La situación en el castillo lucía apresurada, el límite de tiempo estaba dejando a las brujas enojadas, se despertaban muy temprano, dormían tarde, y practicaban todo el día, haciendo demostraciones de hostilidad con frecuencia. El martes, esa semana, un par de brujas se enfrentaron en la sala de estar, el tema, el robo de una falda roja de puntitos. El jueves, el enfrentamiento tuvo lugar por la noche, en el campo trasero, una de las brujas termino inconsciente. Esa noche, Cristine consiguió realizar la lectura de mentes, luego de varias horas de práctica, exhausta, se quedó a dormir con Evie, que fue despertada en la madrugada, por una carta que golpeaba su ventana con vehemencia.
La carta era la correspondencia de su abuela, que había llegado finalmente, y que traía consigo una noticia demasiado extraordinaria como para tomarse a la ligera. Tan pronto la leyó, Evie despertó a Cristine, que sobresaltada se incorporó en la cama, dispuesta a lanzar improperios, pero que vió en el rostro de Evie, una confusión tan marcada que era imposible de ignorar.
La carta era breve, y mientras Evie la leía en voz alta, el rostro de Cristine se descomponía.
Querida nieta.
Sé que el medio no es el adecuado, pero no encuentro forma alguna de expresarte con certeza nuestra situación sin terminar confundiéndote, y sin temer a la intervención de algun medio externo.
Nuestra situación como familia está tornándose oscura, tanto como evoluciona nuestra magia, y tanto como peligran nuestras aliadas.
Hoy he recibido una visita de Roberta, que está notablemente alarmada, Katy ha comenzado a cambiar, con diferencias demasiado marcadas en relación a las otras brujas.
Yo misma la he visto, Evie, y debo decirte que no es una situación que me mantenga en calma, y que por el contrario, me preocupa demasiado.
Y supongo, que el contacto con la magia, no ha tenido el mismo efecto en Katy, del que tendrá en las otras brujas, y es ahora, en casa de Roberta, donde su acceso al conocimiento no tiene limitaciones, que la expresión de su brujería ha tomado el camino que debe.
Si no me has entendido hasta ahora, con beneplácito te informo, que estoy casi segura, de que tu amiga es la próxima Reina Oscura, y que contrario a alegrarme, me preocupa.
Por ahora, sus visitas, y su expresión de la magia están limitadas, y cuando la veas, estoy segura de que encontrarás a tu amiga muy cambiada, no sólo en su forma física, si no en su nivel de erudición.
Tengo información demasiado difusa, pero con la guerra entre brujas que se aproxima, me siento del bando favorecido por el destino, pues la Reina Oscura, que es ahora, la bruja más poderosa que hay, está de nuestro lado, dispuesta a pelear por nosotras, independientemente de los aliados que tengan Leonor y su madre.
El motivo de mi carta, no es otro que el de informarte que se han retomado las reuniones de carácter rebelde, y que tengo fuertes sospechas para pensar en que la próxima en aparecer será la Gran Bruja Blanca, que tomará su lugar en torno a Katy, y representará el renacer de la brujería mundial.
Ahora bien, pequeña mía, no debes temer, el torneo será sencillo, tanto para ti como para Cristine, pues la magia de las Crewthon está debilitándose día a día, y el futuro nos favorecerá, enfréntate sin miedo, confía en ti, y mantén tu corazón siempre rebelde.
Espero que sus avances con la lectura de mentes sean notables, el sábado, antes de iniciar el torneo, tendremos que vernos, Cristine, tu madre, su madre, su abuela, tú y yo.
En una reunión de carácter secreto y personal.
Disfruta el baile. Porque puede tratarse de la última cosa que disfrutes en mucho tiempo.
Tu familia goza de buena salud, tu padre estará presente el día del torneo.
Te ama, Jannie Grehnne.
—No quiero decir te lo dije, pero te lo dije.—Cristine tenía los ojos abiertos, pero se había sentado en posición de autoreconocimiento.
—¿Me dijiste que? Exactamente.
—Que Katy era diferente, lo supe ese día, mientras estábamos en el prado de las brujas blancas, su magia se elevó esa noche.—Cristine hizo una mueca, recordando aquello.
—No me dijiste nada.—Respondió Evie.
—Entonces lo pensé, y tuve razón igualmente, Katy se estaba enfrentando contra magia muy avanzada, y logró quebrarla, no tengo duda alguna de que Leonor tiene una sospecha sobre ella. Tenemos que visitar a Katy, es importante que la veamos, es importante que sepa que Leonor sabe.
—¿Qué te hace pensar que Leonor sabe?
—¿Qué te hace pensar que no? Levántate, tenemos que ir al patio, vamos a salir de este castillo.
—Son las tres de la mañana.
—¿Tienes miedo, Evie?
—Tengo.
—Yo también.
Las incursiones de madrugada no sonaban como una buena idea, y la razón de Cristine para salir no era precisamente buena, pero Evie sintió el deseo de aventura dentro de su pecho, se puso las pantunflas, y se decidió a salir, porque internamente, sabía que lo único que Cristine quería hacer, era ver a Katy, y decirle que todo iba a estar bien, sin importar el cambio.
Afuera, en el pasillo del castillo, una luz ténue iluminaba, siempre tan contraria a las instalaciones de adentro, que estaban siempre relucientes y modernas.
Cristine la llevaba de la mano, llegar al patio era fácil, no era prohibido, y estaba segura de que mas de una bruja lo había intentado con anterioridad, seguramente para practicar lejos de la mirada de todas, y lejos de la presión.
Había un par de habitaciones que tenían luz encendida, pero que no tenían ruido alguno.
En el patio, detrás del castillo, lejos de la fuente, el problema era superar la magia que no les permitía salir, una vez afuera, lo demás era sencillo. Hacía frío, y corría un viento intenso, detrás de la línea de protección del castillo, se extendía el espeso bosque, tan oscuro que parecía tragarte.
Editado: 07.08.2021