Esto Es Por Ti...Mi Querido Amor ¿imposible?

Capítulo 2: Que comience el juego...

Cuando termino de aparcar el carro en la entrada de mi casa, veo cómo va saliendo una señora con un vestido elegante, muy alegremente se va despidiendo de mi padre. No puedo creer esto, dejo que la rabia me consuma y miro bruscamente a mi padre para que me explique qué es esto, al notar que lo estaba matando con mi mirada por fin decide hablar y me dice:

-Becca, saluda a Ada Wilma, ella es… una compañera de trabajo, Ada ella es mi hija Becca Jones de la que te estaba hablando – dice mi padre con cierto entusiasmo, lástima que a mí no me alegro nada y mi padre lo sabe, teme que meta la pata, lo siento padre pero…

-Hola, es un placer conocerte, hace tiempo que te quería ver en persona yo era amiga de madre, espero no te moleste que te lo digo, en fin me gustó mucho verte – dijo Ada súper feliz, pero, ¡ops!

-Ah, bueno me alegre que te guste verme, pero lastima no puedo decir lo mismo, a ver como lo digo amablemente – me puse un dedo en labio simulando pensar – eso no me agradas y muchas gracias por visitar a mi padre, pero no lo necesita así que nosotros ya no vamos a entrar coge tu auto y si tienes mira yo te doy para el taxi – Y así fue como le extendí el dinero para que lo tomara, claramente había entendido que quería que se largara.

-Becca, ¡compórtate!, ¡retira la mano y bájala!, ella tiene su auto y discúlpate esto es ¡una falta de respeto! – muerto de la rabia me dijo, pero dios mi padre me conoce y lo que está haciendo es retándome, así que… acepto el reto.

-Oh, por dios, donde están mis modales, cierto padre – digo con cierta vocecita chillona y volteo a ver a mi padre y por la cara que puso ya sabe lo que voy hacer, *así que coge palomitas – perdón Ada, me disculpo, pero ya sabes adolecentes ¿no? A espera verdad no lo sabes, no tienes hijos, perdón se me olvida, espero que no te moleste, a veces hablo demás, si me disculpan ya me voy, pero mira – le cogí la mano y le puse el dinero – no digas que no soy buena gente, tómalo no me lo regreses, tal vez lo necesitas más que yo. – y con eso me di la vuelta, entre a mi auto y de un portazo, cierro la puerta y arranco con toda velocidad.

No lo podía creer era en serio, es verdad no la reconocí, pero luego me recordé que ella estudio con mi madre, que eran muy buena amigas hasta que paso ese a… me limpio la lagrima que estaba por mi mejilla, sin notarlo estaba llorando, no, no podía llorar por eso.

No tenía ni idea de dónde ir, llevo bastante tiempo dando vueltas, ya me aleje mucho de casa y sé que por ahí, hay un pequeño parque. Cuando diviso el parque, me meto en un callejón y dejo mi auto al lado de otro carro súper de chulo, así que si deja tremendo auto ahí es porque es seguro. Saco un sudadera con capucha y menos mal que la tenía porque si no me hubiera congelado, está haciendo mucho frio allá afuera. Ya estando en el parque me siento en un columpio y me empiezo a balancear lento, estando ahí, un montón de recuerdos pasan por mi mente, recuerdo como era mi familia, y no le iba a permitir a mi padre que estuviera con cualquiera, no, no voy a permitir que me ponga cualquier sustituta y pobre de Ada si la vuelvo a ver creo que ya le quedó muy claro que no la quiero.

Miro las hora en mi celular y ya es muy tarde, pero me pienso quedar un poco más, de repente siento que alguien se sienta a mi otro lado, en el otro columpio, y no lo podía ver bien ya que llevo mi capucha puesta, pero maldita sea quien es, que hace a estas horas; me siento un poco incomoda ni siquiera ha notado mi presencia, hasta que mi celular empieza a sonar y me maldije a mí misma, veo quien me está llamando y es mi padre, no le pienso contestar, así que apago el celular y lo dejo a un lado del columpio, con mucho cuidado para que no se caiga en el suelo el cual tiene un poco de pantano, la llamada al parecer asusto al muchacho que tengo al lado, porque lo siento respirar agitadamente, hasta que el decide hablar.

-Hola – dijo con una voz muy ronca.

-Hola, hasta que por fin notas mi presencia – dije en un tono divertido.

-Disculpa, hace mucho que estaba aquí, tu eres la que no noto mi presencia e interrumpió la tranquilidad – dijo con un poco de desagrado, pero por dios que le pasa, está loco ¿cierto?

- Oh, claro, tú fuiste el que se sentó a mi lado, sin notarme, enserio, solo te ves a ti o que – le respondí un poco alterada, vamos no podía decir eso.

- ¡Claro!, como a mi es que le suena el celular, discúlpame por eso ¿no? – no puedo creer lo que dijo.

- Así, quieres que me disculpe, discúlpate tú ya que te escuche como media hora cantando y déjame decirte temía, que la noche se arruinara y empecerá a llover – según por su expresión, se sorprendió, con eso le confirme que había llegado primero. Después se puso las manos en la cara avergonzado, eso hizo que estallara en risas. Por lo que veo no le agrado mucho que me riera de su cara, lo cual solo me puse a reír más fuerte.

Sin notarlo el muy idiota con su mano jalo la cadena del columpio y lo empujo el cual hizo caer mi celular, a ese pequeño pantano y el empezó a reír como loco; oh no , esto sí que no, ya vera.

-Qué te pasa estúpido, ahora recogerás mi celular y más te vale limpiarlo y que quede como nuevo, ojala no se hubiera dañado, porque me compraras un nuevo celular más grande y mas caro. – le grite furiosa, pero el muy idiota seguía riéndose, así que sin pensarlo mucho me pare y lo empuje por la espalda para que se cayera, y lo hice perfecto, en unos segundo ya estaba su cara estrellada en la manga. No pude soltar una carcajada.



#31424 en Otros
#47620 en Novela romántica

En el texto hay: adolescentes, humor, amor

Editado: 12.10.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.