Nicolle
Me despierto por unos pequeños llantos provenientes de mis adorables hijos.
Ya ha pasado una semana desde que los tengo en mi vida y son el mayor regalo que me han dado, aunque a veces no me dejan descansar no me importa simplemente son lo más hermoso que me pudo pasar.
Desde que nacieron Nikolai no se ha despegado de ellos apenas deja que Damián vea a mi pequeña Willow en verdad le va hacer la vida difícil y estoy segura que nuestro pequeño Hunter lo ayudará a ello.
Me levanto de la cama y me dirijo a la habitación de mis hijos, cuando entro al cuarto veo la escena más bonita que puede haber.
Nikolai sentado cerca de sus cunas cantando una pequeña canción a nuestros hijos, no entiendo lo que dice ya que de seguro está en latín antiguo.
voltea a verme y sonríe mientras sigue cantando.
No cambiaría esto por nada del mundo.
***
─Deberías dejar que Damián vea a nuestra hija voltea a verme con su ceño fruncido
─Ese apestoso no verá a mi hija
─Recuerda que ella es su Mate, ni él ni ella pueden vivir sin el otro.
─Por esa razón es que no acabó con la vida de Damián
─Sabes que él nunca le haría daño
─Pues no quiero ver al hombre que dentro de unos años me quitará a mi hija.
─Creo que no tienes que preocuparte por eso, simplemente hay que hablar con él estoy segura de que entenderá de que ella tiene que crecer como una niña totalmente normal.
─Esperemos que ese idiota siga nuestro consejo.
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