Lo único que podía observarse hasta donde alcanzaba la vista eran cenizas, todo el suelo estaba totalmente cubierto por cenizas grises sin vida, decorado por ramas secas, pequeñas piedras y huesos de distintos tipos. El cielo estaba completamente bañado de oscuridad y negrura, lo único que podía habitar esa tierra maldecida por una catástrofe de hace más de 300 años eran extraños seres cuya única función era asimilar a todos los organismos vivos que se encontraran.
Cualquier ser vivo que se encontrara en estas tierras que antes eran un gran continente moriría por la esencia de no vida que irradiaba el lugar, no obstante, existían dos cosas que contradecían esa regla. La primera eran aquellos seres humanos que pasaron por la Iniciativa Estrella Fugaz, los Campos Cósmicos de Microondas que ellos emanaban, los protegían de la contaminada muerte que infecta todo el continente, también les permitía no transformarse si aquellos seres los infectaban y en su lugar solo morirían.
Muy a la distancia podía verse como las cenizas comenzaban a arremolinarse en un caliente viento lo que estaba formando un gran tornado, ya que no existía ningún ser vivo en ese continente eso no debería haber sido un problema solo que esta vez ese no era el caso. Entre todo el color gris y muerte del lugar podía observarse algo distinto, algo que sobresalía, algo que había logrado sobrevivir a esos seres blancos sin rostro y capaz de no ser afectado por la catástrofe.
Entre la arena de cenizas del lugar se arrastraba una chica, su apariencia no parecía superar los 20 años, su ropa era una simple tela blanca que cubría su cuerpo y una vincha negra decoraba su larga cabellera color anaranjado. Esta forma de vida similar, pero muy distinta a un humano se arrastraba al borde de la muerte perdida en esa catástrofe.
Muy, muy a la distancia ella podía distinguir algo, un gigantesco edificio que atravesaba el cielo se hacía presente en el paisaje y rodeándolo había muchas luces y un gran muro -¿Es real? ¿Acaso…acaso yo tenía razón? ¿No se trata de una alucinación? ¿Mi cerebro no está jugando conmigo? Ellos no querían creerme y yo tenía razón – lamentablemente había un problema, lo único que ella necesitaba para sobrevivir era su alimento y este ya se había acabado después de luchar contra esos seres varias veces –Ahora voy a morir y nadie sabrá que en serio tenía razón, que ese lugar en serio existe. A menos que…
Los de su raza tenían una regla sagrada, no podían revelar su existencia a los humanos y el que hiciera eso sería castigado con la muerte - ¿Cuál es la diferencia entre morir ahora y ser asesinada después? –se preguntó esta chica. Pues la verdad es que si existía una diferencia –Si muero después podría hallar una forma de evitarlo, en cambio ahora no puedo hacer nada.
Si el lugar que ella estaba viendo era real entonces debería haber personas allí, si esas personas en verdad sobrevivieron en ese lugar por más de 300 años eso significa que tienen una forma de evitar la catástrofe por lo que podrían venir a rescatarla. Una vez segura y con la certeza de que ese lugar existe ella podría revelarles a los demás que tenía razón y buscar otra forma de no ser asesinada por revelar su existencia al mundo.
Un suspiro de determinación abandonó los labios de esa moribunda chica –Al diablo, no veo otra mejor salida que esa –con sus últimas fuerzas ella levantó la palma de su mano al cielo teñido de oscuridad y muerte. Una brillante mándala llena de extraños símbolos aparecieron y todo su cuerpo brillo por un momento, un segundo más tarde cuando todo acabo ella dejo caer su rostro a la ceniza caliente –Espero que eso haya sido suficiente –si nadie aparecía pronto para poder darle comida terminaría muriendo y nadie sabría que ella tenía razón.
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Miércoles 14 de octubre –Tercer Distrito – Campus Atenas.
Las clases de la mañana ya habían terminado y ahora tenía una hora de almuerzo hasta que comenzaran las de la tarde. Tenía mucho tiempo de sobra así que caminaba tranquilamente por el jardín de la escuela rumbo al comedor principal, el suelo era un camino de baldosas de cuarzo rodeado de pasto verde, grandes árboles y algunas estatuas decorativas y lámparas para la noche.
Por la forma en la que todos me seguían tratando parecía que nadie se había enterado no tenía recuerdos de lo que había empezado ese domingo a la noche y termino el lunes a la mañana, en otras palabras, todos los estudiantes y profesores todavía pensaban que yo tenía el poder de un capacidad uno, específicamente el que ocupaba el puesto número seis en el ranking. Pero nada estaba más alejado de la realidad, ahora era un simple Nebula Trail con un poder artificial de capacidad 3 <El verdadero problema será cuando alguien venga a desafiarme y tenga que enfrentarlo> el simple hecho de tener que luchar contra alguien que alcanzo la capacidad uno parece una completa locura, aunque de todas formas hay varios capacidades dos y unos cuantos de capacidad tres lo suficientemente locos como para hacerlo igual.
Deje salir un suspiro <Eso no importa, cuando ese momento llegue simplemente diré la verdad “Ya no soy más un capacidad uno, ni siquiera llego a la dos” y ya no querrán enfrentarse contra alguien más débil que ellos> pero cortando mis pensamientos de repente logre escuchar unos ruidos y abucheos. Levanté mi vista y pude ver un grupo de alumnos formando un círculo alrededor de algo, a mi derecha se encontraba un edificio de tres pisos centrado en el estudio de las ciencias naturales y en su esquina más adelante todo, esta gente estaba reuniéndose.
-Parece que dos alumnos comenzaron un enfrentamiento, si ellos son muy poderosos esto podría ser un problema –lo que decía era en parte cierto, ya que si estos dos oponentes se descontrolaban podrían destruir algunas cosas y dejar todo hecho un desastre. Aunque el problema no pasaría más de eso, ya que las tres academias del Campus Atenas no solo desarrollan grandes poderes, sino que también tienen sus medidas para controlarlos por si se saliesen de control.
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Editado: 24.05.2022