Experimento Auroa: Anomalia

[Documento c3P d34D – Transformación]

Había pasado tanto tiempo desde la última vez que me sentí tan bien, era como si todo mi cuerpo fuera un cascaron viejo del que me liberé, era una sensación muy reconfortante y satisfactoria. Plenamente a gusto decidí abrir mis ojos.

Este lugar era mi habitación, las cortinas estaban cerradas y no dejaban a la luz del sol entrar, de todas formas la puerta que conecta al pasillo también esta cerrada, o mejor dicho lo estaba.

La puerta de la habitación comenzó a abrirse a la par que rechinaba un poco, la luz del pasillo aprovecho para asomarse de a poco también. La chica de pelo largo y negro que rescate hace tiempo de fuera de la ciudad era quien la estaba abriendo.

Al verme con los ojos abiertos ella rápidamente volvió a cerrar la puerta con mucha fuerza –Lo sie siento mucho. Espero no haberte despertado-

No me esperaba que el proceso de que comenzara a hablarme sucediera tan rápido y no sabía cómo reaccionar –Tra tranquila, ya estaba despierto desde antes-

Un pequeño rayo de luz entro por la puerta que había vuelto a abrirse aunque muy poquito –Cesar me enseño a preparar café antes de irse, hice un poco por, por, por si quieres nomas-

-Oh, está bien. En un rato voy-

Al sacarme de encima las sabanas que cubrían mi cuerpo me lleve la sorpresa de que tenía mi ropa de siempre puesta –Creo que ya sería hora de mandarla a lavar, lo dejare para más tarde – Cuando vivía en el laboratorio sin falta una vez a la semana me traían una bata de hospital nueva y limpia, cuando comencé a crecer me dieron una camisa blanca, unos pantalones marrones y un suéter rojo, siempre usaba la misma ropa ya que nunca salía de ahí pero era lavada una vez a la semana. Supongo que ahora tendré que seguir esa rutina.

Sin perder más tiempo me levante de mi cama y abandone el cuarto, la luz del pasillo me obligó a cerrar los ojos unos tres segundos hasta que mi vista lograra acostumbrarse. Una vez logrado eso caminé hasta la cocina, allí pude ver a Astria sentada en el bar de madera que dividía la cocina del comedor.

Era en cierta forma extraño lo nerviosa que estaba, al verme llegar ella inmediatamente se puso de pie –A allí – Señalo con su dedo índice a la mesa del comedor –Ahí tienes – En la mesa se encontraba una taza de café acompañada de unas tostadas y una tablet encendida al lado.

Luego de analizar eso pase a mirarla a ella, en el bar había otra taza de café también con tostadas, ese era el desayuno de ella también.

Le di las gracias mientras iba a sentarme en la mesa, antes de darle un sorbo al café le dije -¿No quieres sentarte aquí también? – Esta era la primera vez que interactuaba así con alguien de mi edad pero del genero opuesto, estaba nervioso pero a su vez tenía que mantener la figura del chico que la rescato sin ningún problema.

-Cre creo que no debería –

-Vamos hazlo –Insistí.

Obligadamente ella levanto su taza de café y su plato con tostadas y se sentó frente mío, ella no me miraba a los ojos sino que se concentró plenamente en su taza de café. Había algo que perturbaba mis pensamientos y tenía que asegurarme de confirmar eso antes de seguir.

Levante la taza de café que ella me preparo y le di un sorbo -¿Tienes algún lugar al cual volver ahora que estas de vuelta en la ciudad? – No quería quedar como un secuestrador desalmado.

Aun mirando el interior de la taza de café ella pensó unos segundos la respuesta y respondió nerviosa –Cu cuando atacaron el laboratorio…mataron a los científicos y nos secuestraron. Ya no tengo ningún lugar al cual volver-

-¿Entonces prefieres quedarte a vivir aquí? –Me costó mucho sacar esas palabras de mi ser, pero tenía que parecer alguien firme que tenía todo calculado y no vacilaba ante nada.

Astria se puso colorada de los nervios y no me respondió, pero esa reacción era suficiente respuesta para mí.

-Entonces eso será un si –Dije, luego de decir eso ella no lo confirmo, pero tampoco lo negó.

Continúe tomando del café que ella preparo, estaba tan bien hecho que no me sorprendería que Cesar haya intervenido. Después le di un gran mordisco a la tostada, de a poco sentía como los nervios de hablar con esta chica desconocida desaparecían de a poco ¿Sera por qué de a poco la voy conociendo más? Solo había una forma de comprobarlo.

-¿Y cuál es tu habilidad estrella? –Le pregunte sin dudar.

-¿Eh?-

-Ya sabes, el poder por el que te secuestraron-

-No, no recuerdo do el nombre de mi poder-

Existen tantos poderes estelares como usuarios de los mismos, y aunque los nombres son simples y dan una idea del poder yo no los conozco a todos. Era mejor que me dijera que no sabía el nombre al que me diera un nombre que yo no conocía y arruinar el papel que estaba interpretando tan bien.

Le di otro sorbo a mi café -¿Y de qué trata ese poder?-

-Pu puedo moverme…súper rápido-

-Eso es genial –Admití sorprendido, una habilidad estrella como esa es muy útil en un combate. Poder desplazarse muy rápido permite esquivar ataques y contraatacar con suma facilidad si se utiliza bien, pero eso es solo la utilidad que yo le encuentro desde mi experiencia de combate, seguro ella la usaría con otros propósitos.

-¿Podrías darme una demostración? –Pedí inocentemente, ella paso terribles experimentos culpa de esa habilidad y lo más probable era que usarla le trajera malos recuerdos. Por esa razón a último momento me vi obligado a agregarle algo más a mi petición –Solamente si quieres, sino no hay problema-

Ella vacilo –Me, me gustaría…pero, no recuerdo cómo usarla-

Eso podía ser un problema ¿Su cerebro reprimió el uso de su habilidad para negar traumas? Eso sin duda era gran posibilidad latente, pero lo mejor sería no indagar en eso. Aun así esa chica de pelo largo y negro no parecía tener malas intenciones y el hecho de poder ayudarla a reaprender como usar su habilidad estrella podría crear un mayor lazo de confianza entre ambos.




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