Martes 15 de septiembre – 18:53 PM – Decimo Distrito.
Hace poco salí de la escuela para comenzar mi trabajo en este lugar, tenía que comportarme de maravilla así le mostraba a Rosa, la dueña del negocio, que no cometió un error en contratarme. Ella no quería que yo trabajara aquí debido a que me veía como un capacidad dos sin esperanzas perdido en las profundidades de la ciudad, aun así, logre convencerla.
Termine de servir el café en las tres tazas y acto seguido las lleve hacia su respectiva bandeja, fui a buscar las medialunas que incluía la orden y con todo listo lleve la bandeja con el pedido a la mesa de retiros y presione una campanilla, Uno de mis compañeros de trabajo se acercó a buscar el pedido terminado y lo llevo a su mesa.
-Fue un buen trabajo Isco – Me dijo la dueña del lugar, esas palabras me llenaron por dentro.
-Muchísimas gracias señora-
De repente escuche el sonido de la puerta abrirse –Encárgate de esas dos personas por favor –Me ordeno Rosa antes de irse a su oficina.
Yo complacido cumpliría eso, me gustaba mucho hacer este trabajo, pero apenas centre mis ojos en los dos nuevos clientes que acababan de llegar la incertidumbre se apodero de mi cabeza, ese chico que acababa de entrar al local era muy parecido a un compañero mío que va a mi escuela, el parecido era tanto que estaba 95% seguro de que era él. El problema fueron los dos rasgos de diferencia que sobresalían, no recuerdo el nombre del chico pellirrojo que va a mi escuela, pero sé que va a cuarto año, en cambio la altura de la persona que acababa de entrar era de alguien que ya termino la secundaria.
La segunda gran diferencia eran sus ojos, no recuerdo de qué color eran, pero de seguro no eran como los de esta persona, esta persona que recién entraba tenía ojos verdes y brillaban con la misma intensidad que un par de esmeraldas. A la vez que entro este chico otro más también lo hizo, era alguien de apariencia emo con un peculiar mechón blanco que sobresalía del lado izquierdo de su cabeza.
Mis sospechas de que ambos venían juntos se terminaron de confirmar cuando los dos se sentaron en la misma mesa -¿Qué estás haciendo Isco? Apresúrate y ve a atenderlos –Me ordeno mi compañera a la par que me entregaba una tablet para que ellos hicieran el pedido.
Me acerque caminando lento a la mesa, esa persona era muy parecida a aquel compañero mío, y no es que me agradara sino todo lo contrario. Pero aun así esas similitudes y diferencias me molestaban, me distraían <Es imposible que sea mi compañero, la altura me lo decía> Me repetí una y otra vez en mi mente para no distraerme, aparte si él fuera mi compañero ya me habría reconocido y se hubiera burlado de mi o algo parecido.
Una vez frente a la mesa coloque la tablet en el centro de la misma –Bienvenidos a la cafetería Baviera –Me presente ante ambos y el chico emo ignoro mi presencia, estaba concentrado en la laptop que trajo consigo, pero en cambio su compañero de ojos verdes me miró fijamente, escuchando con atención lo que decía, admito que me puse un poco nervioso.
Comencé a explicarles cómo funcionaba la forma de pedir algo –Deben seleccionar lo que quieran pedir en la tablet y arrastran ese icono hacia pedidos para luego presionar el botón de aceptar…-
El chico emo me interrumpió sin siquiera mirarme, él estaba concentrado en su computadora que se encendía -Si muchas gracias ya sabemos cómo funciona –Comencé a molestarme en mi interior, solo por ser un cliente él pensaba que podía fingir ser superior a mí, si supiera que soy un capacidad dos muy poderoso de seguro estaría lamiéndome los pies.
En un tono de queja su compañero le hablo –Ale –Luego volvió a mirarme –Discúlpelo, es que las cafeterías del primer distrito también funcionan igual-
Eso me hizo entender todo, este chico emo era solo uno de los niños mimados de papi del primer distrito. De seguro vino aquí a presumir que puede comprarse todo lo que quiera, y a su vez eso me daba más la razón de que solo imaginaba cosas al ver un parecido inexistente entre este chico pelirrojo y el estúpido de mi compañero de colegio.
Lo más probable es que Rosa me estuviera observando así que tome aire y me tranquilice –No se preocupe, fue un error mío –Luego de decir esas palabras rápidamente me aleje de la mesa.
-¿Estás bien? –Me pregunto mi compañero cuando me acercaba a la cocina –Parecías muy nervioso-
-¿Tú podrías llevarle su pedido?-
-Lo siento, ya estoy atendiendo tres mesas a la vez-
Maldición –No te preocupes, no importa-
-Creo que pudiste ser un poco más educado Ale –Seguía regañándome Sebastián.
-Ya te dije que lo siento, pero estoy muy concentrado en este tema –Me excuse, eso simplemente era una sucia mentira por su bien, la verdad es que desde que entramos aquí que ese mesero no dejaba de observar a mi Sebas. Que se vaya a la mierda, no iba a tratarlo bien si hacia eso -¿Qué es lo que averiguaste? –Le pregunte para cambiar el tema.
En respuesta me arrebato la laptop de mi poder y comenzó a teclear unas cosas, acto seguido la dio vuelta y me mostro lo que llevaba, lo primero que apareció era un informe de la persona a la que buscábamos -Como dijiste antes, efectivamente él no posee ninguna habilidad estrella por lo que las probabilidades de que sea un receptáculo aumentan mucho-
Yo fingía estar observando el informe y escuchándolo, pero en realidad solo me perdía en la vista que el lindo chico pelirrojo frente a mi tenía –Ale, ale –Me grito trayéndome de vuelta a la realidad.
-¿Qué sucede?-
-¿Me estas escuchando?-
-Claro que si-
-Entonces dime que dije-
Sin perder tiempo active mi habilidad “Silver Star” y me metí en mi dimensión de bolsillo monocromática, allí el tiempo se encontraba detenido por lo que me levante de mi asiento y me acerque a Sebas para leer el informe que me mostraba. Una vez leído volví a sentarme en mi lugar y desactivé mi habilidad.
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Editado: 22.06.2022