Esto es Irracional

CAP 20: Lagunas y el latir de dos corazones

Tras regresar con el Tungsteno, Senku se llevó la sorpresa que todos en la aldea habían trabajado para hacerle un observatorio como regalo de cumpleaños. Claro que en unos minutos supo que Gen lo había dirigido y agradeció a todos por tal obsequio.

Nunca pensó que en este nueva era, podría celebrar su cumpleaños, y mucho menos poder apreciar las estrellas que tanto observaba desde que era niño. Una sonrisa nostálgica esbozó en su rostro antes de acercarse a la fogata donde se encontraba Nyoko, quien se despedía con un beso y un abrazo de los niños antes de que ellos se vayan corriendo donde Suika y compañía.

El ver cómo Nyoko miraba con amor a esos niños mientras ellos se alejaban, le hacía recordar a la personalidad de su padre.

—Deberias de ir a descansar—dijo Senku al ver como ella boztezaba, por lo que, cuando se percató de su presencia, voltea a verle, saludándolo con la mano a la vez que le sonreía minutos antes de que tomen asiento cerca a la fogata.

El silencio era algo habitual entre ellos dos, ambos se sentían cómodos ante ello y con sólo  mirarse a los ojos, podían apreciarse en el reflejo del otro, bajo aquel confortable fuego que la fogata brindaba junto a la hermosa luz de la luna.

Entonces, sin que Senku se lo esperara, Nyoko agarró sus manos y en ellas le entregó una piedra ovalada, dejándolo confundido viendo como Nyoko se reía ante su reacción, indicándole con sus dedos que observara el reverso.

Senku aún extrañado, obedeció sorprendiéndose de encontrar un dibujo exacto de la constelación de Orión; y al alzar la vista pudo apreciar la sonrisa traviesa de Nyoko que con sus manos recitaba lo mucho que le gustaba observar las estrellas y que esa constelación fue la primera que vió de muchas otras que descubrió.

Senku pasmado ante la explicación, no pudo evitar pensar que Nyoko tenía más secretos de los que aparentaba; pero también había la pequeñísima posibilidad de que Gen esté involucrado.

—Nyoko—llamó captando su atención— ¿Gen  te contó sobre la constelación de Orión?

Nyoko le observó sin comprender por qué nombraba a Gen, pero aún así, negó que éste estuviera involucrado, transmitiendo así que en su niñez había observaba las estrellas desde un jardín inmenso con cielos despejados. Fue ahí que ambos se sorprendieron, ese era un recuerdo de su vida antes de su amnesia, un recuerdo de su niñez. Nyoko no podía creerselo, después de tantos años intentando recordar, por fin pudo hacerlo y eso le aterraba a la vez.

Senku viendo que Nyoko se había perdido en sus pensamientos, cayó a la conclusión que era la primera vez que recordaba su pasado. Viendo lo asustada que estaba, pensó en brindarle su apoyo, pero ella fue más rápida y salió corriendo no sin antes que él viera lágrimas en sus ojos.

—¡Nyoko!—gritó para detenerla pero ella no se detuvo para nada—, maldición—susurró para sí impotente antes de ir trás ella.



 

(***)

 

 

 

Nyoko corrió con todas sus fuerzas hasta la tumba de Ónix, que sin mucha precaución, se tropezó, cayendo con brusquedad al duro suelo; llorando desconsoladamente.

La vida era tan injusta, se sentía tan frustrada y a la vez triste de que Ónix, quien fue su salvador y primer amor, no pudiera ser participe ante este nuevo recuerdo, ante las nuevas cosas que venían haciendo, ante el reconciliamiento con Magma, y sobre todo, el ver crecer a sus niños, que con el pasar de los días iban haciendose más grandes, y a su vez, hacían que sus días fueran un poco más alegres. 

Nyoko, golpeó y golpeó con todas sus fuerzas la dura tierra ante ella; ganando así un par de raspones en sus manos, mientras que sus lágrimas no se detenían con cada golpe que daba, hasta que el cansancio hizo de las suyas, deteniendo así que se lastimara aún más.

La dulce sonrisa de Ónix, apareció en sus recuerdos, anhelaba tanto verla nuevamente, que sin darse cuenta, ya estaba recostada en la fría tierra cerrando sus ojos, deseando con todas sus fuerzas que al abrirlos, él estuviera ahí, extendiéndole su mano para ir caminando a la aldea como cada noche de luna lo hacian; o como aquella noche, dónde ambos se sinceraron de lo que sentían. 

El clima era exactamente igual que ese entonces; Ónix se había acercado a ella ayudándole a pararse, ese toque reveló que los dos, querían una vida juntos y ambos quedaron por unos instantes, mirándose a los ojos.

—Nyoko...—susurro Ónix pero Nyoko le calló posando sus finos dedos en aquellos labios y con suma delicadeza, se inclinó un poco hacia adelante, plantandole un suave beso, dándole a entender que el sentimiento era recíproco.

Luego se separó abriendo lentamente los ojos para darse cuenta de dos cosas: 1. Qué todo lo que experimentó ahora fue una ilusión de su subconsciente y 2. Había besado a Senku pensando que era Ónix.



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En el texto hay: romance, drama, drstone

Editado: 02.06.2024

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