Mientras la noche avanzaba, no pude evitar preguntarme por Taehyung. Parte de mí estaba alerta, esperando verlo entre la multitud, pero otra parte estaba tan inmersa en el ambiente de la fiesta que, por primera vez en días, realmente lo dejé ir.
Y así, la fiesta continuó, con luces brillando sobre la piscina, música resonando en el aire, y la sensación de que esta noche sería inolvidable, no importa lo que pasara después.
La fiesta estaba en pleno apogeo. El DJ comenzó a tocar canciones más movidas, y el ritmo de la música hacía que todos se animaran aún más. La piscina estaba llena de gente disfrutando de los flotadores y nadando bajo las luces que colgaban sobre nosotros. Todo parecía perfecto. Lía y yo observábamos desde la terraza, tomando un respiro mientras disfrutábamos del espectáculo.
—Es oficial —dijo Lía, mirando hacia la piscina con una sonrisa satisfecha—. Hemos hecho la fiesta más épica del verano. Mira cómo todos se están divirtiendo.
Asentí, sintiendo el mismo orgullo. Todo había salido incluso mejor de lo que habíamos imaginado. Las risas, los gritos de emoción, las canciones que resonaban en cada rincón de la mansión… era la definición de una noche perfecta. Sentía el sol tibio en mi piel, el sonido del agua salpicando, y por un momento me permití simplemente disfrutar del ambiente sin preocuparme por nada más.
—¿Crees que vendrá? —preguntó Lía de repente, volviendo la atención a mí.
Sabía perfectamente a quién se refería. Mi mente había estado alternando entre disfrutar del momento y pensar en Taehyung, pero hasta ese momento no había dejado que esas preguntas me distrajeran demasiado.
—No lo sé —respondí, encogiéndome de hombros—. Parte de mí lo espera, pero otra parte no quiere estar pendiente de si aparece o no. Si viene, que venga. Si no, pues lo disfrutaré igual.
Lía me dio una palmadita en la espalda, sonriendo con aprobación.
—Esa es la actitud, nena. No dejes que un chico controle cómo te sientes en una noche tan increíble como esta.
Bajamos de la terraza y nos unimos a la multitud que bailaba cerca de la piscina. La música era hipnotizante, y todos parecían perderse en la energía del momento. Lía y yo comenzamos a bailar con el grupo, riendo y disfrutando de la compañía de nuestros amigos. Las luces alrededor de la piscina titilaban mientras la gente seguía saltando al agua, creando un ambiente relajado y despreocupado.
De repente, una de nuestras amigas, isa, llegó corriendo hacia nosotras, con una expresión de asombro en su rostro.
—¡Chicas! —gritó, tratando de hacerse oír sobre la música—. ¡Vieron quién acaba de llegar!
Lía y yo nos miramos, y sentí un nudo formarse en mi estómago. Mi corazón comenzó a latir más rápido mientras seguía a isa con la mirada hacia la entrada de la mansión. Ahí, en la puerta, de pie bajo las luces tenues de la entrada, estaba él: **Taehyung**.
Su presencia era inconfundible. Llevaba una camisa blanca ligeramente desabotonada y un par de jeans oscuros, con una actitud relajada pero llena de confianza. Al verlo, una mezcla de nervios y emoción me recorrió. No esperaba que apareciera, pero aquí estaba, y de repente, todos los sentimientos que había tratado de ignorar durante la fiesta volvieron a la superficie.
—Bueno, bueno… parece que esta fiesta acaba de ponerse aún más interesante —dijo Lía con una sonrisa cómplice—. ¿Qué piensas hacer?
No supe qué decir al principio. Parte de mí quería salir corriendo hacia él, preguntarle por qué había desaparecido, qué estaba buscando. Pero otra parte quería mantener la calma, no mostrar mis emociones tan claramente.
—Voy a esperar y ver qué pasa —respondí finalmente—. No voy a lanzarme de cabeza, quiero que él venga a mí.
Lía asintió, sonriendo de manera aprobatoria.
—Exactamente. Que sea él quien se acerque. Después de todo, fue él quien desapareció primero.
Intenté mantener la calma, pero no podía evitar que mi mirada volviera a Taehyung de vez en cuando. Lo vi moverse con gracia por entre la multitud, saludando a algunas personas, aunque no parecía estar buscando a nadie en particular. Finalmente, sus ojos se encontraron con los míos.
Mi respiración se detuvo por un segundo. Había algo en su mirada, una mezcla de curiosidad y deseo, que me hacía sentir vulnerable. Pero, en lugar de acercarse de inmediato, Taehyung sonrió levemente desde la distancia, como si quisiera dejar que el momento se cociera a fuego lento. Había algo en su manera de actuar que me decía que estaba jugando un juego, y de alguna forma, eso me intrigaba más.
—Mira cómo te mira —susurró Lía, notando la tensión entre nosotros—. Definitivamente está aquí por ti. Solo no lo hagas tan fácil.
Le sonreí a Lía, agradeciendo su apoyo silencioso, mientras trataba de mantenerme relajada. La música seguía sonando, y decidí que no iba a pasar la noche esperando su movimiento. Volví a unirme a mis amigos en la piscina, riendo y disfrutando del agua fresca. Podía sentir los ojos de Taehyung sobre mí, pero me obligué a ignorarlos, al menos por un momento.
Finalmente, después de lo que parecieron eternos minutos de incertidumbre, sentí una presencia detrás de mí. Me giré lentamente, y ahí estaba, Taehyung, a solo unos pasos de distancia, con esa misma sonrisa enigmática.
—Parece que te estás divirtiendo —dijo, su voz baja pero cargada de significado.
—Lo estoy —respondí, manteniendo mi tono ligero pero firme—. ¿Y tú? No esperaba verte aquí.
Taehyung se acercó un poco más, sus ojos fijos en los míos.
—Bueno, digamos que no podía perderme esta fiesta… ni la oportunidad de verte.
Sus palabras me hicieron sentir una oleada de emoción, pero traté de mantener la calma. No quería parecer demasiado entusiasta, aunque mi corazón latiera con fuerza.
—Supongo que tendrás que hacer que valga la pena —respondí, con una sonrisa desafiante.
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Editado: 26.11.2024