Coloca su dedo índice sobre mis labios, mientras su mirada me ordena que guarde silencio y me deje llevar por el momento.
Mis manos temblorosas se posaron en su cintura, sentir su piel entre mis manos me robo un suspiro. Acerqué su cuerpo al mío, mi corazón palpitaba con fuerza, podía sentir su aliento sobre mi cuello.
Sus labios se posaron en mi piel, fue besando lentámente mi cuello, depositando tiernos y húmedos besos. Rodee su cintura con mis brazos, acercando su cuerpo al mío de manera peligrosa, sus senos fueron aprisionados por mi pecho, la yema de mis dedos se aferraron a su piel, dañándola un poco. No podía controlar las sensaciones que provocaba en mi, no lograba controlar mis ganas por poseerla. Siguió besando hasta llegar a mi barbilla, me beso tiernamente.
Abrí mis ojos al notar que había dejado de besarme. La observe a escasos centímetros de mi rostro, sus ojos desprendían lujuria, deseo, amor... El brillo en ellos era maravilloso, inexplicable. Era como una explosión de emociones que nunca imagine provocar en ella con un simple beso.
Observaba mis ojos con intensidad para luego enfocarse en mis labios, intentando tomar un poco de valor y besarlos. Con una última mirada, abrió sus labios, parecía que intentaba decir "te amo" pero nunca pronunció esas palabras.
Con desesperación atrapo mis labios con los suyos. Era esquísito poder probarlos, sus húmedos y gruesos labios encajaban perfectamente con los míos, la sincronía entre nosotros era perfecta, y cada roce despertaba aún más el deseo en mi.
Sus manos acariciaban mi espalda, subieron hasta mi cabello, donde sus dedos se entrelazaron en el, jalando con delicadeza, con eufórica pasión contenida.
Se alejó con gran sorpresa al sentir como mi lengua se introducía en su boca. Me observa con inquietud, pero no le doy tiempo de pronunciar palabra alguna, mi mano se aferra a su nuca y la atraigo nuevamente a mis labios.
Cambio el ritmo a uno más intenso, fuerte, salvaje. Mi lengua se abre paso nuevamente, ella me lo permite sin objeción alguna. Entra en su boca en busca de un nuevo y mágico placer, nuestras lenguas juguetean, creando un baile sincronizado, acariciandose lentamente en la más mínima oportunidad.
Le robó la respiración al probar su dulce paladar. En mi pecho provoca suspiros interminables.
Intentando acortar la distancia entre nosotros, tomo su cintura y la elevó con facilidad, sus piernas rodean mi cintura, abrazo su espalda baja, apego su cuerpo al mío con una mínima porción de fuerza. Me sumerjo en la calidez de su lengua sin desatender sus labios, los cuales deseo devorar con desespero.
Las caricias se hacen presentes, envuelvo su boca en un beso voraz, despertando la lujuria de mi cuerpo que pide a gritos más de ella, más que sus dulces y deliciosos labios.
Las emociones que provoca en mí, resultan tan intensas que mis manos se escabullen entre su ropa, rozando su piel, explorando su cuerpo. Mi mente desea poseerla salvajemente, mientras mi corazón quiere hacerle el amor con ternura. Creando un momento hermoso, inolvidable.