Champagne Supernova- Oasis.
Después de una hora conduciendo, después de que nos habíamos conseguido levantar, llegamos a la entrada de la ciudad, bueno más bien a la salida por la que debíamos entrar. El tráfico era un horror por la hora, por lo que la paciencia era algo imprescindible, ya que los camiones cargados de mercancías hacían su entrada para llenar de suministros todos los locales de la ciudad, la cual era bastante conocida por su vida nocturna. <<Ojalá poder ir de fiesta, una de verdad, entre muchas de las cosas que quiero hacer ahora que podemos.>> Asher estaba conduciendo tranquilo, aunque no le gustaba el tráfico podía notar su gesto relajado, ya que según él aunque pareciera imposible hoy había dormido genial.
La verdad que dormir en un coche con tu novia apretujada a ti no parecía el plan más cómodo, aunque cosas peores había, pero entendía su punto, era su primera noche durmiendo fuera y eso daba cierta paz que no se podía explicar bien con palabras. Dejar todo atrás te liberaba y cumplir un sueño como este, que Asher no había dejado de perseguir en ningún momento, podía hacerte dormir más tranquilo al tener unas cuantas preocupaciones menos. Yo por mi parte estaba tranquila, sí que había descansado porque siempre era mejor estar tumbada que sentada dejando que el cuello se fuera moviendo para los lados sin importar el dolor del día siguiente, pero no había notado una gran diferencia en el sueño, pero no podía negar que me había despertado feliz, y con bastante energía. Además había echado de menos dormir con Asher, hacía semanas que no lo hacíamos, pero dormir abrazada a él siempre me hacía dormir mejor. Me daba paz.
— No queda mucho para llegar al motel, según las indicaciones está a un par de kilómetros, no más de cinco. — comentó Asher sin apartar la vista de la carretera.
— ¿Y eso cuánto tiempo es? Aproximadamente.
— No lo sé, eso depende de si este tío se quiere mover. ¡Venga, que no tenemos todo el día! —<<sí, estaba muy tranquilo.>> No pude evitar reírme y él se dio cuenta de ello que se giró para mirarme y comenzó a reír, el sonido de nuestras suaves risas se fundió mientras que algunos coches pitaban estresados por la falta de dinamismo en el tráfico. Pero no sabía que esperaban, era verano y esta era la ciudad más grande de la zona, la gente llegaba de todos lados a ella en busca de una nueva oportunidad o algo de diversión. En nuestro caso ambas.
[...]
La habitación era simple, tampoco esperábamos mucho, o esa fue mi impresión nada más verla, pero por lo menos estaba limpia. No era muy grande y contaba con un baño pequeño que era suficiente para ambos, por lo demás era de un blanco crudo, al cual no le vendría mal una nueva capa de pintura para recuperar el color original. La cama estaba en el centro y la pequeña televisión de los 90 enfrente. Dejamos las mochilas en el suelo y yo me acerqué a la ventana mientras Asher se quitaba la camisa y la tiraba al suelo, o eso me pareció ver en el reflejo de la ventana. Se tiró de espaldas a la cama y suelto un leve suspiro de placer mientras yo sonreía calmada viendo las vistas, no eran bonitas ni nada del otro mundo, pero me gustaba ver a la gente haciendo su vida normal ajena a todo.
— ¿Qué te parece?
— Suficiente. ¿Y a ti?
— No me puedo quejar. Tiene ducha en el cuarto, que es un puntazo y llevo soñando con una desde que nos fuimos. — me giré y lo miré con una sonrisa relajada mientras él me devolvía una algo pícara. Esa sonrisa ya podría clasificarse como su sonrisa, era la que más solía dedicarme, y no me quejaba. Nunca me quejaría de las sonrisas de Asher.
— Yo también he estado soñando con poder darme una ducha.
— Si es que tenemos los mismos sueños en todo. — yo solté aire y puse los ojos en blanco ante su desfachatez porque sabía que estaba metiéndose conmigo. — Oye no te enfades. — dijo levantándose casi de un salto, sí que tenía energía hoy, y acercándose por detrás para pasar sus brazos por mi cintura mientras apoyaba su cabeza en mi cuello, después de hacerme cosquillas con la nariz. — Que si lo que quieres decir es que nos duchemos juntos yo no soy nadie para decir que no.
— ¿Ah no?
— No, y si lo fuera tampoco lo diría. — apartó la cabeza de mi cuello y me giro con soltura, esa que lo caracterizaba, quedando nuestros cuerpos pegados y nuestras caras a escasos centímetros. — Te quiero Hannae.
— Quieres quitarme la ropa, lo cual es distinto. — le contesté mordiéndome el labio mientras pasaba un dedo por su marcado abdomen. << Yo también quería terminar de quitarle la ropa que le quedaba, no iba a mentir.>>
— Bueno eso también, pero no quita el hecho de que te quiero. — asentí y mire sus labios, con la boca entreabierta a causa de la mueca que tenía no pude evitar pasar mis manos por su pelo y pegar sus labios a los míos, <<adiós contención>>
Asher no tardó en responder a mi beso pegando mi cuerpo al suyo mientras sus brazos apretaban mis caderas y mi espalda, algo inclinada hacia atrás, hacia que su cuerpo se curvara y dejará un mejor acceso a su culo para mi mano. Le di un pequeño apretón haciendo que ambos riéramos contra los labios, lo cual solía ser mi parte favorita de los besos, del otro antes de que él se tomara la venganza y metiera su mano por debajo de mi vestido. Haciendo trazos al azar con su dedo por mi fría piel hasta llegar a jugar con mi ropa interior, enganchado un dedo y tirando de ella antes de soltar y volver a rozar sus anillos con delicadeza. Yo me pegué más a él mientras intentaba entremeter una mano entre nuestros cuerpos para quitarle el cinturón, pero lo cierto es que era una tarea bastante complicada, por lo que él aprovechó mi falta de atención para empezar a quitarme el vestido hasta separarme de él. El hecho de que no tuviera puesto sujetador le sorprendió y no dudó en sonreír ampliamente, como si le acabaran de hacer un regalo, y yo aproveche para quitarle el cinturón, de un tirón, antes de reír por su cara de sorpresa después de tirarlo al suelo y terminar de quitarme lo que quedaba de mi ropa interior, ante su atenta mirada, e irme corriendo a la ducha.