El lugar estaba ubicado en el límite entre los pisos medios y altos del segundo distrito, un gigantesco edificio de 900 pisos de alto el cual funciona como cabeza de mando de la ciudad al ser la base de operaciones de la Alta Mesa de Directores y también como cuartel general del Culto a la Ciencia.
En específico la habitación de este piso era completamente oscura, literalmente un pozo de agua teñía todo absolutamente de negro, en las profundidades del agua se hallaba una cápsula transparente en cuyo interior podía encontrarse una persona. Alguien debería haber presionado algún interruptor porque el brazo metálico conectado a la capsula transparente empezó a moverse hasta salir de las profundidades del agua.
Una vez fuera acompañado de un sonido metálico el brazo robótico se acercó a una plataforma que salía de la pared y en donde se encontraba una puerta, la capsula transparente se abrió partiéndose a la mitad y una persona en posición fetal salió del interior cayendo al suelo. Se trataba de un joven chico de cabello negro y blanco con una bata de hospital y una gargantilla en su cuello con el logo de la ciudad.
Aunque permanecía durmiendo en frente de él se encontraba una chica de una edad similar a la suya y vestida igual que él, incluso también tenía largo cabello negro y un mechón rubio a la altura de su ojo izquierdo –Buenos días dormirlo –hablo la chica con aquel sujeto como si ya se tuvieran plena confianza.
En contra de su voluntad y con cero ganas de vivir el joven abrió sus parpados y rebelo sus ojos violetas, a pesar de haber estado durmiendo tenia profundas ojeras alrededor de sus cuencas oculares. Sin decir una sola palabra Aleister Ashford observo a aquella chica que ya vio un par de veces antes y se puso de pie sin decir una sola palabra –Como llevamos haciendo desde ya siete días hoy tocan las pruebas matutinas –hablo la chica intentando iniciar una conversación aunque no tuvo respuesta -¿Todavía sin hablar? Está bien, sé que en algún momento lo harás –agrego ella girando 180 grados para ponerse de frente a la puerta y abandonar la habitación.
Un cansado y agotado Aleister sin ganas de vivir la siguió por detrás como ya se había vuelto rutina, en su rostro tenia pelos de una descuidada barba y su contextura física era mucho más delgada en comparación a antes ya que se negaba a comer y los científicos debían suministrarle nutrientes mediante una intravenosa.
Esto era debido ya que siguiendo su forma de pensar no valía la pena hacer nada si de todas formas saldría mal sin importar que hiciera. Al chico miembro del experimento de Dualidad le costó y se negó a comprender esa verdad hasta que fue inevitable, lo último que había hecho fue intentar reunir a su mejor amiga con su hermano perdido de hace tantos años.
El intento hacer esto en grande y de forma inolvidable al mismo tiempo que buscaba al aspecto de los Astros, pero todo eso fue completamente inútil y en vano cuando ambos fueron asesinados por un amalgama del aspecto de los Astros y su receptáculo los cuales eran controlados por un científico del clan Wheeler. Su mejor amigo había logrado sobrevivir de milagro aunque perdió sus facultades como capacidad uno y antes de que la desgracia que Aleister llevaba alcanzara a su amado novio Sebastián o intentara reclamar a su mejor amigo otra vez más el tomo una decisión, cuando fue arrestado por las autoridades de la ciudad él ni siquiera puso resistencia, el protegería a los pocos seres queridos que les quedaba alejando lo más posible de ellos. Era la única opción.
El techo y las paredes del pasillo daban a entender que uno se encontraba dentro de un gran cilindro metálico pero todo esto a Aleister no le importaba en lo más mínimo, ya no le importaba casi nada de hecho. El sentía un gran vacío, un poderoso dolor punzante en su pecho que le arrebataba todas las energías de vivir ¿Por qué no se suicidaba entonces? La gargantilla en su cuello era un seguro, si él se salía de control intencionalmente ese dispositivo lo asesinaría de inmediato, tenía una salida fácil y segura allí mismo aunque tal vez porque los científicos del segundo distrito no se lo permitían y porque no quería ni siquiera imaginarse a Sebas llorando por ese motivo, al final de cuentas él quería protegerlos y no lastimarlos.
Siguiendo por detrás a la chica con un mechón rubio el miembro de Dualidad caminaba sin decir palabras y observando fijamente al suelo, de todas las veces que fue a esa sala de pruebas ya casi se conocía el camino de memoria. De todas formas en su recorrido hasta allí a esta chica encargada de él le gustaba mucho hablar y le daba charla aunque en ninguna ocasión recibió respuesta alguna, ni un gesto con el rostro o algo.
-Sí que estás dándoles muchos problemas a los científicos –hablo la chica con una ligera risa –Sea lo que sea que te hace especial enserio está bien oculto dentro de ti, pero aun asi es sorprendente. La Iniciativa Estrella Fugaz capaz de otorgarle Habilidades Estrellas a los ciudadanos anula cualquier posibilidad de que ellos pueden ingresar al circuito Ein Sof, a pesar de que los humanos apenas tenemos Thelema suficiente para vivir; de todas forma si uno tenía talento no podrá usar artes místicas y arcanas –hablo y hablo sola la chica aunque en lo más profundo ella pensaba que en algún momento obtendría una respuesta.
Ella continuo con una sonrisa –No creo que se debe a alguna otra razón, lo más seguro es que se deba al experimento de Dualidad. Pero a pesar de que pasaste por la Iniciativa Estrella Fugaz aun asi lograste utilizar Thelema, cuando te enfrentaste al capacidad uno puesto uno en el primer distrito y hace poco cuando ese científico estaba en las vías del tren. No hay tiempo que perder y los científicos quieren saber cómo es eso siquiera posible.
Aleister con suerte escuchaba sus palabras debido al eco que generaba el pasillo pero el solo observaba al suelo con sus ojos llenos de ojeras, él no pensaba en nada y tampoco quería hacerlo; si lo intentara solo obtendría recuerdos de Elizabeth que lo destrozarían aún más a pesar de estar completamente roto. Entre todo ese dolor también se filtraría la culpa por permitir la muerta de los demás receptáculos que no logro proteger a pesar de ser su líder, no había rastro de duda de que el ser humano Aleister Ashford llevaba consigo la maldición de la ruina. El casi muere en un sinfín de ocasiones y eso también pudo traer tragedia para su amado Sebas y sus amigos, y por fin eso empezó a alcanzarlo poco a poco.
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Editado: 21.07.2022