Las sombras del corazón

En el año 1800, el castillo de Lucius se alzaba majestuoso en lo profundo del bosque, un refugio seguro para su clan, "Sangre Nocturna". La venganza por la muerte de Anca había sido cumplida hacía siglos, pero las cicatrices de aquel dolor aún persistían en el corazón de Lucius.

En sus aposentos, Lucius miraba por la ventana, perdido en sus pensamientos. Nicolae entró en la habitación, cerrando la puerta tras de sí.

-Lucius, ¿en qué piensas? -preguntó Nicolae, acercándose a él.

-En todo lo que hemos pasado, Nicolae. Han sido siglos de lucha y sacrificio. A veces me pregunto si alguna vez encontraremos la paz que tanto anhelamos -respondió Lucius, sin apartar la vista del horizonte.

Nicolae se acercó y le tomó la mano, entrelazando sus dedos.

-Hemos logrado mucho, Lucius. Nuestro clan, Sangre Nocturna, es fuerte y unido gracias a ti. Pero entiendo tu preocupación. La paz siempre parece estar fuera de nuestro alcance -dijo Nicolae, con una mirada de comprensión.

-A veces siento que la venganza por la muerte de mi madre no trajo la paz que esperaba. Solo más conflictos y enemigos -Lucius suspiró, sintiendo el peso de los siglos sobre sus hombros.

-La venganza nunca trae verdadera paz, solo un alivio momentáneo. Pero lo que hemos construido juntos es más grande que cualquier venganza. Hemos creado un hogar, una familia -Nicolae lo miró con ternura.

-Tienes razón, Nicolae. Pero no puedo evitar sentirme responsable por cada amenaza que enfrentamos. Quiero proteger a nuestro clan, a nuestra familia, a ti -Lucius apretó la mano de Nicolae con fuerza.

-Y lo haces, Lucius. Cada día. Pero no estás solo en esto. Estamos juntos en todo, como siempre hemos estado -Nicolae se acercó más, apoyando su frente contra la de Lucius.

-Gracias, Nicolae. No sé qué haría sin ti y mi hermana-Lucius cerró los ojos, sintiendo la calidez y el consuelo de su amante.

-Siempre estaré a tu lado, Lucius. Juntos enfrentaremos cualquier desafío que venga. Y algún día, encontraremos la paz que tanto deseamos -Nicolae le dio un suave beso en los labios.

Lucius asintió, sintiendo una renovada determinación. Sabía que mientras tuviera a Nicolae y a su gemela a su lado, podrían superar cualquier obstáculo.

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Noah que miraba la chimenea, recordando como con el tiempo, descubrió que su pasado como hechicero le había otorgado un poder especial: la capacidad de manipular las sombras. Este nuevo poder lo hizo aún más valioso para el clan Sangre Nocturna.

Mihaela entró en los aposentos de Noah, su rostro reflejaba preocupación. Noah, que estaba sentado junto a la chimenea, se levantó al verla.

-Mihaela, ¿qué sucede? -preguntó Noah, acercándose a ella.

-Noah, necesitaba verte. Hay algo que me preocupa profundamente -respondió Mihaela, tomando sus manos.

-Dime, amor. ¿Qué es lo que te inquieta? -Noah la miró con ternura, acariciando su rostro.

-Es Lucius. Está cada vez más angustiado por las amenazas que enfrentamos. Siento que la carga es demasiado para él -Mihaela suspiró, apoyando su cabeza en el pecho de Noah.

-Lucius siempre ha sido fuerte, pero entiendo tu preocupación. ¿Hay algo que podamos hacer para ayudarlo? -preguntó Noah, abrazándola con fuerza.

-No lo sé. A veces pienso que la única manera de aliviar su carga es encontrar una solución definitiva a nuestros problemas. Pero no sé por dónde empezar -Mihaela levantó la mirada, buscando respuestas en los ojos de Noah.

-Quizás deberíamos reunir al clan y discutir nuestras opciones. Juntos somos más fuertes y podemos encontrar una solución -sugirió Noah, con determinación en su voz.

-Tienes razón. No podemos dejar que Lucius lleve todo el peso solo. Debemos apoyarlo y encontrar una manera de proteger a nuestra familia -Mihaela asintió, sintiendo una chispa de esperanza.

-Siempre estaré a tu lado, Mihaela. Juntos enfrentaremos cualquier desafío que venga. Y encontraremos la manera de traer paz a nuestro clan -Noah le dio un suave beso en la frente.

Mihaela cerró los ojos, sintiendo el consuelo de Noah, pero también una confusión creciente en su corazón. Se apartó ligeramente, mirando a Noah con una mezcla de emociones.

-Noah, hay algo más que necesito decirte -dijo Mihaela, su voz temblando ligeramente.

-¿Qué sucede, Mihaela? Puedes decirme cualquier cosa -respondió Noah, preocupado.

-Estoy... estoy confundida sobre mis sentimientos. No quiero hacerte daño, pero no estoy segura de lo que siento en este momento -confesó Mihaela, bajando la mirada.

Noah la miró con sorpresa y tristeza, pero también con comprensión.

-Mihaela, entiendo que puedas sentirte así. Los tiempos que vivimos son difíciles y llenos de incertidumbre. Pero quiero que sepas que mis sentimientos por ti son verdaderos. Te amo, y estoy dispuesto a esperar el tiempo que necesites para aclarar tus sentimientos -dijo Noah, tomando sus manos con suavidad.

-Noah, no quiero que sufras por mi culpa. Eres una persona increíble y no mereces esta incertidumbre -Mihaela sintió lágrimas formándose en sus ojos.

-No te preocupes por mí, Mihaela. Lo único que quiero es que seas feliz, ya sea conmigo o sin mí. Pero espero que podamos encontrar una manera de superar esto juntos -Noah la abrazó con ternura, tratando de consolarla.

-Gracias, Noah. Tu apoyo significa mucho para mí. Prometo que haré todo lo posible por aclarar mis sentimientos y no dejar que esta confusión nos separe -Mihaela lo abrazó con fuerza, sintiendo una mezcla de alivio y tristeza.

-Siempre estaré aquí para ti, Mihaela. Pase lo que pase, enfrentaremos esto juntos -Noah le dio un beso en la boca con lengua.

La llevó hasta la cama y una vez los dos desnudos se dejaron llevar por la pasión de la noche. Noah en eso momento decidido apoyar a Mihaela en todo momento.

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A la mañana siguiente, cuando Mihaela salió de los aposentos de Noah, él se quedó mirando la puerta cerrarse tras ella. Un torrente de recuerdos lo invadió, llevándolo de vuelta a la primera vez que se besaron...