Evans

Capítulo 45

—Vamos a bailar—. Samantha le extendió la mano a Anne quien se levantó para ir con Samantha—. Me encanta esta canción.

 

Anne se levantó y observó que ya eran al menos las 12 de la noche, posiblemente en una hora se irían a otro bar, la canción que estaba en ese momento era una balada, era lenta pero se escuchaba bien. Samantha juntó su cuerpo con el de Anne, pasó sus brazos por detrás del cuello, Anne sonriendo y le dió un pequeño beso en los labios.

 

"When the night has come",

"And the land is dark"

“And the moon is the only light we'll see—. Samantha le cantaba al oído a su novia quien estaba disfrutando el momento.

 

— Que bonito cantas—. Anne se sentía hipnotizada por a melodiosa voz de Samantha—. Deberías hacerlo más seguido.

—Sólo te cantaría a ti—. Samantha le susurró al oído—. Y también tocaría para ti.

—Suena muy interesante—. Anna abrazó a Samantha.

 

Un poco más alejados de ellos estaban Sergey con Joseph bailando, la diferencia de estatura se notaba, se llevaban 10 centímetros de diferencia, bailaban como si estuvieran en un baile.

 

—Alguien en el fondo nos está viendo—. Sergey habló mientras le susurraba al oído a Joseph—. ¿Quién crees que sea?

—¿Dónde está? —. Joseph no volteó por que se vería demasiado obvio.

—Justamente detrás tuyo. —Sergey trató de desviar un poco la mirada. — Es un chico que desprende un aura desconocida, no sé qué sea.

—¿Qué hay cerca para que vaya a ver quién es? — Joseph preguntó para no ir a hacer el ridículo.

—Hay una barra cerca de él, a unos 2 metros. — Sergey le dijo al oído.— Averigua quién es.

 

Joseph hizo lo que Sergey le dijo, Sergey se regresó a las mesas y Joseph se acercó a la barra y pronto sintió la presencia de un acompañante, pero no era un acompañante normal, era un acompañante oscuro.

 

"Sergey sígueme y trae a Samantha”. — Sergey hablo telepáticamente.

 

—Samantha acompáñame. — Sergey le dijo mientras se levantaban y Stefan los seguía. — Creo que hay alguien observándonos.

 

Samantha, Sergey y Stefan seguían Joseph, pasando a través de la muchedumbre del bar que estaba repleto de gente, había mucho ruido, pero la mirada de Sergey no perdió de su vista a Joseph.

Llegaron a la parte trasera y estaba el acompañante comenzado a acelerar su andar, por que posiblemente sintió que cuatro personas lo seguían hasta que se paró a la mitad del callejón oscuro, detrás de la entrada.

 

—El plan funcionó perfecto. — Dijo el acompañante. — ¡Ahora!

 

En un momento aterrizaron lo que Stefan pensó que serían veinte personas por la parte de atrás y adelante del largo callejón en donde habían seguido al tipo ese. Un chico cayó directamente enfrente de Samantha y la observó con extrema curiosidad, mientras ella no hizo nada.

 

—Seiscientos años de antigüedad. — El chico que cayó enfrente de Samantha habló. — Esto es por Garras.

 

El joven con una velocidad nunca vista por ninguno de los chicos allí, le dio un puñetazo directo a el estómago de Samantha haciendo que ella cayera de rodillas, ya que no pensó que alguien llegara a tener esa velocidad.

 

—Pero sigues siendo demasiado ingenua. —El joven que le pegó el puñetazo habló después de pegarle a Samantha y luego un puñetazo en la cara.— Procedan a ejecutar el plan.

 

—¿A quién estás llamando ingenua? — Samantha se levantó frotando su estómago. — Tú no sabes nada.

 

Samantha se movió con una velocidad impresionante golpeando a la mayoría de los convertidos que se encontraban en el lugar, Sergey. Joseph y Stefan trataban de seguirle el paso a Samantha ayudándola a noquear a los acompañantes, después de un minuto exacto los treinta acompañantes que estaban en el lugar estaban tirados en el suelo.

El joven quien le pegó un puñetazo en el estómago no previó eso, pensó que con la velocidad que tenía sería suficiente y quiso escapar de Samantha, sólo que con no mucho éxito, ya que Samantha tomó una de las piernas y rompió los huesos de esa pierna.

El chico soltó un gemido de dolor y después de múltiples maldiciones no pudo levantarse, su capacidad de regeneración era nula, no sabía que estaba pasando.

 

—Por favor. — El chico comenzó a sollozar por el dolor de la pierna y por su vida.— No me haga nada.

 

—Tengo que decir. — Samantha se sentó en cuclillas para estar a la altura del chico a quien no conocía.— Me pegaste con una velocidad impresionante, pero arruinaste mi maquillaje y estoy en este momento en una cita.

 

Stefan miró a Samantha y observó que tenía morado el área del ojo y una cortada grande en la ceja, se acercó con una servilleta que había conseguido adentro del bar unos momentos antes, y le limpió la sangre que amenazaba en manchar el vestido.

 

—Gracias. — Samantha le dijo a Stefan, luego se dirigió a Joseph y Sergey. — ¿Qué hacemos con él?

—Tenemos que hacer que hable para saber quien lanzó este ataque. — Sergey se dirigió a uno de los convertidos noqueados y le arrancó un pedazo grande de la camiseta. — Así que querido acompañante, ¿Me podrías decir quién mando este ataque?

—Un tipo llamado Zev Williams. — El acompañante que tenía la pierna rota rompió a llorar.— Él mandó a hacer esto.

 

—Ya Veo. — Samantha parecía seria. — Están tratando de medir nuestra fuerza. — ¿Es esta tu mejor tropa?

—Una de las mejores. — Fue lo que Samantha logró entender entre los sollozos del chico.

 

Samantha se dirigió a uno de los acompañantes, torció el brazo de uno de ellos haciendo que se transformara en un brazo normal, sacó sus colmillos y succionó bastante sangre, haciendo que sus heridas y moretones sanaran regresando a la normalidad.

 




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