-Y yo pensando que iba a ser mediocre esta reunión-dice Nick algo impresionado, pero con humor en su tono al ver desde la ventana el lugar en donde será la fiesta-veo que intentan impresionar
-Nick, vamos a reuniones de trabajo en lugares como este casi siempre-digo-tu madre nos llevaba a fiestas en estos lugares cuando éramos niños, ¿qué te impresiona?
-Que personas como esas tengan buen gusto-me sonríe, abre la puerta del auto y sale y justo unos segundos después abre la mía, tomo su mano y salgo de la limosina, cierro la puerta y me acoméndame un poco el cabello-Entremos de una vez
Me ofrece su brazo y yo con gusto lo tomo y de una vez nos encaminamos a la entrada del lugar. Es de casa algo moderna color blanco a unos pasos de la entrada la cual está compuesta por una cerca eléctrica y una gran puesta algo elegante y moderna. Al caminar más pasos con Nick puedo notar que la casa posee una piscina que es visible desde el Angulo de la entrada además de algunas personas.
Al llegar a entrada puedo notar una gran puerta abierta de madera blanca, por dentro se encuentra un gran pasillo con un montón de espejos en marcos negros y el techo iluminados por estrellas decorativas que cubren la mayoría de la misma, es una hermosa casa sinceramente. Ese pasillo se encontraba vacío debido a que cuando llegamos al gran salón la música llenaba el espacio además que las personas estaban ahí bailando, bebiendo, charlando y ese tipo de cosas.
No sé si es mi imaginación o cuando mis zapatos hicieron el primer sonido al pisar la sala las personas se nos quedaron viendo de una manera nada disimulada, algunos con asombro, otros no tan sorprendidos y otros de alguna manera con ¿envidia? es lo que me viene a la mente para describirlo. Si, definitivamente los nervios que no quería que aparecieron se posaron en mi-Julieta, ya no eres esa chica de antes ellos no tienen control sobre ti-me digo a mi misma
-Creo que nunca nos habían visto tanto-dice Nick con humor haciéndome reír bajando un poco mis nervios
-Siempre hay una primera vez para todo
Romeo
-Lo siento señor, la señorita Capuleto lo rechazo-me dice Anastasia, mi asistente personal en frente de mi con su muy típica cara neutral y sin expresión de siempre.
-Está bien Ana, puedes irte-suspiro en cansancio- tampoco esperaba que lo aceptara
Sin decir más Ana se retira, cierra la puerta y me deja solo en mi oficina. No es como si esperara que lo aceptara, la conozco, sería muy extraño que lo hiciera, de alguna manera su orgullo me hace sonreír como si fuera algo que ni yo pudiera controlar, es el efecto que ella causa en mí.
La fiesta es esta noche estoy seguro de que ira, aunque ella no tenga ninguna razón para ir, ella aun estaría hay con la frente en alto, como si nada ni nadie le hubiera hecho daño, como si yo no le hubiera hecho daño en ese entonces, les demostraría a todos lo fuerte que es. Un suspiro escapa de mis labios, me recuesto mas en mi silla y me giro hasta quedar en frente de la gran pared de vidrio que me daba vista perfecta de toda la ciudad, mi vista favorita.
De pronto alguien abre la puerta detrás de mí y unas pisadas parecidas a las de un tacón pisan el mármol del piso además de un fuerte olor a perfume que inunda el aire de la oficina- Esta mujer otra vez-me dije a mi mismo
- ¿Qué haces aquí? -digo con disgusto sin siquiera voltearme, se perfectamente quien es- ¿mi padre note ha dado suficiente dinero ya?, ¿o acaso ahora quieres el mío?
-Vamos Romeo, tu madre nunca es una molestia-dice con un tono que me enfurece
- ¡Tú no eres mi madre! -un tono molesto sale de mí, odio que se tome el lugar de la mujer que más ame en la vida, ella jamás va a remplazar a mi madre, me volteo de golpe puedo ver a una mujer de baja estatura, vestida con pieles y un vestido negro debajo -¿qué es lo que quieres?, Habla de una vez Beatriz
-Solo quería decirte que tu padre me envió a decirte que lo visites, tiene algo que decirte-dice sentándose en mi escritorio
-Debe ser algo que tu capacidad neuronal no tiene la capacidad de entender ya que no te lo dijo-digo con una sonrisa socarrona notando el disgusto en su cara y que intente disimular- ¿Cuánto quieres para que te largas de mi oficina y dejes de joder almenas mi vida?
-Hijo-dice resalando cada letra de esa palabra, me sonríe con hipocresía, odio a esta mujer
-No soy tu hijo Beatriz-digo con la voz más seria que tengo-gracias a dios no soy tu hijo, me siento mal por América, en tener una madre tan desconsiderada y egoísta como tu
Sin darle tiempo de contestar, saco mi chequera de una de mis gavetas anoto una cantidad, una necesaria para no verla en un buen tiempo, arranco la hoja y se la entregó la cual ella recibe sin protestar
-Lárgate-digo con el tono más serio y furioso posible
-Siempre es un gusto verte, hijo-dice con sarcasmo, toma el cheque sin protestar, se levanta del escritorio, camina hasta llegar a la puerta-hasta luego, por cierto, ve a recoger a América a la escuela, yo estoy ocupada
Y se va, gracias a Dios se fue. Nunca entendí por qué mi padre dejo a mi madre y se casó con esa mujer, recuerdo cuando Beatriz trabajaba como ama de llaves en casa de mi padre, mi madre la estimaba y yo la quería como mi nana hasta que un día mi madre los encontró acostado en la cama de mis padres desde ese día todo cambio en mi vida, absolutamente todo.
Con un suspiro me levanto de mi asiento y salgo de mi oficina con una meta en la cabeza y pesadez en el corazón, a recoger a mi hermana a la escuela
++++
Al llegar al instituto donde estudia América, no dejo de observar mamas que se me quedan viendo de una manera algo lujuriosa, no es que me moleste, al contrario, estoy consciente de mi aspecto, pero ya he tenido demasiados de mujeres que solo buscan mi dinero en esta vida, si consigo una mujer que sea de una sola noche, así después no me vuelven a buscar.
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Editado: 01.08.2020