resfriada"—fueron las palabras que su hermano le dijo minutos antes de que cruzarán el puente hacia la aldea. No sabía la razón del por qué de aquellas palabras, pero decidió hacer caso a su hermano mayor.

—No se despertó bien está mañana, creemos que está resfriada—mintió viendo a Nyoko para que entendiera sus palabras.

Magma se acercó a Nyoko y puso su mano en su frente, provocando que Nyoko se pusiera tensa y empezará a sudar frío. Todo esto pasó desapercibido por Hisui.

—Tal parece que no tiene fiebre—expresó con seriedad Magma—, a partir de ahora me encargaré de cuidarla.

—¿De verdad?—preguntó Hisui no muy convencida, ya que Taji le había encargado a ella que la cuidara.

—Te prometo que cuando vuelvas estará mejor, después de todo soy el más fuerte y futuro líder de la aldea.

—De acuerdo—dijo Hisui—, regresaré más tarde Nyoko.